Una victoria del Lointek Gernika para seguir creyendo

Lointek Gernika 68

Estudiantes 57

LOINTEK GERNIKA BIZKAIA: Spreafico (16), Williams (0), Ygueravide (13), Da Silva (11), Meskonyte (6) -cinco inicial- Cvitkovic (0), Bura (5), Ariztimuño (0), Buch (17).

MOVISTAR ESTUDIANTES: Fingall (16), Gretter (5), Mollenhauer (13), Becky Massey (2), De Santiago (0) -cinco inicial- Eraunzetamurgil (10), Méndez (7), Espín (0), Billie Massey (4).

Parciales: 15-17, 33-25 (descanso), 43-40 y 68-57.

Árbitros: Quintas, Munar y Adán. Sin eliminadas.

Las jugadoras y el cuerpo técnico del Lointek Gernika celebraron la victoria de ayer domingo ante el Estudiantes con indisimulable alegría. No era para menos porque el partido era muy importante en la lucha por acabar entre los ocho primeros de la Liga Femenina. De hecho, el equipo vizcaino ha conseguido ganar los dos partidos a las madrileñas, lo que supone una baza a explotar en el tramo final de la competición. El conjunto granate se quitó un peso de encima tras unas semanas complicadas y, en general, una temporada que está poniendo a prueba su fortaleza mental por la sucesión de problemas.

Asumido que hay que carencias estructurales que ya va a ser complicado de remediar, el Lointek Gernika mostró ayer domingo un perfil guerrillero, alejado de la filigrana para llevar el partido al barro de la defensa y los puntos arrancados con sudor. Anna Montañana apoyó ayer domingo su rotación en siete jugadoras para un duelo que tuvo mucho ritmo, aunque poca brillantez. En el arranque, las locales encontraron más puntos de lo habitual de sus jugadoras interiores, con siete seguidos de Da Silva, para contrarrestar el acierto inicial del Estudiantes desde la larga distancia. Ninguna de las dos circunstancias se prolongaron y, así, el peso del ataque gernikarra recayó de nuevo en las exteriores mientras la defensa trataba de incomodar todo lo posible Gretter y Fingall, cuyas conexiones alimentan el juego del Estudiantes.

Las pérdidas de balón (20 al final), muchas de ellas en situaciones de ventaja y no forzadas, volvían a ser un lastre para las granates, que al menos dominaban el rebote ante el desacierto en el tiro de las estudiantiles. Da Silva y Bura no mezclan muy bien, pero ayer domingo tenían que coincidir para sujetar al equipo en la zona y elevar el tono físico ante un rival con más tamaño en algunas posiciones. El Lointek Gernika se hizo con el mando en el segundo cuarto y tomó una ventaja de ocho puntos al descanso, que las visitantes anularon en el arranque del tercer cuarto al aprovechar los errores de las de Montañana. Buch asumió el protagonismo ofensivo en un parcial en el que las locales acabaron sin faltas en su cuenta, pero no pudieron tomar una ventaja más tranquilizadora en una fase en la que se notaba la tensión de lo que estaba en juego.

La defensa y el empuje de Maloste marcaban el camino al Lointek Gernika, que no bajó el listó físico, aunque ahora se metiera en cuatro faltas en apenas dos minutos. El partido estaba en el alambre, anotar costaba un montón, sobre todo cerca del aro, y entonces fueron los triples los que decantaron la balanza. Uno de Ygueravide puso el 48-41 para dar un buen margen de seguridad y otro de Spreafico cortó la reacción del Estudiantes (51-45). Pero aún había que jugar y la italiana, que metió once puntos en el último cuarto, apareció de nuevo (60-54) cuando las del Ramiro habían entrado con opciones al último minuto. Spreafico acertó de nuevo para asegurar la victoria e Ygueravide puso el broche a un triunfo muy trabajado, liberador y que permite al Lointek Gernika seguir creyendo en sus posibilidades.