Aunque las imágenes se han publicado por separado en distintos medios de comunicación de todo el mundo para hablar de la guerra en Ucrania tras la invasión por parte de tropas rusas, hasta ahora no se han podido ver juntas y menos en un formato expositivo. Son parte del relato de una guerra que sigue, fotografías que Manu Brabo ha reunido por primera vez para que puedan ser vistas en una muestra que, en primicia, se estrena en Vitoria. Así va a suceder desde este viernes en la avenida Gasteiz.
En concreto, la propuesta se va a instalar en el exterior del Palacio de Congresos Europa, donde va a permanecer hasta principios de septiembre. Black Butterflies, que es parte del programa de las recuperadas jornadas Periodismo a Pie de Calle, es fruto de las primeras semanas de trabajo vividas sobre el terreno por este fotoperiodista ganador, entre otros galardones, del Premio Pulitzer, que justo ahora ha vuelto a la misma zona para seguir desarrollando su labor.
“Cuando Vladímir Putin declaró iniciada la operación especial contra Ucrania, pocos de los que estábamos allí apostábamos por una guerra a gran escala. Los que cubrimos el conflicto desde 2014, ya habíamos asistido a bravuconadas similares, pero lo máximo que se esperaba era un aumento de las hostilidades en el área del Donbás. En lo que no me equivoqué fue en juzgar la determinación y valentía del pueblo ucraniano o la respuesta de sus fuerzas armadas”, apunta el fotógrafo, al tiempo que explica que “tampoco me extrañó la ausencia de principios de las tropas rusas y sus ataques a la población civil. Afganistán, Chechenia o Siria son buenos ejemplos de ello”.
Según describe Brabo, el título elegido para esta exposición ideada para la capital alavesa es “el nombre que dan los solados a las cenizas que salen de las casas incendiadas durante los combates”. Son unas particulares mariposas negras. “En mis más de diez años como fotógrafo de conflictos, solo en Siria he sido testigo de tantos y tan extendidos ataques contra zonas residenciales, hospitales y objetivos civiles. Esta estrategia diseñada para exterminar, desplazar y minar la moral de la población es parte de un plan de limpieza étnica declarado abiertamente por políticos y periodistas rusos”.
A estas reflexiones responde el trabajo que el fotoperiodista presenta desde el viernes en el exterior del Europa, que no deja de ser un resumen y un reflejo de tantas otras fotografías tomadas en infinidad de momentos, imágenes que hablan de muerte y destrucción, pero también de vida y de lo que es capaz de hacer el ser humano, sobre todo para mal. En eso es en algo que se lleva empeñando desde hace mucho, Lo sabe bien un Brabo que también ha sido protagonista sin quererlo de guerras como la de Libia, donde fue capturado al hacer su trabajo.