Una sobria y a la vez emotiva ceremonia homenajeó este lunes a las 150 personas que fallecieron hace diez años exactamente en un vuelo de Germanwings, estrellado por su copiloto deliberadamente contra una montaña de los Alpes franceses.
Unos 360 familiares y allegados de las víctimas, autoridades españolas, francesas y alemanas y la dirección de Lufthansa (la propietaria de la ya desaparecida Germanwings) guardaron un minuto de silencio a las 10:41 horas, justo cuando el aparato que volaba de Barcelona a Düsseldorf se estrelló contra el macizo de Trois-Eveques.
"Ha sido un momento muy sincero y de gran emoción. Se ha recordado a todas las víctimas. Ha sido una ceremonia sobria y tranquila, reflexiva, de cómo superar el trauma juntos", declaró a EFE el embajador español en Francia, Victoriano Redondo Baldrich, el máximo representante de España en la ceremonia.
Entre las 150 víctimas mortales, entre ellas el propio copiloto, Andreas Lubitz, había 51 de nacionalidad española, 72 alemanas y otras 15 nacionalidades.
Los cambios que propició la tragedia aérea
El desastre sirvió también para ciertos cambios en la legislación del sector. Desde 2022, en España un médico puede informar directamente a una empresa (por ejemplo, en este caso a la aerolínea) si diagnostica un problema de salud que puede incidir en la actividad laboral de una persona.
Lubitz, el copiloto que estrelló a próposito el aparato, tenía una baja médica por problemas psicológicos que nunca entregó a la compañía.
"Con ese cambio, ese piloto no habría volado", declaró a EFE Cristina Subirats, cuya madre falleció en el desastre y que hoy es miembro de la dirección de la asociación de afectados por el vuelo GWI9525.
Otro cambio impulsado tras el desastre es la obligatoriedad de que haya de forma permanente al menos dos personas en la cabina del piloto (en el momento de desastre Lubitz se encerró después de que el piloto salió para ir al baño).
Sin embargo, la presidenta de la asociación, Lourdes Bonet, aseguró que en la UE se trata de una recomendación. "Todo lo que no sea norma de obligado cumplimiento es difícil que se ejecute", recalcó.
"Prometimos a las familias que estaríamos a su lado"
El consejero delegado de Luthansa, Carsten Spohr, recordó que cuando ocurrió la tragedia "prometimos a las familias que estaríamos a su lado en la medida de nuestras posibilidades. Y estamos cumpliendo esa promesa. Y cumplirla seguirá siendo nuestra obligación".
Tras las ofrendas florales en el cementerio de la pequeña población de Le Vernet, donde reposan restos no identificados de fallecidos, las familias se recogieron para el minuto de silencio para, posteriormente, subir a la montaña Mariaud donde se produjo exactamente la colisión.
Allí hay un pequeño memorial y una terraza en la que se puede ver el exacto lugar del desastre, marcado por un monumento esférico, de cinco metros de diámetro, llamado 'Solar orb' (orbe solar), obra del escultor alemán Jürgen Batscheider, y que fue instalado en 2017 para rendir homenaje a las 149 víctimas de la acción de Lubitz.
La catástrofe tuvo lugar en las estribaciones de los Alpes, a unos 100 kilómetros al noroeste de Niza y no muy lejos de la frontera italiana.
El prefecto -delegado del Gobierno- en el departamento de Alpes Haute Provence, Marc Chappius, recordó que la catástrofe "conmocionó al mundo entero", antes de reconocer que "han pasado diez años y el dolor sigue todavía muy vivo. El tiempo no ha borrado el dolor".