La gripe de este año está desconcertando, por su comportamiento totalmente atípico, y sigue azotando Euskadi en plena primavera. A falta de los últimos datos que se comunicarán este miércoles, Pello Latasa, responsable de Epidemiología del Departamento de Salud, admite que la gripe “está en una fase de incidencia bastante alta y con un nivel de circulación elevado”. Las últimas cifras hablan de una incidencia del 35%, aunque el 10% ya es un dato de gripe importante. En la primera semana de marzo, la incidencia de la gripe en Euskadi subió hasta los 42,76 casos por 100.000 habitantes, disparándose en los tres territorios. “Tenemos que bajar mucho para llegar a niveles fuera de pico epidémico”, señala Latasa.
“Monitorizamos la situación de la gripe semana a semana, y hemos visto que la semana 10 hubo un repunte de casos”, explica el responsable vasco de Salud. La influenza está afectando especialmente a los niños más pequeños, en cuanto a incidencia y volumen de contagios, “porque es un virus que se transmite muy fácilmente a ciertas edades. Por eso se están produciendo también más visitas al pediatra”.
Pero también afecta a los más mayores, con menos casos, pero de más gravedad. “Porque las personas que tienen comorbilidades pueden tener una evolución más compleja. Por eso las campañas de vacunación suelen empezar con los grupos de riesgo, y las personas usuarias de residencias”, afirma.
Un antes y un después
Latasa destaca sobre todo lo anómalo de esta temporada. “Hemos perdido la predictibilidad que tenía la gripe antes de la pandemia. De hecho, podemos decir que estamos ante una temporada muy atípica. Hemos pasado dos años sin apenas circulación. Ni en 2020 ni en 2021 hubo gripe, y en 2022 ha estado todo el año circulando con una intensidad baja”. El epidemiólogo resalta que empezó a subir muy pronto. “En agosto ya veíamos que aumentaba la incidencia, cosa muy rara”. “Es verdad que el incremento no fue muy grande porque la gripe cuando empieza a aumentar pega, de repente, un alza muy marcada. Y este año va aumentando poco a poco, va bajando, va subiendo, pero antes no veíamos este comportamiento del virus”, explica.
Los subtipos en circulación no han experimentado, sin embargo, un cambio significativo. “Lo que hemos observado es que, a finales de octubre, cuando empezó la gripe a aumentar, era por el A(H3) y en la semana 10, en esta nueva onda, abundan el A(H1) y el B. Son los que siempre circulan. De hecho, las temporadas gripales suelen empezar con A y terminar con B. Cada ciertos años, la B predomina más, aunque no es lo habitual”, especifica Latasa.
Los pequeños de la casa están siendo los más perjudicados ya que el virus gripal infecta con más frecuencia a los menores porque muchos no han tenido tiempo de pasarla ni están vacunados, una situación que facilita la propagación. Asimismo, se transmite con bastante rapidez al toser y estornudar, por lo que ellos se contagian muy fácilmente. Es por esto que el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda ha constatado una mayor presión en la Atención Primaria, el ámbito asistencial en el que repercuten la mayor parte de los casos.
En este sentido, y para paliar este tipo de infección respiratoria, el Departamento vasco de Salud ha decidido incorporar al calendario vacunal infantil el suero de la gripe. Esta vacuna, que ya se administraba a la población infantil de riesgo, se ampliará a partir de ahora a todos los niños y niñas de entre seis meses y cinco años.