Unai Laso Lizaso (Bizkarreta-Gerendiain, 13/5/1997) se ha convertido durante el último año en el perejil de todas las salsas pelotazales. Se ha erigido en el mejor reclamo para abarrotar frontones y además ha sido protagonista de las finales de los tres torneos más importantes de la Liga de Empresas: Cuatro y Medio, Parejas y Manomanista. Pero le faltaba la guinda del pástel: una txapela. Perdió en la jaula contra Jokin Altuna (22-20) en el frontón Bizkaia de Bilbao, escenario en el que unos meses después también dobló la rodilla ante el mismo rival (22-20), el navarro en compañía de Ander Imaz y el guipuzcoano junto a Julen Martija. Pero ayer domingo se sacó la espina y al tercer intento subió al primer escalón del podio. En casa, en el Navarra Arena, donde tumbó a Joseba Ezkurdia en la final del mano a mano, la competición reina, para lograr ese título que refrenda su condición de estrella.
Laso da un recital y logra su primera txapela profesional. Fotos: Patxi Cascante e Iñaki Porto
Pese a que solo tiene 25 años recién cumplidos, a Laso le ha pasado de todo como pelotari, y no siempre bueno. Tras una prometedora etapa en categorías inferiores (comenzó a jugar con 6 años) y aficionados (acumuló multitud de títulos), firmó su primer contrato como profesional con la empresa Asegarce (la actual Baiko) un año depués de alcanzar la mayoría de edad. Se estrenó en el frontón Labrit el 18 de junio de 2016, pero no es ésta su única fecha de debut. Y es que septiembre de 2020 expiró su vinculación con Baiko, con la que no alcanzó ningún acuerdo para su renovación, lo que derivó en una guerra abierta entre pelotaris y promotora con el delantero navarro en el paro durante varios meses.
Tras un largo contencioso (con varias reclamaciones laborales por parte de casi la totalidad de la plantilla de Baiko) que tuvo de todo (huelga, algún capítulo en los tribunales y acuerdo final), Laso recuperó su sitió en la empresa y volvió a vestirse de blancó el 26 de junio de 2021. Lo hizo en el frontón Amazabal de Leitza con victoria y buen juego, dos factores que le han acompañado desde entonces, a excepción de en las finales. Hasta ayer domingo, cuando quebró su mala racha.
El trabajo, la perseverancia y una envidiable fortaleza mental le han servido a Unai Laso para volver al panorama profesional con más fuerza que nunca, aunque sin olvidar que sus éxitos más recientes y los que espera acumular en el futuro se los debe también en parte a su familia, a su gente y a esos 15 pelotaris (Asier Agirre, Jon Alberdi, Jon Ander Albisu, Aitor Aranguren, Andoni Aretxabaleta, Axier Arteaga, Iñaki Artola, Joanes Bakaikoa, Oinatz Bengoetxea, Jon Erasun, Mikel Larunbe, Jon Ander Peña, Rubén Salaverri, Beñat Urretabizkaia e Ibai Zabala) que se declararon en huelga para defender sus derechos y los de sus compañeros. Es en parte gracias a ellos por lo que Unai Laso es ahora una estrella que ayer se coronó campeón por vez primera para vestir de colorado durante todo un año.