La violencia en el fútbol sigue siendo una problemática creciente, especialmente en las categorías inferiores, donde los valores del deporte deberían prevalecer lamentablemente, en el encuentro reciente en la Tercera Andaluza del fútbol alevín, este espíritu fue eclipsado por un incidente de agresión protagonizado por un familiar de un jugador. La madre de un niño del CD Español de Albolote protagonizó una agresión al arbitro tras el partido frente al CF Alhendín, un acto que ha generado repudio y condena.
Agresión al arbitro
El incidente ocurrió el sábado 23 de noviembre, al finalizar el partido entre el CF Alhendín y el CD Español de Abolote. En las imágenes que rápidamente se difundieron en las redes sociales, se observa como la madre del jugador de equipo visitante, tras el pitido final, salta la terreno de juego y se dirige directamente al arbitro. La mujer le suelta un manotazo en la cara al colegiado, quien reacciona empujándola para defenderse. Sin embargo, la situación escaló cuando la agresora volvió a encararse con él y lanzó un puñetazo que no llegó a impactar en su rostro.
Afortunadamente, la intervención de varias personas presentes en el campo logró separar a la mujer del arbitro, evitando que los hechos fueran a mas. El incidentes termino sin consecuencias graves, aunque dejo en evidencia la necesidad de erradicar la violencia en el deporte, sobre todo en futbol base.
Reacción del club y condena pública
El CD Español de Albolote, el equipo al que pertenece el jugador involucrado en la agresión, ha condenado públicamente el comportamiento de la madre y se ha puesto a disposición de las autoridades para colaborar en la resolución del caso. El club ha expresado su firme rechazo a cualquier acto de violencia y ha subrayado la importancia de que los valores del deporte sean siempre un ejemplo para los más jóvenes.
Este tipo de incidentes, lamentablemente, no son aislados. La violencia en las gradas y, más preocupante aún, la violencia protagonizada por los propios padres o familiares de los jugadores, es un fenómeno que ha aumentado en las últimas temporadas en el fútbol base de España. Es fundamental recordar que los niños y jóvenes que participan en estos partidos deben ver en los adultos un modelo a seguir, no un ejemplo de agresividad y falta de respeto.