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Por mucho tiempo, la idea de que una copa de vino diaria podría beneficiar la salud ha sido tanto celebrada como cuestionada. Algunos creen que los antioxidantes del vino, como el resveratrol, pueden proteger el corazón; otros temen los riesgos a largo plazo del consumo habitual de alcohol. Con investigaciones actuales de instituciones prestigiosas como la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la ciencia empieza a definir mejor los límites entre beneficio y riesgo.
El vino y la salud cardiovascular: ¿mito o realidad?
Uno de los argumentos más populares en favor del consumo moderado de vino es su aparente efecto protector sobre la salud cardiovascular. El vino tinto en particular contiene antioxidantes como el resveratrol, que se encuentra en la piel de las uvas y podría ayudar a proteger el corazón al reducir la inflamación y mejorar el perfil lipídico (niveles de grasas en la sangre). Según estudios de Harvard, el resveratrol podría ser parte de la "paradoja francesa": a pesar de una dieta rica en grasas, Francia tiene una tasa relativamente baja de enfermedades cardíacas, y algunos lo atribuyen a su tradicional consumo de vino tinto.
Sin embargo, en los últimos estudios, los investigadores han hecho una distinción importante: el consumo de resveratrol en sí podría ser beneficioso, pero no necesariamente el consumo de alcohol. Además, una investigación de MIT enfatiza que los beneficios cardiovasculares de una copa de vino al día podrían depender del perfil de salud de la persona. En individuos con factores de riesgo, como colesterol elevado o antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, una copa diaria podría ser más beneficiosa que en personas sin estos factores.
El límite saludable: lo que dicen Harvard y MIT
La clave parece estar en la moderación y en una definición estricta de lo que significa "moderado". Según Harvard, un consumo considerado bajo en riesgo es de hasta una copa al día para mujeres y hasta dos para hombres. Esto equivale a aproximadamente 150 ml de vino, 350 ml de cerveza o 45 ml de bebidas destiladas. El problema radica en que, aunque esta cantidad podría ofrecer beneficios cardiovasculares, también se asocia con riesgos, especialmente si la persona tiene antecedentes familiares de enfermedades hepáticas o cáncer.
En su análisis, el MIT agrega una perspectiva más detallada sobre los riesgos a largo plazo del consumo diario de alcohol. Si bien una copa diaria puede no causar efectos negativos en el corto plazo, el consumo constante puede afectar el hígado y el sistema nervioso central, y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. De hecho, uno de sus estudios muestra que un consumo continuado de alcohol, incluso a niveles considerados bajos, puede reducir ligeramente el volumen de materia gris en el cerebro, una zona clave para funciones cognitivas. Por lo tanto, el consumo diario podría tener un precio alto a largo plazo, aunque no se perciba de inmediato.
Más allá del corazón: beneficios y riesgos del vino
Además del corazón, algunos estudios recientes han explorado otros beneficios y riesgos del consumo de vino. Por ejemplo, algunas investigaciones han sugerido que el vino tinto podría mejorar la microbiota intestinal gracias a sus compuestos fenólicos. Estos compuestos actúan como prebióticos naturales, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas y contribuyendo así a una mejor digestión y absorción de nutrientes. Sin embargo, los científicos de Harvard advierten que este efecto beneficioso no es exclusivo del vino; también se puede obtener de frutas y verduras.
Por otra parte, el alcohol en general, incluso en pequeñas cantidades, tiene efectos potenciales en la presión arterial y los niveles de glucosa en sangre. Para personas con prediabetes o hipertensión, Harvard aconseja evitar incluso el consumo moderado de alcohol, ya que puede complicar el manejo de estos factores de riesgo. El vino tinto, aunque tiene menos impacto glicémico que las bebidas azucaradas, aún contiene alcohol, lo que podría elevar la presión arterial si se consume de manera frecuente.
¿Una copa diaria o mejor abstenerse?
La ciencia todavía no da una respuesta definitiva sobre si una copa de vino diaria es realmente beneficiosa. Si bien el consumo moderado puede ofrecer ciertos beneficios para la salud cardiovascular y el microbioma, estos beneficios no son exclusivos del alcohol. Además, existen alternativas más seguras, como consumir uvas, arándanos o frutos secos ricos en antioxidantes, que también tienen efectos positivos en la salud del corazón y el sistema digestivo sin los riesgos asociados al consumo de alcohol.
La recomendación general de Harvard y MIT es que el consumo de alcohol, incluido el vino, debe ser una decisión informada, basada en el perfil de salud personal. La moderación es clave: para algunas personas, una copa ocasional de vino puede formar parte de un estilo de vida saludable, mientras que para otras, los riesgos superan los beneficios. En última instancia, las personas deben sopesar los beneficios con sus propios riesgos de salud y consultar a un profesional médico antes de adoptar el hábito del "vino diario".
Así, el consumo de una copa de vino al día sigue siendo una decisión personal, pero con la orientación de la ciencia moderna, es posible tomarla con mayor información y precaución.