Asume con naturalidad que su etapa en el Athletic, que le cedió el pasado verano al Rayo Vallecano y se que guardó una opción preferencial sobre sus derechos de cara a lo que pudiera pasar en el futuro, se ha cerrado. Solo piensa en el conjunto madrileño, donde tiene a Andoni Iraola como entrenador y con quien coincidió una temporada en Bilbao. De él tiene muy buenas palabras y no esconde que de seguir así, terminará tarde o temprano dirigiendo al equipo rojiblanco.
Tuvo unas molestias musculares. Volvió contra el Girona en Copa a la convocatoria. ¿Todo bien?
—Sí. Ya estoy recuperado, esta semana he hecho trabajo completo con el equipo y bien.
¿Estará este domingo?
—Espero que sí. Al menos en la convocatoria.
Es un partido especial para usted. ¿Cómo lo vive?
—Le intento dar la mayor normalidad posible. Es cierto que he estado mucho tiempo en el Athletic y que es un partido especial, pero no deja de ser un partido de fútbol.
¿Sufrió el jueves con el partido de Copa ante el Barcelona?
—Un poco sí. Fue un partidazo, un partido perfecto para verlo y encima ganaron. Desde aquí, les felicito.
Cuando el Athletic va, se suelta, es otro equipo. ¿Lo cree así?
—Es un equipo complicado. Todos corren mucho, tienen una intensidad muy alta y cuando son capaces de hacer eso que comentas, de jugar así, es un equipo muy complicado de ganar.
¿Espera un Athletic que vaya a morder tanto o que espere un poco más atrás?
—Creo que intentarán hacer el mismo partido que contra el Barcelona. Les ha ido bien así.
¿Considera que es un mejor equipo cuando juega más suelto?
—Son mejores cuando están al 100% de intensidad. De eso no tengo duda.
El Athletic llega al partido después de haber jugado en un poco margen de tiempo contra Atlético, Madrid y Barça. ¿En el aspecto mental puede pesarles a los jugadores?
—Es complicado. Han sido partidos muy intensos. Pero también hemos podido comprobar, especialmente en la prórroga contra el Barcelona, que físicamente están muy bien. Así que no creo que mentalmente les vaya a afectar.
¿Le sorprendió esa capacidad que tuvieron de jugar la prórroga a ese nivel físico?
—Sí. Aunque se veía que estaban cansados, les vi bastante enteros. Me sorprendió porque corrieron una barbaridad.
De ustedes también ponen en valor el sacrificio físico, aunque son un equipo que también trata de jugar el balón con mucho criterio...
—Somos un equipo valiente. Pero también nos encontramos cómodos jugando a la contra. Tenemos variedad de registros. Lo hacemos ver más en casa, porque fuera nos está costando más, pero somos un equipo atractivo de ver.
¿Y a qué se debe ese cambio entre jugar en casa y fuera?
—Pues no te sabría decir por qué. En casa la afición te aprieta y eso te ayuda, pero esta temporada estamos teniendo una diferencia abismal entre los resultados en Vallecas y fuera.
¿Les preocupa?
—Sí, porque si quieres mantenerte ahí arriba también tienes que sacar puntos fuera. Pero bueno, con el objetivo que teníamos al principio de temporada, que era mantener la categoría, nos está sirviendo con lo que estamos haciendo en casa.
Usted lo ha dicho, el objetivo del Rayo era mantener la categoría. Pero están metidos de lleno en la pelea por los puestos europeos. Van séptimos en liga y están a solo cuatro puntos del cuarto clasificado. ¿Han cambiado el chip?
—De momento estamos ahí, en la pelea. Esa es la realidad. Nadie sabe si dentro de tres meses estaremos hablando de otra cosa o no. A principio de año por supuesto que el objetivo era salvarse. Estamos en una buena situación, pero tenemos que seguir pensando igual, porque eso es lo que nos ha llevado a sacar estos resultados. La mentalidad no cambia. Ir a tope cada partido y, mientras estemos en la pelea, por qué no soñar.
¿Da la salvación por hecha?
—No, no. Hasta que no se consigan los puntos no hay que dar nada por hecho, que la segunda vuelta es muy larga y muchos equipo se juegan cosas muy importantes.
Esta temporada está jugando en la media punta, donde rara vez le habíamos visto en el Athletic, aunque llegó a Lezama como media punta. ¿Le ha sorprendido que Iraola le ponga ahí?
—Bueno... donde el míster me quiera poner intentaré ayudar al equipo. Es verdad que todos nos encontramos más cómodos en unas posiciones que en otras, pero donde decida ponerme Andoni (Iraola) intentaré dar el máximo.
¿Y qué tal se siente jugando en esa posición?
—Ya la conocía. Es verdad que estoy más cómodo de ocho, nunca lo he escondido, pero es una posición que conozco y en la que puedo aportar cosas también al equipo. Pero yo, encantado de jugar donde sea.
Se habla muchas veces que los centrocampistas de su perfil no saben defender, que aportan poco, o menos que otros futbolistas, en el trabajo sin balón. Defiéndase.
—Creo que es algo en lo que he mejorado mucho estos años en el Athletic. Al principio me costaba más, pero en los últimos años demostré que no defendía mal.
El cambio llegó con Gaizka Garitano. Aunque al principio no confió en usted, nunca ha ocultado que con él mejoró mucho en ese apartado.
—Sí. Puede ser de los entrenadores que más me haya enseñado en conceptos defensivos.
Ahora tiene a Iraola de técnico, que es un perfil totalmente distinto a los que ha tenido recientemente en el Athletic, donde además del citado Gaizka Garitano ha tenido a Marcelino García Toral. Son como la noche y el día.
—Cada entrenador es un mundo, como cada jugador. Ahora estoy con Andoni y qué te voy a decir (se ríe), me quedo con él. Yo estoy encantado de estar aquí, de que sea él el entrenador. Tengo confianza plena en él y en el grupo para conseguir cosas bonitas.
¿Ha encontrado muchos cambios en el Rayo de su primera etapa (temporada 2017-18) a ahora?
—En el vestuario sí, casi todos son nuevos, pero he venido a un vestuario que es la hostia. Hay gente muy cercana, somos como una pequeña familia y he tenido suerte con el grupo que hay aquí. Y a otros niveles, en tema institucional digamos, sigue más o menos la misma gente.
Entiendo que eso le ayudaría a tomar la decisión de venir al Rayo...
—Sí... En el club me conocían y yo también a ellos. Para las dos partes fue beneficioso.
En una entrevista que le hice en las navidades de 2017, usted me explicó con toda la naturalidad del mundo que se molestó mucho en escoger bien a dónde salía cedido. Habló con el entrenador, con el director deportivo... Y acertó. Jugó mucho y fue pieza fundamental en el ascenso del Rayo. ¿El pasado verano hizo algo parecido?
—Sí. Es verdad que esta vez ha sido más fácil, porque ya conocía el club, algún jugador, con los que hablé, y también al presidente y al director deportivo, que son los mismos que en 2017. Así es más sencillo tomar la decisión.
¿Cómo fue ese momento en el que Marcelino García Toral le comunicó que no contaba con usted?
—Fue duro. Sobre todo porque no me lo esperaba. Pero bueno, son decisiones que se toman. En lo que a mí respecta, creo que fui ejemplar en el comportamiento todo el rato que estuve en el Athletic, también el verano pasado. No creo que nadie pueda achacarme nada de lo que pasó en verano.
¿Ha notado algo así?
—No, no. Para nada. Hacia la afición solo tengo palabras de agradecimiento. Cuando jugué a principios de temporada en San Mamés fue muy emocionante. Siempre estaré agradecido a la afición.
Usted ha empleado la palabra sorpresa. Pero fue el único sorprendido por la decisión del entrenador, porque tuvo minutos con Marcelino. De hecho, fue titular en la final de Copa contra el Barcelona...
—Sí, es que fue sorprendente.
¿Marcelino fue directo con usted?
—La verdad es que sí. No estuve mucho tiempo hablando con él, pero sí, fue directo.
Dentro de lo malo, ¿agradeció la sinceridad?
—Bueno... sí... qué te voy a decir...
¿Tuvo otras opciones además de la del Rayo?
—Sí, hubo más cosas. Pero conociendo al Rayo como lo conocía era una opción prioritaria. Además, también ayudó que estuviera Andoni. Conocer al entrenador ayuda y en ese aspecto no tuve muchas dudas.
Usted coincidió con Iraola en el Athletic. Fue en su primera temporada en el primer equipo, que coincidió con la última de él como rojiblanco. ¿Qué recuerda de aquella experiencia?
—Fue todo muy rápido. Solo le pude disfrutar un año. Era un gran jugador, por supuesto. Yo era un niño como quien dice y fue su último año en Bilbao. Era de los veteranos.
¿Qué Iraola se ha encontrado?
—Es la misma persona que cuando era jugador. Tiene una idea muy clara de lo que quiere. A nosotros nos la plasma muy bien y por ahora estamos siendo capaces de trasladarlo al campo.
En Bilbao hay muchos cantos de sirena con respecto al futuro de Iraola. Muchas voces que le quieren ver en Bilbao. ¿Ve que le afecte en algo?
—Qué va. Es un tipo muy tranquilo. Ya sabemos que en esto del fútbol todo el mundo habla mucho y muy pronto. Pero yo le veo tranquilo y así lo demuestra en el día a día.
A futuro, ¿usted le ve en el Athletic?
—Bueno... yo le veo aquí, en el Rayo (se ríe). Vamos a cumplir con los objetivos que tenemos y ya se verá más adelante.
Pero sí parece que de forma natural si sigue haciendo las cosas bien, puede llegar al banquillo de San Mamés...
—Sí, eso sí. Es una situación que se puede dar tranquilamente. Nadie la esconde.
Y usted, ¿le da vueltas a la posibilidad de volver al Athletic?
—No, ninguna. La verdad que no. Es una puerta que se ha cerrado. Ahora estoy en el Rayo y muy centrado aquí.
¿Cómo ve a los jóvenes del Athletic?
—En el Athletic siempre hay jóvenes muy válidos. Es lo bueno que tiene el Athletic. Ahora hay una nueva generación que está aportando muchas cosas y seguro que darán muchas alegrías.
Algunos saldrán cedidos, como le tocó a usted. ¿Qué consejos les daría a los que se tengan que ver en esa situación?
—Hace poco hablé con Jon Morcillo (se ha marchado cedido al Valladolid en el mercado de invierno). Por mis experiencias personales me ha tocado vivir que el mundo se no acaba en el Athletic, que parece que estamos en una burbuja. Yo he tenido la suerte, aunque habrá quien no la haya tenido tanta, de encontrarme muy buenos vestuarios. A mí me han ido bien las cosas. Pero les diría que salgan si tienen que salir, que el fútbol se trata de disfrutarlo en el día a día y cuando no estás jugando no lo disfrutas.
En el Rayo se ha encontrado también con Falcao, que le amargó el sueño europeo al Athletic en 2012, el que fue su primer año en Lezama. ¿Le ha reprochado algo?
—Bueno, alguna vez nos reímos. Entre él y Mario (Suárez) se ríen un poco de mí por aquella final. Pero son muy buena gente. Ya te digo, hay un grupo espectacular aquí.
¿Cómo fue el aterrizaje de Falcao en Vallecas?
—Fue llamativo. Está aportando mucho y creo que está contento. Tanto a él como al Rayo creo que les ha venido bien su contratación.
¿Notáis más atención desde su llegada?
—Es indudable. Es un futbolistas al que conoce todo el mundo. Ha ganado muchos títulos, ha estado en equipos muy buenos y lo que genera a su alrededor es superior incluso a lo que puede generar el Rayo.
Y tiene gol...
—Es un killer. Lo ha sido y lo seguirá siendo. Eso no se pierde.
Por un lado están Falcao y por otro Isi. Este último es un descubrimiento.
—Lo mejor que tiene es que es una gran persona. Y en el campo además está demostrando que puede aportar muchísimas cosas.
"Fue duro que Marcelino me dijera que no contaba conmigo para esta temporada. Sobre todo, porque no me lo esperaba"
"A los jóvenes les diría que salgan del Athletic si tienen que salir. El fútbol cuando no estás jugando no lo disfrutas"
"En el Athletic todos corren mucho, tienen una intensidad muy alta y cuando juegan así es un equipo muy complicado de ganar"
"Iraola es la misma persona que cuando era jugador. Tiene una idea muy clara de lo que quiere. A nosotros nos la plasma muy bien"