El Tour arrancó con las prisas y urgencias que impone la carrera más grande del mundo. Todo se acelera en la Grande Boucle, que impulsa como ninguna otra cita. Lo urgente y lo importante viajan en el mismo compartimento. A Ion Izagirre le aceleró el pulso y la determinación. El de Ormaiztegi protagonizó el primer día pisando la fuga del día.
“Llegué con dudas por el tema de la costilla, pero he arrancado con una buena dinámica. Mi idea no era entrar en la escapada, pero estaba ahí delante y he entrado. A partir de ahí he intentado pelear por el maillot de la montaña. Al final no he podido seguir a los más fuertes de la fuga en los últimos kilómetros. Aún no estoy al 100%”, resumía Ion Izagirre a este periódico.
A pesar de que llegaba con dudas sobre su rendimiento tras la dura caída en el Tour de Suiza, Ion Izagirre demostró su estatus para poder subirse a una escapada de nombres importantes que tejieron el guion de la jornada. En ese punto, Izagirre buscó en las cotas diseminadas desde Florencia hasta Rímini los puntos para el maillot de la montaña.
Fuga de Ion Izagirre
Aunque no pudo subirse al podio, desgajado de la fuga tras una dura tunda, el de Ormaiztegi demostró que mantiene intacto el olfato para estar presente en carrera. A medida que transcurra el Tour es de suponer que las prestaciones de Izagirre crecerán. No es descartable que dé con la ganzúa para descerrajar una victoria a través de las puertas que ofrecen las fugas. “Lo normal es que vaya mejorando mi condición durante los próximos días”, explicó el de Ormaiztegi.
En Rímini también sobresalió la figura de Alex Aranburu, que se personaba en el Tour tras las recientes victorias en Bélgica y en el Campeonato de España de ruta. El de Ezkio, siempre en el grupo de los mejores, gestionó muy bien el final de etapa, vivaz por la persecución de Bardet y Van der Broek. No pudieron morder la desventaja de los dos fugados, pero Aranburu demostró que se encuentra en un estado óptimo de forma.
En el esprint de los elegidos, donde estaban los favoritos para la carrera, solo le superaron Van Aert, Pogacar y Van Gils. Pello Bilbao fue noveno. “Con calor todos hemos sufrido y nadie ha querido romper el pelotón para no reventar. Hemos sido conservadores”, desgranó el de Gernika. Mikel Landa, que cuidó de Evenepoel, terminó en el grupo de notables.