Fue presentadora de Informativos Telecinco entre 1997 y 2006, antes de marcharse a vivir a Riad, la capital de Arabia Saudí, donde llevaba una vida plácida con su familia y mataba el gusanillo escribiendo blogs. Ahora Sol Villanueva ha desvelado en un libro, llamado Toledo 1520/2020, que estuvo a punto de morir en enero de 2020, cuando ingresó en un hospital saudí con todo el cuerpo paralizado y sin voz. Una rara enfermedad de la que poco a poco se ha ido recuperando.
La periodista relata cómo unos días antes empezó a sentirse cansada y con un lado de la cara congestionado, pero no le dio más importancia hasta unos días después, aunque en Urgencias le dijeron que se encontraba bien. Al día siguiente la situación empeoró, con un preocupante estado de confusión, y terminó siendo trasladada en ambulancia al hospital al borde de la muerte. Era el 11 de enero y fue el primer día de mes y medio en la UVI.
El síndrome de Guillain-Barré
Allá le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que sólo afecta a dos de cada 100.000 habitantes y que provoca que el sistema inmunológico ataque al sistema nervioso en lugar de al virus o la bacteria que esté afectando al cuerpo. Y le dijeron que iba a ir a peor, algo que a ella no le parecía posible. Pero así fue, de un día para otro se convirtió en una tetrapléjica sin apenas esperanza. “Estaba con la traqueotomía, no podía comer, no podía tragar, no hablaba, no podía mover absolutamente ninguna parte de mi cuerpo más que el dedo gordo del pie derecho. Tu conciencia va por una parte y tu cuerpo por otra, volver a reconciliar eso lleva su trabajo”, rememora.
Pero una puerta se abrió cuando a finales de febrero fue trasladada a España, al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Convencida de que se iba a recuperar, se encontró con otra dificultad: poco después de llegar a la ciudad castellanomanchega se decretó el primer confinamiento por covid. Allá pasó 16 meses ingresada, tras los 15 días iniciales en la UVI, y experimentando una lenta pero progresiva mejoría. Y retomó su ilusión por escribir gracias a un brazo metálico, un ratón en la barbilla y un pulsador.
Llegó un día en el que un celador del hospital la llevó a una galería acristalada desde la que pudo ver Toledo y ahora la ciudad es la inspiradora de su libro, que cuenta dos historias de mujeres, una de ellas la suya, en Toledo, en situaciones de crisis y lucha por la vida, con 500 años de diferencia.
Aunque la enfermedad ha dejado secuelas en ella, sobre todo en su voz y en su movilidad, Sol Villanueva recibió el alta en julio de 2021 y ahora lleva una vida prácticamente normal, algo que en su día le pareció que ya sería imposible. “No sólo he rehecho mi vida, también prácticamente he renacido”, afirma.