Polideportivo

Una Itzulia sin dueño

La carrera vasca, que comienza este lunes con una crono en Gasteiz y finaliza el sábado en Eibar, se abre al duelo entre varios secundarios de lujo ante la ausencia de las grandes estrellas
Ciclistas durante la tercera etapa de la Itzulia del pasado curso.
Ciclistas durante la tercera etapa de la Itzulia del pasado curso. / Javier Bergasa

Conceden Ion Izagirre, campeón de la Itzulia de 2019 tras una jornada trepidante en Eibar, y Pello Bilbao, uno de los ciclistas más sólidos y solventes, vencedores ambos de etapas en el Tour y el Giro, también en la carrera vasca, que la competición que amanece este lunes con una crono individual en Gasteiz y se rematará el sábado en Eibar, será “una Itzulia de bloques”.

Ni el de Ormaiztegi ni el de Gernika ponen nombres ni identidad a los opositores al triunfo, a la corona de lana, a la txapela que el pasado curso lució Juan Ayuso. Hablan ambos cuando se le inquiere sobre los favoritos de equipos, de estructuras y formaciones.

“No están los grandes gallos, esos que pueden dominar la carrera y llevarla atada, pero seguro que habrá gente con mucho nivel. Es una carrera WorldTour y hay equipos muy potentes, como Bora, UAE o Visma”, sugiere Ion Izagirre, un ciclista que mantiene un idilio formidable con el “Tour de casa”, como gusta definirlo en el Euskaltel-Euskadi. Pello Bilbao mantiene un discurso similar al de Izagirre.

Ion Izagirre buscará ser competitivo.

Ion Izagirre buscará ser competitivo. Mathilde L'Azou / Team Cofidis

“Lo que está claro es que no hay un candidato claro, pero sí un bloque por encima del resto, que es el UAE. El Movistar, con Castrillo y Mas, también hace una apuesta muy fuerte. Entre el resto creo que las fuerzas están muy igualadas”.

La ausencia de las más rutilantes luminarias que pueden ensombrecer al resto de competidores fija la coordenadas de una carrera que se presenta muy abierta y que se ramifica a través del relato de un puñado de clásicas por Hegoalde.

“Es el carácter de la Itzulia. Siempre hay que estar muy atento porque puedes perder la carrera en cualquier momento. Es una prueba que se vive kilómetro a kilómetro y al no haber un favorito claro, que pueda bloquear o controlar la carrera, todo estará más abierto”, establece Pello Bilbao. “En la Itzulia no puedes distraerte. Hay que prestar mucha atención porque siempre puede pasar algo”, destaca Ion Izagirre.

Reverberando aún en la memoria la maldita curva de Olaeta, donde la Itzulia se precipitó al abismo en un accidente que agarró con saña a Vingegaard, Evenepoel, Roglic, Cras o Jay Vine, la carrera vasca emprende el camino hacia el resurgimiento. El renacimiento de una prueba que quedó muy marcada en el imaginario colectivo por el desprendimiento de las estrellas, doloridas y heridas.

Sin estrellas en la Itzulia

Todas ellas decidieron esquivar una cita que adora a los ciclistas, encantados por el entusiasmo y fulgor de la afición, pero todavía con el recuerdo fijado de una foto dramática. “Pensé que pude morir”, dijo Vingegaard sobre aquella escalofriante secuencia.

El cartel de la Itzulia no posee la purpurina ni las luces de neón de los grandes estrenos de Hollywood. Lo tuvo el pasado curso hasta el fundido a negro de Olaeta, hasta su apagón. Trata la carrera de encontrar una rendija por la que se cuele la luz.

No se espera que la iluminen los focos más potentes, pero sí una hilera de antorchas, grandes secundarios, que sirvan para iluminar una prueba que respeta el espíritu de la carrera, que honra a su biografía, a su legado.

Pello Bilbao.

Pello Bilbao. Bahrain / Sprint Cycling

Secundarios de lujo

En la Itzulia, además de Ion Izagirre y Pello Bilbao, referentes vascos para la lucha por la azotea, se embarca el poderoso UAE, con Joao Almeida y Brandon McNulty como candidatos, toda vez que Isaac del Toro, que se fue al suelo en el G. P. Miguel Indurain, alcanza la cita con el cuerpo baqueteado.

Otra de las parejas que destaca es la que conforman Enric Mas, tercero en la Volta, y Pablo Castrillo, que peleó por el podio en el UAE Tour. Además, el Visma presenta a Sepp Kuss, vencedor de la Vuelta de 2023, y Kelderman como garantes de la jerarquía del Visma.

El Red Bull es otra formación que cargará con Florian Lipowitz, Daniel Martínez, vencedor de la Itzulia en 2022, y Aleksandr Vlasov. El Tudor se presenta con Julian Alaphilippe, bicampeón del Mundo, y Marc Hirschi. Ben Healy y Hugh Carthy son el binomio del Education First.

Santiago Buitrago, vencedor de la Volta a la Comunitat Valenciana y compañero de Pello Bilbao, es otro de los nombres de la baraja que pretende estar en la zona noble.

Euskaltel, Kern y Caja Rural, a dejarse ver

Entre el resto, el Euskaltel-Euskadi, que forma un equipo de solo vascos, el Kern Pharma, que quiere lanzar a Urko Berrade, o el Caja Rural, que desea brillar como lo hizo en el G. P. Indurain, parten en la Itzulia con la intención de dejar huella y protagonizar la carrera en lo posible.

Pablo Castrillo, otro ciclista a seguir.

Pablo Castrillo, otro ciclista a seguir. Javier Bergasa

Todos ellos se adentrarán en un recorrido que responde punto por punto a la identidad de la Itzulia, si bien surge la añoranza de un final en alto. En cualquier caso, el trazado, que toma vuelo con una crono de 16,5 kilómetros en Gasteiz, uno de lo puntos calientes de la carrera, es idóneo para que la carrera se resuelva en apenas un manojo de segundos.

Orden de salida de la crono

La contrarreloj individual de Gasteiz será el primer test importante de la Itzulia, tal vez fundamental. Harold Tejada abrirá la comitiva a las 14:15 horas. Los ciclistas partirán cada minuto salvo los últimos 20, que lo harán cada dos minutos. Entre varios de los favoritos estos son los horarios. Ben Healy (14.35 h), Sepp Kuss (14:55 h), Markel Beloki (15:23 h), Santiago Buitrago (15:25 h), Alaphilippe (15:28 h), Ion Izagirre (16:02 h), Enric Mas (16:08 h), Lipowitz (16:10 h), Joao Almeida (16:36 h), Juaristi (16:46 h), Alex Aranburu, (16:56 h), Castrillo (17:10 h), Daniel Martínez (17:14 h), Pello Bilbao (17:20 h) y McNulty (17:22 h).

Salvo la segunda jornada, que une Iruñea con Lodosa y no es descartable el esprint o una fuga, dependiendo del poder intimidatorio de los equipos, el entramado de la carrera establece el escenario ideal para una guerra de guerrillas en las siguientes cuatro etapas.

Etapas complicadas

La jornada entre Zarautz y Beasain se concentra en la ascensión a Lazkaomendi, que exigirá una excelente colocación para no perder pie en el muro y posterior descenso en una etapa con más de 3.000 metros de desnivel y numerosos puertos. El oleaje y la ondulación continuarán de Beasain a Markina.

La ascensión a Izua puede provocar algún desgarro y agitar la carrera camino de Bizkaia por un terreno hostil. La llegada a Gernika, diseñada por Pello Bilbao, con el descubrimiento de carreteras estrechas, reviradas y la ascensión a Baldatika, servirá, sin duda, para generar tensión y movimientos estratégicos.

“Está diseñada para ello”, determina el gernikarra. El cierre espera en la tradicional jornada de Eibar, donde no queda margen de maniobra, y se apilan las subidas a Arrate, por Krabelin e Izua.

Llegarán después de un primer ascenso a Azurki en un terreno nervioso y con la volatilidad suficiente para provocar que todo salte por los aires. Así fue como Ion Izagirre conquistó la carrera en 2019. La Itzulia de los secundarios de lujo busca dueño.

2025-04-08T06:09:05+02:00
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