La trayectoria como periodista y fotógrafo en los lugares que ha visitado del planeta convierten a Gervasio Sánchez en un invitado de excepción para esta primera sesión en el Palacio Europa. Antes de su conferencia repasa para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la situación del panorama internacional, mientras ultima su nuevo libro Violencias, mujeres y guerras.
¿Qué va a poder escuchar esta tarde la audiencia que se congregue en el Palacio Europa?
–Voy a profundizar en la situación del Sáhara y las razones que me han llevado a realizar el trabajo en los campamentos de refugiados y también hablar, por extensión, de conflictos como el de Afganistán. También me centraré en el desarrollado en Honduras y Guatemala, donde he documentado las historias de activistas de derechos humanos y medioambientalistas, que están en el punto de mira de los militares y sicarios sin escrúpulos.
La sensación es la de que la comunidad internacional no se moviliza ante conflictos en los que no hay un cierto interés económico.
–Lo hemos visto claramente con lo que ha pasado en Afganistán. La comunidad internacional, reducida a Estados Unidos y las potencias europeas, han fracasado de manera vergonzosa con su comportamiento durante dos décadas. Han tratado al país como si fuera un protectorado manteniendo un despliegue de tropas durante veinte años y siendo permisivos con la corrupción generalizada.
Tras esa salida del país, ¿se ha ofrecido una versión blanqueada del régimen talibán aludiendo al cambio en su comportamiento respecto a hace veinte años?
–Los que están haciendo Estados nidos y Europa es blanquear su propio fracaso. Como son tan cobardes los políticos y diplomáticos de no aceptar que ellos son los principales responsables de haber sido permisivos con la corrupción y los señores de la guerra, lo blanquean de esa manera. Es absurdo que ahora vengan diciendo Estados Unidos y Europa que no sabían lo que estaba pasando en Afganistán, cuando cualquier persona bien informada sabíamos que los talibanes hace diez años ya controlaban partes importantes del país y que avanzaban sin dificultades por amplias zonas.
Ahora que ha desaparecido del primer plano de la agenda informativa, ¿qué le transmiten sobre cómo está la situación interna en Afganistán?
–Tengo compañeros que están volviendo estos días después de completar su trabajo allí, como por ejemplo Mónica Bernabé, que ha estado un mes en el país. La situación está un poco a la espera de las decisiones que van a tomar los talibanes porque, entre otras cosas, dependen de la ayuda internacional. Si incrementan su represión hacia mujeres y niñas, posiblemente van a encontrarse con problemas económicos muy serios y no serán ayudados por la comunidad extranjera.
La Prensa también juega su relevancia a la hora de colocar estos conflictos en primer plano. ¿Cuál ha sido el papel desempeñado en el conflicto de Afganistán?
–La Prensa estatal durante estos últimos veinte años, incluso con despliegue de tropas españolas, ha hecho un papel absolutamente superficial, limitado e incluso irresponsable con la cobertura de Afganistán. Salvo algunos medios muy específicos y algunos periodistas que han intentado documentar lo ocurrido, la inmensa mayoría de medios de comunicación han dado la espalda a Afganistán, como hacen con casi todas las coberturas internacionales. En los medios de comunicación no existe ese interés por las cuestiones internacionales, entre otras cosas porque las coberturas son caras y, como además los problemas son lejanos, no interesan. Sin embargo, es un gravísimo error. Hoy en día todas las crisis internacionales están interconectadas y todo nos afecta, de una manera u otra. Por ejemplo, la llegada de los rusos y chinos como nuevas potencias a Afganistán va a afectar al mercado de materias primas y controlarlas. Eso va en detrimento de los intereses occidentales y no documentar eso como periodista es permitir la manipulación por parte de la clase política y los diplomáticos.
Otro de esos conflictos eternos y que conoce bien es el que afecta al Sahara. ¿Ha cambiado algo la situación allí?
–Los más importante de los últimos años es que el Secretario General del Frente Saharaui vino a España a curarse de covid. Eso ha provocado la apertura de una investigación por parte de la judicatura. En cambio, a esa misma judicatura le cuesta trabajo investigar lo que está haciendo Marruecos en el Sáhara Occidental o por qué hay armas españolas en manos de los marroquíes o se le venden armas que pueden ser utilizadas contra saharauis, algunos de ellos incluso con pasaporte español, o que España esté vendiendo armas a Arabia Saudí o países que están violando los derechos humanos. Se viola la ley de control de armas establecida por el Parlamento de España en el año 2007. Es sorprendente porque los temas aparecen y desaparecen de la agenda política y los medios de comunicación hacemos tanto seguimiento de las decisiones de políticos y diplomáticos, que no tenemos agenda propia periodísticamente hablando de los temas que pueden interesar a la población. Se produce, por tanto, este tipo de desbarajuste que el político manipula a la población, que ha sido mal informada por los periodistas
Así se entiende el fenómeno de que la sociedad interioriza esos conflictos, les otorga relevancia cuando saltan al primer plano y el resto del tiempo están como latentes.
–El ciudadano medio es el máximo responsable por su pasividad e incapacidad a la hora de pedir explicaciones a los políticos, diplomáticos y los periodistas. Es curioso como todos deseamos tener una buena sanidad y educación para nuestros hijos, pero en cambio nos da igual la salud informativa y sorprende mucho que no seamos capaces de exigir a los medios una buena calidad informativa. Una sociedad sin buena calidad informativa, incluida la vasca, es mucho más fácil de manipular.
¿Cuál es el proyecto que tiene entre manos ahora Gervasio Sánchez?
–Aprovechando la fecha del 25 de noviembre del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se va a publicar el libro Violencias, mujeres y guerras. Es el resumen de 35 años de mi trabajo en guerras, conflictos armados y crisis humanitarias de gran profundidad donde está presente la mujer. Además, en el año 2022 va a ir acompañado de una exposición que va a mover Euskal Fondoa con cuarenta fotografías de esta temática.