Orquesta Sinfónica de Navarra
Ficha: Sofya Melikian, piano. Dmitri Loos, dirección. Obras de Arbo Pärt, Tsfasman y Schnittke. Cartografías de la Música del Museo Universidad de Navarra. 17 de febrero de 2023. Tres cuartos del patio de butacas (18, 16 euros).
La Sinfónica de Navarra no para. De los clásicos a la música del siglo XX. De los conjuntos de cámara salidos de la propia orquesta, al sinfonismo Brahmsiano. En pocos días, tres escenarios: Civican, MUN y Baluarte. Del Civican ya nos ocupamos. Hoy saltamos del novedoso y casi desconocido programa del MUN (Pärt, Tsfasman y Schnittke), al conocidísimo del Baluarte (Mozart y Brahms). Ambos arriesgados.
El concierto del ciclo Cartografías de la música, del Museo U. de Navarra, fue oportuno y muy interesante. El director ruso Dimitri Loos, titular de la velada, confrontó tres miradas y tres personalidades procedentes de Estonia, Ucrania y Rusia. Y la pianista Sofya Melikyan (Armenia) se entregó en cuerpo y alma a estas músicas, complicadas, a veces espinosas, otras, festivas, con entrega y virtuosismo.
Trisagion de Pärt es un profundo lamento que nos llega a emocionar por el fraseo, más bien íntimo, nada chillón, de la orquesta, –(solo cuerda: 6-6-4-4-2)-. La Sinfónica capta la atmósfera, nada optimista, del estonio, con unos exigentes agudos afinadísimos y unos “esforzandos” bien marcados, a modo de contritos golpes de pecho. El ucraniano Tsfasman, toma el camino contrario: trata de evadirse del horror a través de una obra (Jazz suite), llena de desenfado y ritmo. Aquí, la protagonista es la pianista Melikyan, que goza con una música extravertida que nos evoca Rachmaninov, el musical de Hollywood, y un jazz muy particular. También hay tramos líricos bien llevados, pizzicatos de la orquesta, contracanto del violín, hermoso sonido de chelos en el vals,…, pero la primacía del piano se impone, casi algo desbocado en su virtuosismo, pero es lo que se pretende. Obra muy agradable. El concierto para piano y orquesta de Schnittke (ruso, hebreo, alemán, se pregunta Loos), es una prueba de resistencia para el compositor ante el ambiente que nunca aceptó (y amaba Rusia con toda su alma), para la pianista y para la orquesta. Un ostinato en la orquesta deja total protagonismo al piano, muy poderoso, que casi la anula. Luego es el piano el que insiste en golpear obstinadamente, hasta que la calma y la esperanza prevalece.
En el Baluarte, séptimo concierto de ciclo. A modo de transición de lo expuesto anteriormente: Subito con forza de Unsuk Chin. La compositora surcoreana (1961) nos propone una obra corta, pero enérgica en la percusión, y de plenitud sonora, que se escucha bien. Luego, dos sinfonías: todo un reto. La sinfonía Praga de Mozart, el titular de la orquesta, Perry So, la articula con el contrasta piano-fuerte súbito, como debe ser. Comienza demorando, con drama, el adagio, al estilo del de Don Giovanni. Luego aligera. La orquesta responde, aunque hay momentos en los que el director casi se agacha hasta el suelo para pedir más piano, cosa que logra a medias. Y es que quiere sorprender con el fuerte luminoso. Muy bien el sonido comedido de metales. En la Cuarta Sinfonía de Brahms, se saca partido del orgánico de la orquesta y se logra el ambiente brahmsiano. La versión de Perry So, se ajusta a ese orgánico. En el primer movimiento podría demorar un poco más el final de frese, pero se resentiría la sonoridad. Sale muy airoso el sonido de violonchelos y de maderas en el segundo tiempo. Limpio y pulido el tramo giocoso. Y lo suficientemente robusto –en intensidad– el allegro. Los profesores se emplean a fondo, y Perry So, con el gesto siempre vital y enérgico que le caracteriza, saca adelante la compacta sinfonía.
Orquesta Sinfónica de Navarra
Ficha: Perry So, dirección. Obras de Unsuk Chin, Mozart y Brahms. Ciclo de la orquesta. Baluarte. 23 de febrero de 2023. Tres cuartos de entrada. (de 15 a 32 euros).