El Deportivo Alavés afronta esta tarde-noche una de las grandes citas que le depara la categoría de plata. Los pupilos de Luis García medirán sus aspiraciones clasificatorias en la visita a Ipurua, un lugar en el que a lo largo de la historia ambos contendientes han vivido episodios plagados de sonrisas o lágrimas.
Tras el parón de la competición doméstica por la Copa, el cuadro babazorro regresa a la dinámica liguera con un derbi de altura. Un partido a todas luces especial por la cercanía geográfica entre ambos contendientes y porque, además, tanto Eibar como Alavés son dos candidatos a ocupar la zona noble. En este sentido, aunque la rivalidad entre ambos rivales pueda elevar la temperatura del encuentro, Luis García advirtió ayer que son tres puntos los que hay en juego.
Y para regresar a Vitoria con una victoria más en el granero, el técnico babazorro tiene a su disposición a todos los futbolistas salvo Sylla, inmerso en su proceso de recuperación, y Benavídez, que tras su expulsión dejará un notable vacío en el pivote.
Por ello, el preparador madrileño tendrá que reajustar, una vez más, una sala de máquinas que durante la temporada se ha erigido como una de las notas más positivas. La titularidad de Sedlar en detrimento de Salva Sevilla o Moya puede ser una de las novedades.
Delante del Glorioso estará un Eibar especialmente voraz en su feudo. De hecho, al igual que la escuadra gasteiztarra, el Granada y el Villarreal B, los de Gaizka Garitano son los únicos que no han caído en su propia casa, por lo que la exigencia será máxima. Ipurua acostumbra a ser un lugar extremadamente complejo para lograr victorias y es evidente que la atención en defensa y la efectividad en el área rival marcarán la diferencia en el derbi. Con todo, de lograr una nueva victoria, el Deportivo Alavés podría alejar al Eibar a siete puntos de distancia y consolidar, otra semana más, su privilegiada posición de ascenso directo.– I. García