Si por algo se caracteriza el fútbol actual, al menos en lo referente al trato hacia los entrenadores, es por su escasa paciencia. Salvo en casos muy específicos, todo aquel técnico que asume el mando de un equipo profesional sabe que es esclavo de sus resultados y que, además, necesita que estos lleguen desde el principio, pues, aunque muchos prefieran ignorarlo, cuando firman su contrato también aceptan un reloj de arena que recibe un zarandeo inevitable con cada derrota.
Dos buenos ejemplos de esto último son el Levante y, sobre todo, el Getafe. Pese a la fase tan temprana en la que se encuentra la presente temporada, ya que únicamente se han disputado ocho jornadas, los granotas y los azulones han preferido poner fin a sus relaciones con Paco López y Míchel González antes que ofrecerles el tiempo necesario para solucionar el mal arranque liguero. Algo entendible en la escuadra valenciana, convencida de tomar otro rumbo y explorar nuevos horizontes después de tres años con el preparador sillero, y, sin embargo, bastante contraproducente en el caso de los madrileños teniendo en cuenta el complicadísimo reto que tenía su exentrenador por delante.
La cuestión ahora es que, tras esas dos destituciones, todas las miradas apuntan al Deportivo Alavés. No las que están en Vitoria-Gasteiz, porque en la capital vasca –en referencia a los aficionados– la confianza en Javi Calleja es total, pero sí las que llegan desde otros lugares. Más aún, teniendo en cuenta que, precisamente, la entidad del Paseo de Cervantes no ha destacado en los últimos años por su paciencia con el hombre que ocupaba su banquillo. Y es que, desde que se logró el ascenso a la máxima categoría en 2016, hasta ocho técnicos han pasado por el Glorioso y, además, uno de ellos (Abelardo Fernández) lo hizo en dos ocasiones.
Por ello, las próximas semanas, en especial si no se consigue revertir definitivamente la mala dinámica, van a ser una auténtica prueba de paciencia para el club de Mendizorroza, que tendrá que elegir si aventurarse por la senda marcada por el Levante y el Getafe o si, por el contrario, seguir siendo la excepción de LaLiga y confiar en Javi Calleja. Un entrenador que, a raíz de lo acontecido la temporada pasada, ha demostrado estar de sobra preparado para superar cualquier piedra que se interponga en el camino del conjunto babazorro y que, asimismo, está tocando todas las teclas habidas y por haber para dar la vuelta a la situación.
Ex albiazules
Por otro lado, una de las sorpresas de esta semana ha sido la elección del Levante para sustituir a Paco López. El cuadro granota, con cuatro empates y otras cuatro derrotas en las ocho primeras jornadas, ha acudido al mercado chino para traer de vuelta a un viejo conocido de la afición alavesista como es Javi Pereira, que no ha dudado en rescindir su contrato con el Henan Songshan Longmen chino.
El técnico pacense, más habituado a cumplir el papel de segundo hombre, llegó al conjunto albiazul en 2009 y, poco después de terminar una gris primera vuelta, fue sustituido por Iñaki Ocenda, al que le faltó muy poco –apenas un punto– para meter en play off a un Alavés en el que destacaban futbolistas como Óscar Rico, Joseba Arriaga o Igor Martínez.
Posteriormente, Pereira volvió a ser la mano derecha de Juan Ignacio Martínez, con quien ya coincidió en el Salamanca y el Albacete, y formó parte de la plantilla levantinista que consiguió clasificarse para la Copa de la Uefa –también acompañó al alicantino en el Real Valladolid–. Su siguiente paso fue ser el ayudante de Slavisa Jokanovic en el Watford, el Maccabi y el Fulham; y, finalmente, inició su travesía asiática como segundo entrenador del Chongqing Lifan, cuyo banquillo estaba encabezado por Jordi Cruyff.