Uno de los aspectos más llamativos de Álava, al margen de sus paisajes o historia, es su clima, conocido principalmente por sus calurosos veranos e inviernos helados. Y, en lo que a estas fechas respecta, cuando el termómetro marca las temperaturas más bajas, hay algunas zonas que destacan por su ambiente gélido.
En la estación en la que nos encontramos, es frecuente que a lo largo del territorio hallemos lugares donde la nieve y el frío son protagonistas. Pero, ¿cuáles son esos pueblos? Para entenderlo, vamos a echar un vistazo al clima alavés y a sus particularidades.
El clima de Álava
El clima en Álava está marcado por inviernos fríos y veranos cálidos. Esta diversidad es resultado de la geografía variada de la provincia, donde las áreas montañosas acostumbran a temperaturas más bajas, sobre todo en invierno.
Por lo tanto, y para ver en qué puntos del territorio ocurre este fenómeno, analizamos con detalle qué localidades alavesas son las más frías.
Ozaeta
Uno de los sitios más fríos de Álava es Ozaeta, un concejo perteneciente al municipio de Barrundia y ubicado a aproximadamente 600 metros sobre el nivel del mar. Es popular por sus paisajes naturales y su arquitectura tradicional.
Durante el invierno, las temperaturas mínimas pueden alcanzar los -5 °C, y las nevadas transforman su entorno en un paisaje de ensueño. Aun así, Ozaeta es ideal para el senderismo y la exploración de la naturaleza, apto para vivir la belleza del invierno.
Laguardia
Aunque Laguardia es famoso por sus bodegas y la calidad de su vino, también experimenta inviernos fríos. Situado a unos 510 metros de altitud, el pueblo suele experimentar temperaturas que pueden descender a -4 °C en los meses más fríos.
A pesar de las bajas temperaturas, Laguardia ofrece una atmósfera tranquila, perfecta para disfrutar de un buen vino tinto mientras se contempla el paisaje invernal.
En invierno, la gastronomía local cobra protagonismo, con platos calientes y reconfortantes que permiten a los visitantes disfrutar de una experiencia culinaria única en medio del frío.
Zalduondo
Zalduondo se encuentra en una zona montañosa que favorece un microclima frío. Durante el invierno, las temperaturas pueden caer considerablemente, y la nieve es un fenómeno más que habitual.
Este pequeño pueblo, con su arquitectura tradicional, se transforma en un escenario mágico en los meses invernales. En ese contexto, los habitantes de Zalduondo aprovechan el frío para realizar actividades al aire libre.
Salvatierra
Salvatierra, también conocido como Agurain, al este de Álava, tiene una rica historia que se remonta a la Edad Media. Durante el invierno, las temperaturas suelen rondar los 0 °C, y la nieve cubre sus calles y plazas, creando un entorno pintoresco.
De hecho, dada su ubicación, no esa de extrañar que de vez en cuando este municipio registre las marcas más bajas de temperatura de toda la geografía alavesa.
Oion
Oion, situado en la Rioja Alavesa, también destaca por sus inviernos fríos, con temperaturas que a menudo bajan de cero debido a las corrientes de aire frío que descienden de las montañas.
Sin embargo, Oion es también un lugar culturalmente rico, donde las festividades invernales, como las Navidades, llenan de vida los mercados y ferias locales. Pese al frío, los residentes disfrutan de la convivencia y de las tradiciones que permiten sobrellevar las bajas temperaturas con alegría.
La vida en los pueblos fríos
La vida en estos pueblos fríos de Álava no se centra únicamente en el clima. La comunidad, la tradición y el entorno natural juegan un papel fundamental en la experiencia de sus habitantes, de las cuales estos presumen orgullosos.
Si bien en ocasiones las bajas temperaturas pueden suponer un impedimento, las actividades locales hacen que los meses más fríos del año se puedan sobrellevar de la mejor manera posible.
Resistiendo al frío
Para aguantar el frío más duro en invierno, es fundamental vestirse con capas. Usa una base térmica que retenga el calor, una capa intermedia aislante y una capa externa impermeable y cortaviento.
Del mismo modo, mantén los pies calientes con calcetines de lana y calzado adecuado. Protege extremidades con guantes, bufandas y gorros. Además, mantente activo para generar calor corporal y consume alimentos calientes y bebidas como té o chocolate caliente.
En interiores, apuesta siempre por utilizar mantas y calefacción. Finalmente, evita cambios bruscos de temperatura al salir y entrar, y cuida tu piel con hidratantes para evitar la sequedad.