En el inicio de su tercera temporada, el Proyecto Zorzales está dejando ya resultados muy relevantes. Uno de los más destacados es el hecho de haber obtenido datos sobre rutas migratorias de dos individuos de zorzal común a los que les fueron colocados en Navarra sendos dispositivos de GPS. Una de estas dos aves realizó más de 3.360 kilómetros, según se ha desprendido de la información aportada por su GPS, que ha permitido efectuar localizaciones precisas a lo largo de varios meses, recabando un conocimiento muy valioso sobre sus movimientos.
Ambos dispositivos fueron colocados en los dos ejemplares en el pasado mes de enero en la ribera del Arga-Aragón. Su uso ha permitido confirmar y caracterizar, con un elevado grado de detalle, las rutas migratorias que han realizado los dos individuos, según han explicado desde el Proyecto Zorzales, monitorización, seguimiento y gestión sostenible, impulsado por Mutuasport y que cuenta ya con la participación de más de seis centenares de cazadores.
Uno de los citados dispositivos GPS se configuró para que enviase una localización por día. El zorzal, han indicado desde la organización de esta iniciativa de ciencia ciudadana, se mantuvo en la zona donde había sido capturado, enviando señales separadas por un máximo de 200 metros. Días después, se desplazó hasta el término municipal guipuzcoano de Oñate, pasando por Uterga. El ave se movió 40 kilómetros el primer día, 62,7 el segundo y 1,3 el tercero, con una dispersión desde el lugar del anillamiento de 104 kilómetros en tres días.
Cuando se instaló en la zona de Oñate, su GPS envió 18 localizaciones en un radio de apenas 50 metros. Su señal se perdió algunos días más tarde, por lo que los responsables del proyecto estiman que hubiera posibilidades de que el zorzal fuese depredado o de que el dispositivo que llevaba instalado se dañara. Por ello, no ha sido posible averiguar si llegó a emprender alguna ruta migratoria hacia el norte de Europa.
Diferente situación deparó el segundo de los aparatos, que se configuró para enviar una localización cada dos días. En su caso, el ave anillada, después de mantenerse unos días en la zona de Navarra donde se le capturó, inició a finales de febrero una dispersión hacia Barásoain, cubriendo 25 kilómetros de distancia. Más adelante, se trasladó a Munárriz, volando 30 kilómetros.
Durante el mes de abril, el zorzal inició la migración desde el municipio navarro hasta Burdeos, en Francia, con una distancia entre ambos enclaves de 205 kilómetros. Unos días más tarde, se recibió una localización desde Montmirail, cerca de París y alejado ya 395 kilómetros del último registro. Posteriormente, cruzó Francia, para ubicarse después en las proximidades de Brecht, ya en Bélgica y a 285 kilómetros de distancia. En ese lugar, realizó una parada con dos registros adicionales, antes de que se perdiera la señal, que se recuperó en mayo, cuando apareció en Finlandia, entre las ciudades de Helsinki y Estocolmo, a 1.440 kilómetros de distancia.
Días más tarde, se volvieron a recibir más señales desde diferentes puntos del país del norte de Europa, hasta llegar a Kuusamo, desde donde se enviaron 11 registros adicionales entre el 15 de mayo y el 6 de junio. Desde el Proyecto Zorzales se expone que, seguramente, ese lugar sería la zona final de su migración prenupcial y, por lo tanto, la región de cría. El ave recorrió en total 3.362 kilómetros en 34 días.
Gracias a estos datos, se pueden conocer más en detalle las rutas que realizan estas pequeñas aves migratorias, protagonistas de esta iniciativa, que cuenta con la colaboración de la Fundación Artemisan, de la Real Federación Española de Caza y de Zorzaleros Españoles. En su tercer año de vida, el proyecto pretende superar los datos recogidos en los dos pasados ejercicios.
Como aseguran desde la organización del proyecto, entre los meses de noviembre del 2022 y febrero del 2023, los colaboradores realizarán censos de la especie a través del Observatorio Cinegético y enviarán la información de los conteos llevados a cabo desde los puestos fijos, además de las capturas producidas durante los días de caza mediante los cotos zorzaleros.
En la pasada temporada 2021-2022, más de 600 cazadores tomaron parte en el proyecto, incrementando en un 155% el número de censos válidos realizados. Asimismo, se recogió información de 177 cotos zorzaleros, unos acotados con especial implicación con los zorzales. Por último, se recuperaron 175 anillas de aves cazadas de esta especie. A estas cifras habría que sumar la colocación de 11 dispositivos de bioacústica, que permiten grabar la migración nocturna de los zorzales y profundizar en los períodos de su migración.