Un jurado empezó a deliberar este lunes en el juicio que acusa a una madre, Jennifer Crumbley, de cuatro cargos de homicidio involuntario por el tiroteo masivo que cometió su hijo en un instituto de Michigan en 2021 y que acabó con la vida de cuatro personas.
Crumbley, de 45 años, se convirtió en la primera madre en el país en ser juzgada por un tiroteo cometido por su hijo, Ethan Crumbley, que en el momento de los hechos era menor de edad y que, actualmente, cumple cadena perpetua sin libertad condicional.
La fiscalía argumentó que la mujer, que se declaró inocente de los cargos que se le imputan, es responsable de lo sucedido al cometer una "negligencia grave" al dar una arma a su hijo, que en 2021 tenía 15 años, en lugar de proporcionarle tratamiento adecuado.
El tiroteo masivo sucedió el 30 de noviembre de 2021 en el Instituto Oxford en el municipio de Oxford (Michigan) y cuatro estudiantes resultaron muertos y otros seis alumnos y un profesor heridos, por lo que Ethan se declaró culpable de un delito de terrorismo, cuatro de asesinato y otros 19 cargos relacionados con la matanza.
Durante la semana pasada, distintos personas entre ellas empleados de la escuela y personas que conocían a la madre, testificaron a favor de la acusación y ahora un jurado de 12 miembros tiene que llegar a un veredicto por unanimidad.
Sabía que su hijo sufría problemas mentales
La acusación alegó que la madre sabía que su hijo tenía problemas mentales y que el adolescente, que tenía alucinaciones con fantasmas, le habría pedido ayuda y que ella nunca se lo tomó en serio.
Pero aparte de negar esta versión, al subir al estrado en su propia defensa, la madre no se arrepintió de sus actos: "Me he preguntado si habría hecho algo diferente y no lo habría hecho", sentenció.
Además, la abogada defensora argumentó que la culpa no es de la mujer, sino de la escuela por no notificar los problemas de conducta de su hijo y del propio Ethan, de quien dice que planeó y llevó a cabo el ataque por su cuenta.
La defensa también apunta al padre del perpetrador, James Crumbley, quien afronta un juicio separado por los mismos cargos previsto para marzo, por no asegurar correctamente el arma de fuego.
Dicha arma fue un regalo de los padres a Ethan, un hecho que la fiscalía también utilizó como motivo de acusación, puesto que existen vídeos en redes sociales que muestran a madre e hijo probando el artilugio en un campo de tiro días antes del tiroteo.
Por último, la acusación destacó la pasividad de Crumbley en una reunión en el instituto el mismo día del tiroteo, en la que recomendaron a los padres que Ethan recibiera tratamiento sobre su salud mental al encontrar un dibujo hecho por él, en el que aparecía una pistola y una persona sangrando.