A pesar de la ruptura sistemática de estigmas que se van consiguiendo desde mitades del siglo XX, aún quedan algunos que pesan muy fuerte tanto en el imaginario colectivo como en la normativa estatal, y todo ello a pesar de la existencia de algunos testimonios que acreditan la utilidad de lo prejuiciado. En este caso, la víctima es el CBD o cannabidiol. Así lo recordó el Partido Cannábico Luz Verde este miércoles en el Parlamento de Navarra, que aplaudieron la nueva regulación que acepta el uso del CBD en siete dolencias, pero se quejaron de que hay muchas otras que se quedan fuera.
Este producto es un “cannabinoide de la marihuana, pero no tiene el nivel de THC que posee esta, sino que posee un 0,2%, lo permitido por la Unión Europea”, explica Víctor Culsa, socio del local Marea Verde en Burlada.
El THC es el componente psicoactivo de la marihuana, es decir, es aquello que produce la sensación de “subidón”. Ahora bien, en porcentajes tan bajos como los del CBD, ese efecto psicotrópico desaparece y puede usarse con fines médicos, como para aliviar el dolor o para ayudar con casos epilépticos, debido a sus efectos anticonvulsivante, pudiendo reducir drásticamente el número de ataques.
De todas las edades
“Vienen todo tipo de personas a comprar CBD, tanto gente mayor como joven, por problemas de dolor o por insomnio. Todo el mundo puede tener problemas y querer buscar alternativas fuera de la clásica medicación”, afirma Culsa respecto al perfil de sus clientes. La mayoría comparten el rasgo de no estar satisfechos por cómo la medicina clínica está tratando sus problemas.
“La gente apenas viene por recomendación del doctor, muy pocos médicos animan a sus pacientes a acudir a una grow. La mayoría que vienen son porque están cansados de las medicinas tradicionales y buscan otra solución. Nosotros no hacemos milagros, pero sí que podemos ofrecer una alternativa natural contra esos medicamentos con los que muchas veces nos bombardean”, explica Culsa.
“ Nosotros no hacemos milagros, pero sí que podemos ofrecer una alternativa natural ”
Víctor Culsa - Socio del local Marea Verde en Burlada
Ahora bien, aún no está normalizado el CBD como remedio contra los dolores. Muchos lo relacionan directamente con la marihuana y, consecuentemente, con la drogadicción. A pesar de no contar con los mismos niveles de THC, oyen que es un cannabidiol y piensan en jóvenes fumando porros, muy lejos de la realidad.
El CBD puede consumirse de muy diversas formas, siendo el cigarro la más marginada. “El CBD lo tienes en aceites (tanto para freír como para ingerir o aplicar en la piel), cremas, tabletas, chucherías para los animales, cápsulas de café, flores aromáticas, champú, semillas comestibles. La pregunta es más qué no puede tener CBD”, afirma Culsa.
Hay que romper el estigma
Pero, a pesar de las diferentes modalidades y de los múltiples problemas para los que puede usarse (insomnio, estrés, dolores crónicos, epilepsia, fibromialgia, artritis y muchos más), hay clientes que se avergüenzan de ir a un grow “A mi me llega a venir gente de Soria porque aún sigue vivo ese estigma contra los cannabinoides y mucha gente no quiere que le vean en un local de este tipo en su ciudad. Prefieren hacerse un viaje a otra comunidad y comprar sus cosas ahí”, confiesa Culsa.
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Al parecer, en Europa se está desvaneciendo ese mito tan negativo contra el CBD. Gran parte de los productos del local de Burlada provienen de otros países europeos. Siguiendo al socio del establecimiento, hay que reivindicar no solo la normalización del producto sino que también permitir también un aumento en la proporción del THC, pues, mientras que en el resto del continente se permiten hasta 0,5 o 1%, en España seguimos atrasados en un 0,2% que limita los efectos médicos del cannabidiol.
Normalizar el CBD
“Hay que buscar tanto que el CBD se generalice como que se permita un aumento del porcentaje, como sucede en el resto de Europa. Las dos cosas. Que el CBD se normalice, que los médicos comiencen a recomendarlos y que un cliente sea capaz de admitir que usa este remedio sin esperar prejuicios por parte de su interlocutor. No somos médicos ni aspiramos a serlo, solo ofrecemos una alternativa a las personas cansadas de la medicación”, sentencia Culsa.
Por último, el CBD no produce esa adicción que le pueden adjudicar de forma intuitiva por su relación con la marihuana. Al igual que ciertos medicamentos, la adicción no se debe a ciertas propiedades intrínsecas del producto sino a que, una vez te acostumbras a vivir con la ayuda de algo, puede ser complicado dejar de recurrir a dicha ayuda que ha empezado a formar parte de tu vida. Así, como todo en la vida, debe usarse con responsabilidad y sin excederse.