Una beca académica no solo implica un reconocimiento personal por los resultados obtenidos, ya sea en el colegio o en la universidad, sino que, para algunas personas procedentes de entornos con bajos ingresos, significa que puedan estudiar, por ejemplo, un grado universitario sin tener que trabajar a tiempo parcial para pagar la matrícula o un apartamento.
Con esta finalidad han sido puestas en marcha durante este curso académico las becas Equidad Navarra, una ayuda económica de 9.500 euros por curso para 10 alumnos. Porque la educación es un ascensor social, estas becas no solo son un “reconocimiento a la excelencia”, sino que también permiten que los estudiantes se centren en sus estudios, “porque la mejor inversión posible es que se dediquen a estudiar”, ha explicado María Chivite, presidenta de Navarra, en una recepción institucional a cinco de los beneficiarios de las becas Equidad Navarra. El acto ha sido celebrado en el Salón del Trono del Palacio de Navarra y también contó con la presencia del consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital, Juan Cruz Cigudosa, y la directora general de Universidad, Ana Burusco.
Para conseguir una mayor accesibilidad a estudios superiores, Chivite ha relatado que “este gobierno ha reducido el coste de las matrículas de grado y, con una inversión superior a los 12 millones de euros, ha becado a cerca de 3.500 estudiantes cada curso”. Respecto a la propia beca Equidad Navarra, “tiene como única contrapartida la obligación de aprobar los créditos en los que los estudiantes están matriculados”, ha comentado la presidenta de Navarra.
Dicha beca, pionera en la Comunidad Foral y dotada con 570.000 euros, tiene como objetivo principal facilitar el acceso y la dedicación exclusiva al estudio de personas con bajos niveles de renta y buen rendimiento académico, “para garantizar que nadie que cumpla las condiciones para cursar estudios universitarios con aprovechamiento quede excluido por razones económicas”.
Por último, Chivite se ha dirigido a los estudiantes y les agradeció ser “una nueva generación de navarros y navarras diversa, multicultural y, sobre todo, preparada para atender los desafíos que afrontará la Comunidad Foral en las próximas décadas”.
Luis Miguel Oliete
Luis Miguel Oliete, estudiante de primer curso del grado de Ciencias en la UPNA, ha afirmado que esta beca “evita que trabajes mientras estudias y que te puedas centrar en ello”. Así, si Oliete no hubiera recibido esta ayuda económica, “no descarto que hubiera tenido que trabajar” para abonar gastos como la matrícula.
“La beca es una ayuda que soluciona” tantos problemas que, cuando a Oliete le comunicaron que se la iban a conceder, “me quedé sorprendido, no esperaba que me hubieran elegido. Lo primero que hice fue avisar a mi familia”. En este sentido, todo el esfuerzo que hizo en Bachiller para conseguir las notas que después derivaron en la beca, “ha valido la pena”.
Jiawen Chen
Jiawen Chen, estudiante de Pamplona que cursa el primer curso del grado de Biotecnología en la UPNA, ha explicado que esta beca es “un añadido muy grande”, que cambia completamente el panorama. Así, cuando Chen descubrió que había recibido la beca Equidad Navarra, “me invadió la alegría. Me veo recompensado por todo el esfuerzo que tuve que hacer en Bachiller”, y cuando se lo contó a su familia, “se alegraron mucho por mí y también sintieron algo de alivio”.
“Todavía no tengo ninguna idea de cómo voy a usar el dinero”, ha señalado el estudiante de Biotecnología, aunque reconoció que esta ayuda económica permite que pueda estudiar sin preocupaciones monetarias, porque “igual habría trabajado a tiempo parcial”.
Hafssa Soudi
Hafssa Soudi, estudiante de Medicina en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha relatado que antes de recibirla, “trabajaba a tiempo parcial los fines de semana para poder ayudar a mi familia”. Pero estudiar un grado de la magnitud de Medicina necesita de mucho tiempo para estudiar, de forma que Souidi sintió que “perdía el tiempo que tenía para estudiar en trabajar. Intentas buscar tiempo para descansar, estudiar y trabajar”.
En este sentido, la beca Equidad Navarra cambia completamente la situación personal con el ingreso de 9.500 euros por curso. “Cuando me dijeron que me daban la beca me puse muy feliz. Ahora me podré centrar en estudiar. Me da mucha tranquilidad”, ha declarado Souidi.
Meriem Rouidjali
Meriem Rouidjali, alumna de primero del grado de Ciencias, ha observado que obtener la ayuda Equidad Navarra es a la vez “una bendición y una maldición. Hay que cumplir con todas las expectativas que depositan en ti”. Así, a pesar de ser “una gran oportunidad, sientes que no la mereces, sufres un poco del síndrome del impostor”. Entonces, “cuando te dicen que es verdad, te ves con mucha presión. Presión para no decepcionar”. Por esta razón, ha decidido tomarse con calma este reconocimiento.
Respecto a la ayuda económica que significa el ingreso de 9.200 euros por curso, Rouidjali ha observado que “es un gran alivio para mi familia. Es una cantidad inmensa de dinero”.
Hajar Boukhlik
Hajar Boukhlik, estudiante de Ingeniería Informática en la UPNA, ha confesado que este dinero “me permitirá alquilarme un apartamento en Pamplona. En un principio no lo tenía pensado, veía que no iba a poder. No existía esa posibilidad de alquilarme un piso como mis compañeras. La beca me abrió muchas puertas”, dado que es originaria de Altsasu pero cursa sus estudios en Pamplona.
Ahora bien, el reconocimiento y la ayuda económica de la beca pueden generar estrés. Como ha explicado Boukhlik, “es una responsabilidad que tienes que saber gestionar. Invertir el dinero en las cosas más importantes y no desperdiciarlo. Tienes algo de presión para administrarlo lo mejor posible. Porque es una oportunidad” que no se puede desaprovechar.