La Policía está acostumbrada a encontrarse casi cualquier cosa en las carreteras de todo el mundo. Imprudencias de todo tipo, maniobras arriesgadas, personas que conducen vehículos extraños y un largo etcétera de situaciones que requieren de su intervención para evitar accidentes o que se comprometa la seguridad de los usuarios. Lo que seguro que no esperaban ver los agentes es a una niña de ocho años sola en un coche de un tamaño considerable, conduciéndolo por una carretera de doble sentido a lo largo de unos 20 kilómetros.
Desaparición de una niña
Sucedió el pasado fin de semana en la localidad de Bedford, en Ohio (Estados Unidos), y por suerte no sucedió nada grave, aunque parece un milagro que lo ocurrido no acabara en tragedia. La Policía local recibió una llamada de teléfono en la que se denunciaba la desaparición de una niña e inmediatamente se activó el dispositivo de búsqueda. Y muy poco tiempo después, otra llamada de un hombre alertó de que un coche conducía de forma errática por una carretera cercana, haciendo continuos zigzags e invadiendo el carril de sentido contrario, y que aunque fuera difícil de creer parecía que lo conducía una niña de muy corta edad.
Pese al operativo que se desplegó, la Policía no consiguió dar con el vehículo en marcha, pero sí lo localizó finalmente estacionado en el parking de un supermercado de la firma Target, en la localidad de Brainbridge. Al entrar en el local, los agentes encontraron a la niña de ocho años, que se había desplazado hasta allá en coche únicamente para tomarse un café, concretamente un frapuccino.
Sólo chocó contra un buzón
No se conoce cuál es el recorrido que realizó la niña al volante del coche de sus padres, pero entre su casa, donde se encontraba el coche, y el parking en el que apareció aparcado hay cerca de 20 kilómetros, lo que supone unos 25 minutos conduciendo. La niña aseguró a los agentes que únicamente chocó contra un buzón durante el trayecto, sin que haya habido, que se sepa, ningún otro coche afectado ni personas heridas.
Un hecho absolutamente insólito, al igual que las escasas consecuencias que ha tenido el mismo, que provocó una angustiosa espera a sus padres, que temieron lo peor. Debido a la corta edad de la niña, la Policía no ha podido presentar cargos contra ella, pero a buen seguro que sus progenitores habrán aprendido la lección y dejarán las llaves del coche a buen recaudo.