Unai Laso (Bizkarreta-Gerendiain, 1997) está feliz. Lleva un Manomanista para enmarcar. Va de exhibición en exhibición. Entró en la primera ronda y eliminó con autoridad a Joanes Bakaikoa (22-9). En la fase de cuartos de final se deshizo de Jokin Altuna, su rival en la final del domingo en el frontón Bizkaia, (7-22), Darío Gómez (11-22) y José Javier Zabaleta (10-22). Javier Zabala fue la víctima en la fase de semifinales (12-22). Con un saque incisivo, acumula 25 en sus cinco compromisos –es decir, una media de cinco por encuentro–, y una propuesta agresiva se ha reencontrado consigo mismo. En la memoria, la operación de cadera a la que se sometió en verano de 2023 y le tuvo seis meses en el dique seco.
Se enfrenta a Jokin Altuna en la final del Manomanista del domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao. Se conocen de sobra, pero ¿qué puede decir de su rival?
-Jokin es un gran pelotari, un adversario muy duro. Sabíamos que, pasase lo que pasase, iba a estar en la pomada del campeonato. Siempre es algo muy especial jugar una final contra Altuna III, porque es estadísticamente el mejor del cuadro profesional. Es el que más finales ha disputado desde que llegó esta generación (quince en total en Primera). Siempre es muy especial enfrentarse a él en este tipo de situaciones.
Se citaron en la primera jornada de la liguilla de cuartos de final en el mismo escenario y fue capaz de pasar por encima al amezketarra por un claro 7-22. Cruzaron apenas 193 pelotazos. Fue un torbellino. ¿Da alguna importancia al precedente?
-No. Es un partido más. Hay muchos encuentros que hemos jugado en contra y que tampoco estamos sacando a la luz estos días. Al final, todos los partidos son diferentes. En lo único que me tengo que centrar es en mis entrenamientos y en mi juego. En definitiva, mi objetivo es estar bien ese día y no pensar en lo sucedido anteriormente.
“ Siempre he creído en mis posibilidades, en que iba a volver bien, pero también he de admitir que he tenido muchos miedos ”
Cuando superó a Javier Zabala en la semifinal por 22-12, se mostró tremendamente emocionado.
-Sí. Me emocioné bastante, la verdad. He pasado un mal año como ya he dicho muchas veces. Esta final del Manomanista supone un premio a todo el trabajo que ha habido con los médicos, con los fisioterapeutas, con el preparador físico, con los psicólogos… Sobre todo, me acordé de toda esa gente que me ha acompañado en los instantes malos. En los momentos felices, como fue ganar la semifinal en el Labrit, pienso en los que me han apoyado cuando todo se había torcido. Ahora es más fácil estar cerca de mí y felicitarme con un mensaje por el móvil, pero los que merecen la pena, en mi caso, son los que me acompañan cuando estoy mal. Gracias a todos ellos, a los que me animan, estoy aquí, en la final del Manomanista. Esto también va para ellos.
Se rompió el labrum de la cadera derecha y tuvo que someterse a cirugía tras finalizar el Manomanista de 2023. Le tocó pasar seis meses en el dique seco, metiendo horas en una rehabilitación muy dura. Volvió a la competición en la segunda jornada del Parejas; eso sí, reconociendo que era el momento de centrarse en las sensaciones más que en los resultados. ¿Por un momento se le pasó por la cabeza que no volvería a vivir una situación así de dulce tan pronto?
-Siempre he creído en mis posibilidades, en que iba a volver bien, pero también he de admitir que he tenido muchos miedos, muchas dudas. Por eso me he visto ayudado por mucha gente que me ha apoyado. He trabajado mucho con los psicólogos para llevar los momentos malos de la mejor manera posible. Sobre todo, la familia y los amigos han estado siempre a mi lado para apoyarme. Por supuesto, y tal y como decía, hay instantes malos, de incertidumbre, de llorar, de rabia; pero si tengo algo bueno es que valoro mucho eso y la gente que he tenido alrededor cuando lo he necesitado.
“ En los momentos malos en vez de ser una víctima, hay que salir a la calle a dar la cara, a volver a intentarlo, a sonreír, a luchar ”
El carácter
Es un chico con carácter. En los momentos que cae siempre vuelve con más fuerza.
-Eso no es fácil y creo que me viene de casa. En los momentos malos en vez de ser una víctima o quedarme atrapado en la soledad y en lo negativo, hay que salir a la calle a dar la cara, a volver a intentarlo, a sonreír, a luchar. Eso es natural, no lo fuerzo. Me viene de mi familia. Siempre me he fijado mucho en mi abuela, mi amitxi, que ha pasado episodios muy duros durante toda su vida y aquí la tiene, con 89 años ahora, con una sonrisa en la cara todos los días a pesar de todo. Me fijo en eso.
Ha contado con ayuda de psicólogos.
-Llevo desde los 19 años trabajando psicológicamente. Estas herramientas no se adquiere con un trabajo de seis meses, es cosa de muchos años. Fíjese, antes, en las entrevistas con 19 años, estaba muy verde, me ponía muy nervioso y no podía gestionar las emociones. Como todo en la vida, lo vas mejorando poco a poco. Ese es mi objetivo: continuar mejorando en todo lo que pueda. Me queda mucho trabajo por delante aún. Nunca me van a gustar las entrevistas, pero lo voy perfeccionando (risas). Es como todo, tanto en la pelota como en la vida en general.
“ No puedo perder mi personalidad, porque mi carácter competitivo es mi esencia y la saco en la cancha ”
José Ángel Iribar entregará la txapela del Manomanista
Mano – José Ángel Iribar, en homenaje a la victoria copera del Athletic, será el encargado de entregar la txapela del Manomanista al campeón de la contienda de este domingo en el Bizkaia de Bilbao entre Jokin Altuna y Unai Laso. Asimismo, tres niños y niñas de la entidad Agintzari, que lleva más de 25 años en el ámbito de la exclusión social y atiende a menores y jóvenes en situación de riesgo y desprotección, acompañarán a los pelotaris en el paseíllo previo a la cita por el título más importante del curso manista profesional.
Es un pelotari explosivo, con desparpajo, pero necesitaba herramientas para resolver situaciones adversas, ¿no?
-Sí. No puedo perder mi personalidad, porque mi carácter competitivo es mi esencia. En la cancha saco esa personalidad y no la voy a perder nunca. Lo importante, como he hecho en estos partidos del Manomanista, es gestionar bien las emociones, los tramos de tensión y los momentos malos.
Habla de la tensión y lo cierto es que, pese a ganar 22-12 a Zabala en la semifinal, vivió períodos del encuentro llenos de presión.
-Sí. Hubo bastantes nervios. Tanto Javier como yo teníamos mucho que ganar en ese encuentro. Salí tensionado a la cancha y vivimos algunos tantos bastante duros y peloteados. Considero que fui capaz de gestionar esos tramos de la semifinal mejor. Empecé a sacar con más fortuna, me solté de piernas y pude sacar el encuentro adelante.
“ Sigo yendo al fisioterapeuta dos veces por semana. Me toca trabajar mucho todavía para volver a estar como antes ”
Una dura rehabilitación
Durante el Campeonato de Parejas manifestó en varias ocasiones que seguía con dolores y tenía que someterse a duras sesiones de rehabilitación para seguir avanzando con la recuperación de la operación de labrum, pese a haber dispuesto del alta para jugar. ¿Su patrón de juego actual sigue estando mediatizado por el estado de su cadera?
-Mi cadera no está al cien por cien. Sigo yendo al fisioterapeuta dos veces por semana. Me toca trabajar mucho todavía. Hay muchas sesiones de fuerza y de trabajo específico por detrás. Sí que es cierto que ahora me encuentro en un buen momento de forma, pero también tengo claro que todavía me queda margen de mejora para obtener la máxima movilidad de cadera y mejorar los desplazamientos. Me queda aún y voy a currar por alcanzar el nivel óptimo lo antes posible.
El Parejas no fue cómodo para usted. Se le veía el tiempo que estaba en la cancha, apenas una hora a la semana, pero por detrás había un montón de kilómetros y tiempo de trabajo para tratar de encontrar al Laso de antes de la lesión.
-Hay mucho curro por detrás. Mi primera intención era estar al cien por cien en el Parejas, pero tenía claro que me quedaba mucho camino por recorrer en la recuperación de la cadera. De todos modos, lo tomo como un buen rodaje. Por supuesto que he pasado instantes de mucha rabia y también de partidos ganados y de jugar bien. Eso sí, añadiría que estoy experimentando una notable mejoría en la recuperación. Antes tardaba cuatro o cinco días en recuperar la cadera al cien por cien tras un partido y ahora me basta con dos o tres. Espero alcanzar pronto mi mejor nivel. En cualquier caso, en todas las rehabilitaciones hay plazos y tenemos que tener en cuenta que no llevo ni un año operado. Aun así, he adelantado mucho tiempo gracias al trabajo con los fisioterapeutas y el preparador físico, Egoitz Carrión.
“ Antes tardaba cuatro o cinco días en recuperar la cadera al cien por cien tras un partido y ahora me basta con dos o tres ”
Volviendo a la final del domingo en el frontón Bizkaia ante Jokin Altuna, ¿visualiza ya la txapela en su cabeza?
-Todavía no. Solamente pienso en el presente, en entrenar bien, prepararme a tope para ese partido. La semana pasada fue más de atender a los medios, relajarnos y recuperar bien. Estos días nos enfocamos directamente hacia el partido del Bizkaia de Bilbao.
Aunque sueña con su segundo cetro del Manomanista después del conseguido en 2023 ante Joseba Ezkurdia en el Navarra Arena, ¿no?
-Desde luego. Eso siempre está ahí, pero, eso sí, sin perder de vista el trabajo y los entrenamientos duros que he hecho hasta ahora. No salgo de la rutina que he llevado hasta ahora.
“ Jokin Altuna lleva quince finales en su carrera y eso no es fruto de la casualidad. Hay mucho trabajo por detrás. Es el claro favorito ”
Las manos y el físico
¿Cómo acabó de manos y de físico tras la semifinal?
-Las agujetas me duraron varios días, no crea. Fue duro por la tensión. He recuperado el cuerpo y me centro en Jokin Altuna. Estoy contento por cómo me está respondiendo el físico; así que estoy tranquilo.
¿Considera que el frontón Bizkaia de Bilbao puede favorecer a alguno de los dos oponentes?
-Hemos jugado allí muchas veces. Es la sede de la final y nos amoldaremos sin ningún problema. En este Manomanista he jugado cuatro partidos en el Labrit de Iruñea y tres de ellos seguidos, los últimos. Es un frontón distinto, pero no supone ningún problema para mí.