La carrera contrarreloj de Unai Simón para estar presente en el estreno liguero ante el Mallorca tuvo premio finalmente en forma de titularidad y portería a cero gracias, en gran parte, a dos fabulosas intervenciones marca de la casa. Sobre la bocina, apurando al máximo los tiempos y sin disputar un solo minuto en los ocho amistosos de pretemporada consiguió el murgiarra ser de la partida en un choque en el que Ernesto Valverde le entregó las llaves de la portería apelando a su aplomo y experiencia. Ander Iru, ante la baja por lesión de Julen Agirrezabala, ejerció como segundo portero y vio desde el banquillo un envite que no requirió de sus servicios, pues Simón, recuperado de su latosa lesión en el hombro derecho, aguantó en pie noventa minutos en los que resolvió con sumo éxito el poco trabajo que tuvo.
En la primera mitad, para abrir boca, tuvo que intervenir y agigantar su figura para negar el 0-1 a Vedat Muriqi cuando corría el minuto 18. El delantero kosovar se valió de un flagrante error en la salida de balón de Mikel Vesga para conectar desde dentro del área rojiblanca un cabezazo que salvó Simón in extremis. Salió de urgencia el internacional rojiblanco y, con el cuerpo, consiguió evitar que el Mallorca cantara bingo en su primera aproximación con peligro. No había tenido trabajo hasta entonces el 1 del Athletic, más allá de una salida a los pies de Dani Rodríguez que le sirvió para entrar en calor, y no lo tuvo hasta el paso por vestuarios tras dos meses de obligada inactividad. Desde el 12 de junio en el partido que enfrentó a España y la República Checa en La Rosaleda en el marco de la Nations League, no en vano, no asomaba en escena Simón, que afrontó entonces su cuarto encuentro en un plazo de diez días.
Con problemas en el hombro desde enero, Simón se vio abocado a frenar en seco a la vuelta de las vacaciones y no fue hasta la pasada semana cuando se reincorporó definitivamente al grupo con la vista puesta en una apertura liguera en la que, a la postre, resultó decisivo. El Malllorca de Javier Aguirre, inabordable en tareas defensivas, acabó chocándose con el muro que levantó el de Murgia, quien volvió a dejar su sello a los 66 minutos. Un centro lateral al corazón del área desde la banda derecha encontró al surcoreano Kang In Lee, quien cabeceó obligando a una portentosa estirada a Simón. Con la manopla derecha en un vuelo sin motor, digno de aplauso, volvió a salvar los muebles el gasteiztarra. No tardó en corear su nombre San Mamés, que en materia de porteros, precisamente, tiene un máster en conocimientos.
Con el Athletic volcado sobre el área de un aplicado cuadro bermellón, pero con nulo acierto, no hubo más trabajo para Simón, convertido gracias a sus dos notables paradas en uno de los protagonistas de una cita en la que alcanzó los 128 partidos oficiales como león. 132 goles en contra acumula en los mismos el murgiarra, que sumó frente al Mallorca su cuadraǵesimo partido con la portería a cero en clave rojiblanca.
Sin riesgo físico
Ernesto Valverde, cuestionado por la figura del gasteiztarra en la rueda de prensa posterior al encuentro, negó que hubiera corrido ningún riesgo físico con la titularidad de Simón, toda vez que “no ha hecho una pretemporada tipo como los demás y la carga de los porteros es diferente a la de los jugadores de campo, pero él estaba mentalizado para jugar y había pasado las pruebas necesarias”.