Alavés

Una victoria de equipo

El Alavés, pese a quedarse con 10 a la media hora, logra los tres puntos de una forma encomiable
Gueye se cae de forma aparatosa sobre Luis Rioja en un lance del encuentro de ayer entre el Deportivo Alavés y el Zaragoza. | FOTO: IÑIGO FORONDA

El Alavés de Luis García está hecho de otra pasta. Así lo ha demostrado desde que comenzó la temporada, exhibiendo una madurez envidiable a la hora de superar con nota todas las adversidades generadas por una competición que no perdona y en la que el conjunto gasteiztarra ha sumado a su granero la friolera de 30 puntos en quince jornadas.

El Glorioso, que se quedó con diez hombres sobre el tapete pasada la media hora de juego, ofreció una actuación brillante pese a la adversidad. Una lectura de juego que explica el liderato de una escuadra que contagia a la grada en cada acción. Un equipo, el de Luis García, caracterizado por su entrega y el espíritu competitivo, ese que ha reenganchado a una afición que realmente necesitaba identificarse con una plantilla enchufada.

Y eso que la expulsión de Benavídez condicionó al completo el transcurso del partido. Ante un contratiempo de esta envergadura, los de Luis García duplicaron esfuerzos y mostraron un rigor inquebrantable para el Zaragoza, que apenas encontró resquicios en el bloque babazorro. No se puede obviar, por contra, que el cortocircuito de Benavídez dejó en horas bajas al conjunto gasteiztarra.

BENAVÍDEZ SE ACABA QUEMANDO

El charrúa, que se caracteriza por desempeñar sus labores en el pivote afrontando cada disputa a vida o muerte, recibió una roja directa tras una fea acción en la que dejó sus tacos sobre el gemelo derecho de Mollejo. Pese a que el árbitro, en un inicio, le mostrase la tarjeta amarilla, el VAR advirtió a Hernández Maeso de que dicha acción era revisable y fue así como el centrocampista uruguayo, una de las sensaciones del curso babazorro, dejó con uno menos a sus compañeros con una hora de juego por delante. La acción que provocó que el uruguayo se marchase del campo, además, no requería una contundencia como la que mostró.

Y es que la baja de Benavídez es, por sí sola, una mala noticia para los intereses albiazules. En la plantilla albiazul, aunque el compromiso de quienes la conforman sea un intangible garantizado, no existe un recambio natural del charrúa. Ya sufrió el Alavés sin la presencia de Benavídez durante la segunda mitad en El Sardinero a la hora de aportar presencia física en la medular, pero anoche el desenlace fue mucho más dulce para el Glorioso.

Y es que en una semana plagada con tres compromisos en los que el tiempo de descanso ha sido mínimo, la plantilla orquestada por Luis García se ha adaptado de una forma camaleónica a todos los contextos que se le han presentado. Ante el Oviedo el conjunto babazorro pujó hasta el final por alcanzar el triunfo, en la visita al hostil territorio de El Sardinero, los jugadores babazorros supieron cerrar filas y frenar las oleadas locales y, anoche, con diez hombres sobre el césped, el Alavés no solo mantuvo su portería a cero, sino que alcanzó un triunfo de líder.

Jason Remeseiro es el reflejo de que el bloque albiazul rema unido hacia una misma dirección. El extremo gallego, que recaló en Vitoria durante el mercado invernal del pasado curso, es uno de los jugadores que continúan en el Glorioso pese al descenso de categoría. Y en una temporada en la que ha sido titular en tan solo cuatro ocasiones, el exvalencianista recogió el premio a su incesante trabajo tras un auténtico golazo desde el balón parado.

06/11/2022