Una década visibilizando la lucha de Asun Casasola

Actualizado hace 9 minutos

Han pasado diez años desde que la asociación Parean Elkartea de Irun comenzara a dar visibilidad y poner en valor la incansable lucha de Asun Casasola, madre de Nagore Laffage, la joven irundarra asesinada en los Sanfermines de 2008, a través de su Concurso de Relatos.

Una década después, el certamen sigue más vivo que nunca. Prueba de ello es la gran acogida de esta edición, en la que se han recibido 694 relatos en torno a la violencia machista, la temática escogida para este año, en sus cuatro categorías: adultos y jóvenes en euskera y castellano.

El Concurso Asun Casasola no solo ha alcanzado una participación récord, sino que también ha traspasado fronteras, llegando a lugares tan lejanos como Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Perú y varios países de Sudamérica, además de distintos territorios europeos.

Agradecimientos

Satisfechas y contentas con el resultado, durante la entrega de premios celebrada el jueves en Kabigorri Ateneoa las organizadoras expresaron su profundo agradecimiento. Reconocieron que el certamen goza de tan buena salud gracias a todas las personas que han compartido sus relatos, y extendieron su gratitud a los centros educativos que han impulsado la participación de su alumnado, entre ellos Orixe, Iturrama, Toki Alai, Txingudi Ikastola, Egiluze, Solokoetxe, Orereta Ikastola e Irungo AEK.

Tampoco se olvidaron, por supuesto, de las integrantes del jurado, que ha estado compuesto por personas de la zona vinculadas a la literatura o al feminismo: Yurre Ugarte, Ainara Zuhazabeitia, Aitziber Zapirain, Itziar Gómez, Ainara Maia, Esther López Epelde, Noelia Lorenzo, Maite Vergara, Naroa González, Marian Benítez, Mertxe Tranche y Mari Jose Noáin. 

Entrega de Premios 

Durante el encuentro del jueves se anunciaron los nombres de los ganadores. En la categoría de jóvenes en euskera obtuvo el triunfo el hondarribiarra Ander Arozena Zamora, quien subió al escenario para recoger su galardón y aprovechó la ocasión para dedicar unas palabras de agradecimiento tanto a la organización del concurso como a Asun Casasola.

En la misma categoría, pero en castellano, el reconocimiento fue para Bruce Brad Oskar Silva Conchucos, cuyo relato llegó desde la localidad peruana de Churín.

Por su parte, en la categoría de adultos en euskera se proclamó campeona Gorane Cobas Costoyas, de Urnieta, mientras que en castellano el premio recayó en Javier Caballero Núñez, de Sevilla.

Así fue la entrega de premios de la décima edición del Concurso de Relatos Asun Casasola.

Lectura de los relatos ganadores

Con el acompañamiento al arpa de Maite Elizondo, los y las directoras de los centros educativos Eguzkitza, Txingudi Ikastola, Toki-Alai y Dunboa de Irun se encargaron el jueves de dar voz a los cuatro relatos ganadores.

Tras ellos, y para finalizar el acto, tomó la palabra Asun Casasola, que dio las gracias a Parean Elkartea y a todas las personas que hacen posible que el certamen siga adelante año tras año. “Sin vosotros y vosotras Nagore no existiría, sería una más de todas, y no estaríamos hablando de ella. Así que os doy las gracias”. Casasola aseguró además que seguirá “aportando los pequeños granitos de arena que pueda”, consciente de que su figura refuerza el mensaje que pretende transmitir y ayuda a que este cale mejor.

En la misma línea, y tal como se recoge en el documental que Parean realizó con la madre de Nagore el pasado 25N, en el que Asun declara que “las grandes conquistas se hacen poco a poco”, desde la organización del certamen aseguraron que continuarán trabajando para que el Concurso de Relatos Asun Casasola siga lleno de vida durante mucho tiempo: “Palabra a palabra, desde este concurso y con Asun como motor, cientos de personas aportan con sus relatos nuevos hilos para esa red que estamos cosiendo todas juntas. Esa red se llama igualdad, y somos conscientes de que queda mucho por coser, que a menudo toca remendar y volver a empezar, que a veces soplan vendavales que no nos lo ponen fácil. Pero seguimos. Hilo a hilo, palabra a palabra, enhebramos las agujas y seguimos adelante”.