Una de cada seis personas no puede tener hijos. Así lo asegura un informe publicado por la OMS que analiza más de un centenar de estudios sobre la fertilidad realizados en las últimas tres décadas.
Es por eso que la OMS advirtió ayer de que “resulta urgente” aumentar el acceso a una atención de la esterilidad “asequible y de calidad” para quien lo necesite. Y es que la prevalencia de la infertilidad varía poco de una región a otra y “tampoco influye” el nivel de ingresos de la ciudadanía, las tasas de infertilidad son similares.
Esto demuestra, según la OMS, que se trata de un “importante problema de salud pública en todos los países y todas las partes del mundo”. Sin embargo, el informe no aclara si la infertilidad es una problemática que está en aumento o no. “Las estimaciones anteriores realizadas por la OMS en 2012 no mostraron ninguna tendencia hacia un aumento de las tasas de infertilidad. Así que no encontramos esa evidencia en nuestro informe y no podemos, basándonos en los datos que tenemos, decir que la infertilidad está aumentando o es constante”, detalló en rueda de prensa el jefe de Anticoncepción y Fertilidad de la OMS, James Kiarie.
Ante esta “persistente falta de datos en muchos países y algunas regiones” sobre la infertilidad, los expertos de la OMS reclamaron “una mayor disponibilidad de datos nacionales desglosados por edad y por causa para ayudar a cuantificar la infertilidad, así como para saber quién necesita atención en materia de fertilidad y cómo se pueden reducir los riesgos”.
Discriminación de género
Por otro lado, aunque el estudio pone de manifiesto que no hay diferencias en las cifras de esterilidad entre hombres y mujeres, la OMS hizo hincapié en la discriminación que sufren las mujeres hoy en día, a las que se culpa en la mayoría de casos de la incapacidad de tener descendencia. “No es una cuestión de mujeres. Es posible y muy común que ambos sexos, hombres y mujeres, contribuyan al problema de la infertilidad. Y se culpa desproporcionadamente a las mujeres de no concebir en las parejas”, afeó el doctor Gitau Mburu.
La infertilidad, definida por “la imposibilidad de lograr un embarazo tras 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección”, se distribuye de manera homogénea en todo el mundo. Además, las tasas son comparables en los países de ingresos altos, medios y bajos, lo que indica que se trata de “un importante reto sanitario” a escala mundial. En concreto, la prevalencia es del 17,8% en los países de ingresos altos y del 16,5% en los de ingresos bajos y medios.
Por eso, en palabras del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, “el informe revela una verdad incontestable: la esterilidad no hace distinciones”. “La enorme proporción de afectados evidencia la necesidad de ampliar el acceso a los tratamientos y de incluir la esterilidad en las políticas y los estudios sobre salud, de modo que las personas que lo deseen dispongan de vías seguras, eficaces y asequibles para tener hijos”, insistió el experto.
Y es que el informe alerta de que, a pesar de la magnitud del problema, las soluciones para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad, incluida la tecnología de reproducción asistida, como la fecundación in vitro, “siguen estando infrafinanciadas y son inaccesibles para muchos debido a los elevados costes, el estigma social y la limitada disponibilidad”. De hecho, la OMS apunta que en la mayoría de los países los tratamientos de fertilidad se financian en gran medida con fondos propios, lo que “a menudo se traduce en costes financieros devastadores”.