Casi un mes después, el Surne Bilbao Basket vuelve a vestir su equipación continental para afrontar hoy un duelo que podría permitirle dejar casi asegurado el primer puesto del Grupo D de la Basketball Champions League y, por consiguiente, el billete para la segunda fase sin tener que afrontar en enero los duelos del play-in. Recibe en el Bilbao Arena (20.00 horas) al Igokea bosnio, un rival al que ya sometió a domicilio en el último choque de la primera vuelta (80-85) y que no atraviesa por su mejor momento de resultados. El conjunto que entrena Dragan Bajic acumula cuatro derrotas en sus últimos cinco compromisos (además de contra los hombres de negro ha perdido en la ABA League con Estrella Roja, Cedevita y FMP, en duelo este último del pasado fin de semana, ganando al Buducnost) y su rotación interior ha quedado debilitada por la salida del equipo de uno de sus mejores jugadores DeShawn Stephens, reclutado por el Dinamo Sassari italiano. El mayor peligro a sofocar residirá en las rachas anotadoras de sus exteriores estadounidenses -Antabia Waller, Bryant Crawford y Kendrick Ray-, con la interesante posibilidad de provocar enormes daños en su pintura.
“ Respetamos mucho la capacidad del rival para hacer puntos con sus jugadores pequeños ”
Jaume Ponsarnau - Entrenador del Surne Bilbao Basket
El conjunto de Jaume Ponsarnau llega a esta contienda revitalizado después de haber ganado sus dos últimos partidos ante Fuenlabrada y Zaragoza y haber dejado atrás su racha de cuatro derrotas seguidas en la competición doméstica. Eso sí, al igual que ocurrió el pasado sábado en el Pabellón Príncipe Felipe es probable que no pueda contar con Ludde Hakanson como consecuencia de sus problemas musculares. “Lo intentaremos hasta el final pero está difícil. Por el tipo de lesión que tiene, dependerá de que él se encuentre útil a nivel de capacidad motriz. Va mejorando, pero cada vez que queremos aplicar su mejora a situaciones reales de juego se ve limitado. Vamos a ser pacientes, pero lo intentaremos”, apuntó ayer el técnico catalán, que valoró la última victoria de manera muy positiva: “Nos costó. Tuvimos que aprender a jugar sin Ludde. Nos encontramos un nivel físico adverso duro y nos costó jugar, pero fuimos aprendiendo durante el partido, encontrando nuestras cosas, nuestras ideas de juego. Sufrimos hasta el final porque ellos encontraron acierto en ese momento y nosotros no tanto, pero tuvimos solidez para ganar”.
Sobre el encuentro ante el conjunto bosnio, en plena pelea con el Nymburk y el Bahcesehir para evitar la eliminación directa, destacó que “sabemos de su importancia. A nivel de clasificación podemos ganar muchas cosas, pero tenemos que estar centrados en lo que depende de nosotros”. a este respecto, lanzó un aviso a navegantes para que nadie, ni dentro ni fuera de la cancha, piense que la contienda de hoy va a ser un paseo: “Hace semanas que no jugamos Champions y la verdad es que tenemos muchas ganas. Es una competición que nos hace mucha ilusión por seguir representando de la mejor manera posible al club, a la ciudad y al territorio. Jugamos contra el equipo que nos ha parecido que si no hubiese sido por las lesiones y las bajas habría sido el más fuerte del grupo, por capacidad y por juego. Es un equipo que está en la pomada y vendrá aquí para hacer todo lo posible para ganarnos. Les respetamos mucho, la verticalidad que encuentran, su capacidad para hacer puntos con sus jugadores pequeños y crear problemas en defensa... Habrá que estar concentrados y serios y sacar lo mejor de nosotros porque el rival es bueno y tiene muchas capacidades”.