La guerra no tan soterrada que Isabel Díaz Ayuso mantenía con su viejo amigo Pablo Casado estalló este jueves de manera pública y cruenta, con acusaciones cruzadas de gran calibre. Como consecuencia, la dirección nacional del PP ha abierto expediente a la presidenta regional, uno de sus principales activos políticos, por las acusaciones "gravísimas, casi delictivas", que ha vertido contra Casado y su entorno tras publicarse que el PP ha investigado supuestas irregularidades en la adjudicación de un contrato público del Gobierno madrileño por un monto de 1,5 millones de euros a la empresa de un amigo del hermano de Ayuso.
La ruptura ha sido televisada, con comparecencias sucesivas del alcalde de Madrid, la presidenta señalada y Teodoro García Egea, secretario general de los populares, que ha empleado un tono inusualmente duro. Varias cosas han quedado claras: el contrato bajo sospecha existió, el hermano de Ayuso fue intermediario -tal y como ha reconocido la propia presidenta-, la dirigente popular ha sido investigada por su partido, ambas partes han sugerido delitos de la contraria y, por tanto, la ruptura es evidente, pública y de apariencia irreconciliable.
En el repaso a las tendencias de la semana con Andrea Abásolo, esta ha sido la noticia más destacada