Que Unai Laso tiene tirón en las gradas es algo innegable. Se lo ha trabajado y lo suyo le ha costado. A su poderosa figura deportiva se une el carisma que desprende en la cancha. Y eso se tiene o no se tiene. A ese polo de atracción hay que sumar actuaciones como la del sábado en el frontón Labrit de Iruñea, escenario donde posee una ascendente inmensa. El partido que sirvió para ampliar su sombra. Lo hizo todo. Lo hizo bien. Asumió una postura de trabajo a contrapelo, desfondándose en la cancha, salvando a Ander Imaz de la hoguera de un José Javier Zabaleta diferencial. Para muestra, un botón: el de Etxarren finalizó ocho tantos, algunos con fortuna, pero ocho, al fin y al cabo. Caza mayor para un guardaespaldas.
Pues bien, Laso, que puso en pie a un Labrit a reventar con un dos paredes desde la contracancha, y Ander Imaz colocan el cartel de lleno técnico en el frontón Navarra Arena para la final del 2 de abril, la primera del Campeonato de Parejas en la historia de Nafarroa. Suben la fiebre. ¡Y eso que aún no se sabe quiénes serán sus rivales!
Precios como antes de la pandemia
Durante la pasada semana se contabilizaban unos 200 asientos por encajar. La mayoría estaban situados en el graderío lateral. La venta de entradas, no obstante, se inició el 23 de febrero, fecha en la que volaron los tiques más baratos. Estos eran los situados en el rebote de cancha en las filas 21-24 (70 euros), 25-32 (55) y 33 (40). El resto de billetes disponibles oscilaba entre los 90 y los 130, incrementando los precios de 2022 y recuperando los de antes de la pandemia del covid-19.
Este lunes quedaban poco más de 60 asientos aún sin vender: ocho localizados en cancha (130 euros), cinco en el rebote de cancha (90 y 100), 42 en cancha alta (110) y doce en el bloque trasero de la cancha alta (90).