La pirotecnia Astondoa no volverá a iluminar con sus espectaculares y coloristas figuras ningún cielo más. Tras el cierre de la empresa este año, los vizcainos no serán esta noche los encargados de poner el broche final a una semana de fuegos artificiales con la exhibición a la que nos tenían acostumbrados desde hacía décadas en Aste Nagusia. La última vez que vimos un espectáculo de Astondoa en el cielo de la capital vizcaina fue en las fiestas de 2019.
Este año tampoco se encargarán de dar luz a Marijaia en su recorrido final en barco por la Ría este domingo. Con su clausura definitiva se pone fin a la historia de una empresa familiar centenaria que la fundó Eustaquio Astondoa Zabala en el año 1885 en la localidad arratiarra de Areatza.
Durante décadas la única empresa pirotécnica de Bizkaia no solo ha sido la anfitriona en el Concurso Internacional de Fuegos de Bilbao, sino que también se ha llevado la txapela por ganarse la máxima puntuación del jurado, así como la ovación del público.
Los encargados de la exhibición de fuegos de esta noche en Bilbao será la empresa alavesa Valacea, la única vasca tras la desaparición de la de Areatza. Los fuegos artificiales continúan siendo uno de los actos más multitudinarios en fiestas.
Lejos quedan aquellos años en los que Astondoa se incluía en la inmensa mayoría de los programas de fiestas de pueblos, capitales vascas y del Estado. Han quedado atrás las eternas colas que se generaban por Navidad para comprar material pirotécnico en las instalaciones de la empresa, situadas en la carretera que discurre desde Areatza a Gorbeia, a un par de kilómetros del municipio. La pandemia del covid no ha hecho más que acentuar los problemas económicos derivados, entre otros motivos, por un descenso significativo en la venta de material pirotécnico. Astondoa ha iluminado durante décadas la oscuridad en infinidad de ciudades. Sus doradas palmeras y figuras serpenteantes han traspasado fronteras y han dado luz a cielos de todo el mundo.
137 AÑOS DE UNA EMPRESA FAMILIAR
El arte de la pirotecnia ha fascinado a cuatro generaciones de la familia Astondoa. Eustaquio Astondoa Zabala fundó la empresa en 1885 en Areatza , donde ha continúa estando su sede principal y fábrica ahora ya cerrada. Tras unos primeros años de puesta en marcha del negocio, el fundador cedió el testigo de la empresa a su hijo Luki Astondoa Sopelana, que perfeccionó la fabricación de efectos de color, cohetería, tiros y tracas.
Luki transmitió este arte a sus dos hijos, Eustaquio y Andoni, que a lo largo de décadas continuaron perfeccionando los modos de trabajo de la casa Astondoa. Ya en el siglo XXI, Izaskun Astondoa Sarria comenzó a dirigir una empresa centenaria con los mismos valores que ha distinguido a los profesionales de Astondoa Piroteknia desde sus inicios: la pasión y el afán de mejora han sido las claves para ofrecer siempre la máxima calidad y originalidad en cada uno de los espectáculo de luz, color y ruido.
En 137 años de historia, la única empresa pirotécnica de Bizkaia ha obtenido notables éxitos en concursos y ha acumulado en su haber con destacables realizaciones. Pero, sobre todo, ha sabido mantener, pese a las dificultades y gracias a la entrega de profesionales una labor heredada de maestros pirotécnicos del pasado.
Ya no volverá a robar ninguna ovación de quienes durante años han seguido su trayectoria, ni tampoco del público de Areatza que, con motivo de las fiestas patronales de San Bartolomé, todos los sábados de fiestas programaba un espectáculo de la piroctécnia que elevó el nombre del pueblo arratiarra hasta las estrellas nacionales e incluso internacionales. Astondoa jugaba en casa, pero nunca defraudó.
Esta noche, tras el desfile de las carrozas, el espectáculo pirotécnico no correrá a cargo de la piroctécnia que puso en marcha Eustaquio Astondoa en su vivienda familiar, sino de una empresa zaragozana.