La sorprendente expulsión de Maite Galdeano ha dejado a la segunda edición de Pesadilla en el Paraíso sin su gran animadora y con riesgo de que el programa pierda interés. Así que, aprovechando el abandono de Pablo Sebastian (el pianista de Parada) debido a una caída que sufrió en una prueba que le provocó tres puntos en el labio, Mediaset ha decidido dar un golpe de efecto y rescatar del olvido a un personaje que fue muy mediático.
Tanto que fue la primera expulsada del primer gran reality que hubo en la televisión de este país: Gran Hermano, que se estrenó en abril de 2000 con la etiqueta de “experimento sociológico” presentado por Mercedes Milá, que arrasó en audiencias y que convirtió en famosísimas a una docena de personas anónimas. Entre ellas María José Galera, una sevillana que, pese a marcharse nada más empezar el concurso, gozó de una enorme popularidad, ya que en aquella época conforme iban siendo expulsados comenzaban a colaborar en programas como A tu lado, Crónicas Marcianas, etcétera. Y a hacer caja.
Nagore Robles y María José Galera, en la granja.
Su expulsión dejó uno de los momentos más recordados de este programa a lo largo de todas las ediciones, debido a la desesperación de Jorge Berrocal, con el que acababa de iniciar una relación dentro de la casa (duró un año). El “quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza” y el “no lloréis, que me voy a casar con ella” se convirtieron en frases de cabecera, aunque más adelante ella reveló que su salida fue pactada con la organización al ser conscientes de que iba a salir a la luz su pasado en el mundo de la prostitución.
Galera ganó mucho dinero, convirtiendo su separación de Jorge Berrocal en un show televisado e incluso grabó un disco, pero sus malas inversiones en restaurantes y discotecas en España y en un club de pádel en México la llevaron a la ruina. Eso unido al fallecimiento de una de sus hijas, que nació con parálisis cerebral y murió en 2008 con 17 años (el paso de su madre por la prostitución se debió a la necesidad de dinero para sus tratamientos), acabó con la andaluza en un pozo del que consiguió salir y ahora está casada, trabaja como guardia jurado y hace unos meses ya declaró en Sálvame que le gustaría volver a un reality. Lo hace ahora, a sus 53 años, en una granja en la que va a coincidir con concursantes que no habían nacido cuando ella saltó a la fama. "Vengo a darlo todo", aseguró el domingo por la noche al debutar en el programa.