La exadministradora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) desveló que la líder de Junts, Laura Borràs, anunció que su amigo Isaías H. se encargaría del proyecto de la web antes de adjudicarlo y que ella puso objeciones a los contratos menores: “esas irregularidades no me gustaban”. Así lo puso de relieve Assumpta P., que testificó ayer en la quinta sesión del juicio en el que la presidenta suspendida del Parlament afronta una petición fiscal de 6 años de cárcel y 21 de inhabilitación por trocear supuestamente el proyecto de la web de la ILC para adjudicarlo a dedo, en 18 contratos menores por un valor global de 335.700 euros, a su amigo Isaías H., también acusado.
Assumpta P., que fue administradora de la ILC entre 2011 y 2016, afirmó que Borràs era consciente de que una instrucción de 2011 del secretario general de Cultura –que se renovó en 2015–, recomendaba que todos los contratos menores –de menos de 18.000 euros–, se adjudicaran eligiendo el presupuesto más ventajoso entre tres propuestas y que no se podían encargar varios proyectos al mismo proveedor en un mismo curso ni renovarle año tras año. Únicamente si se acreditaba que el proyecto solo lo podía desarrollar una misma persona o empresa debido a su experiencia se le podían adjudicar de forma directa, aunque se tenía que “justificar muy bien”, para respetar la “libre concurrencia”, precisó la testigo. Pese a ello, según ella, cuando Borràs llegó al frente de la ILC, en 2013, les anunció que impulsaría un “proyecto importante” para desarrollar la web de este organismo –“habrá un antes y un después”, recordó que les dijo– y les presentó a Isaías H. como la persona que “tiraría adelante” este trabajo, antes de que se le adjudicara.
Ya de entrada, indicó la testigo, le “extrañó” que la web se encargara a un externo y no al personal informático del departamento de Cultura, tras lo que ha recordado que todas las web de esta consellería las hacían los servicios técnicos de la Generalitat. Una vez se abrió el primer proceso de adjudicación, Assumpta P. explicó que era el propio Isaías H. quien le enviaba a ella los presupuestos que optaban al encargo, que iban a nombre de distintas empresas pese a que “todo el personal de la ILC sabía” que detrás de ellos estaba el amigo de Borràs. Por este motivo, la administradora se negó ante Borràs a seguir recibiendo en su correo electrónico esos presupuestos que le enviaba Isaías H., por lo que fue la responsable de la ILC y otro trabajador, Roger E., los que los recibieron a partir de entonces. Según la funcionaria, Borràs era la que decidía la adjudicación de cada proyecto y en más de una ocasión le dijo a la actual dirigente de Junts que no compartía lo que ocurría: “esas irregularidades no me gustaban y no quería que se perpetuaran”.