¿Único sentido en Gipuzkoa etorbidea y parte de Otalora?

El peatón primero, detrás la bicicleta, a continuación el transporte público y, por último, el coche. Con esta jerarquía se ordenan los desplazamientos por la red urbana dentro del nuevo Plan de Movilidad que ha puesto sobre la mesa una batería de acciones, que ahora pulsan la opinión de las y los arrasatearras. La planificación que traza el rumbo de futuras actuaciones para garantizar un ambiente sano donde se pueda caminar y pedalear por itinerarios accesibles, seguros y atractivos, ha pasado su primera prueba de fuego. Tras su aprobación inicial, desde esta semana el documento permanece en exposición pública durante 45 días para que la ciudadanía pueda realizar aportaciones.

Pacificar el entorno de Otalora Lizentziatua, el tramo que discurre entre las rotondas de San Frantzisko y Bizkaia Etorbidea es uno de los retos que se marca el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que recupera, a su vez, la propuesta para que Zarugalde se convierta en una calle de preferencia peatonal, con acceso permitido a bicis y vehículos autorizados (garajes y emergencias).

En el corazón de Otalora la idea va en la misma línea de priorizar los recorridos a pie y a golpe de pedal. De este modo, desde la glorieta de San Frantizsko se plantea desviar la circulación por la calle Ignacio Zuloaga hasta alcanzar la campa junto al palacio de Monterrón, con la consiguiente pérdida de aparcamientos en esta zona. La ampliación de la acera en toda la vía y la implementación del carril bici bidireccional segregado en la calzada, conlleva, igualmente, a la desaparición del estacionamiento central que ocupa el tramo final de Otalora hasta Bizkaia Etorbidea. En este punto, desde la rotonda de Muxibar se mantendría el sentido descendente hasta llegar a Kulturate.

La reordenación del núcleo de mayor trasiego en Otalora, por servir de unión con el Casco Histórico, implica extender el sentido único desde Maala hasta la glorieta a de San Frantzisko. Este movimiento va unido a otra de las arterias clave del entramado urbano, Gipuzkoa Etorbidea. En esta avenida el plan apuesta por implantar una sola dirección en el trayecto desde la intersección con la calle Osiñaga (Musakola) hasta la confluencia con Garibai. La rotonda ubicada a esta altura (Maala) se suprimiría para dotar de más espacio al ciudadano de a pie.

Un tramo de Etxe Txikiak peatonal

Unos metros más adelante, el tramo entre la comisaría de la Ertzaintza y el inicio de Etxe Txikiak se reserva para plataforma compartida entre viandantes, garajes y servicios. En este mismo escenario, y como explican desde el Consistorio, los residentes han solicitado que la condición de peatonal se amplíe al circuito que bordea el interior de los bloques de viviendas de la plaza Euskal Herria de Gelma (por el local de Telepizza).

Todos estos cambios en la movilidad obligan a encajar otras muchas piezas en un complejo puzzle que pone el foco en hacer de Arrasate “un municipio más habitable”. El ejemplo está en las calles Mondragonés y Azoka que invertirían su direccionalidad debido al sentido único proyectado en Otalora, así como en Kontzezino kalea, en este caso de sur a norte desde la glorieta con Nafarroa Etorbidea hasta la intersección con Zerkaosteta; y de norte a sur en Arrasate Pasealekua, entre la rotonda de la plaza Udala y la de Foruen plaza.

El parque automovilístico de Arrasate registra 13.000 vehículos, y las plazas de aparcamiento suman 17.082: 9.682 en superficie y 7.400 subterráneas. El coche no es el niño mimado de un plan que prima al peatón y que pide un cambio de hábitos en los desplazamientos por el municipio, favorecido por alternativas que reduzcan la dependencia del vehículo privado.

Este planteamiento está estrechamente ligado a la futura estación de autobuses para la que se proponen dos ubicaciones: Zalduspe (la actual pero en condiciones óptimas) y la céntrica Laubide. Entre ambas opciones votará la ciudadanía mayor de 16 años en el marco de la consulta popular que “prevemos llevar a cabo en noviembre, y cuyas bases se aprobarán en el siguiente Pleno”, precisa la edil de Urbanismo, Transición Ecológica y Movilidad, Garazi Etxeberria.

Ascensores

En este mapa de desplazamientos a pie salvar las pendientes y escaleras es otro de los grandes desafíos. Los ascensores públicos llegarán al barrio de Gorostiza (el proyecto prepara el inicio de su redacción); una actuación que ya se contemplaba en el PMUS todavía vigente, al igual que en la zona más alta de Altamira. Como novedad, se propone un elevador para comunicar la Plaza 1º de Mayo de San Andrés con el Paseo Arrasate, suprimiendo la actual escalinata.

El bidegorri, que le queda mucho camino por recorrer, también gana terreno. La mirada más cercana está puesta en Musakola, dentro de una intervención “por fases” como recalca Etxeberria, que en estos momentos redacta la correspondiente al tramo entre la rotonda de Kabia y la oficina de MRW; una obra que se prevé acometer “el próximo año”.

En definitiva, el plan para los próximos cinco años que se está cociendo es un instrumento para impulsar cambios en la movilidad urbana con criterios de sostenibilidad. “Es una hoja de ruta”, insiste Etxeberria, al tiempo que matiza que cada actuación “tendrá su propio recorrido y concreción cuando le llegue la hora de ejecutarse”. Los proyectos de Zarugalde y Gorostiza, o la revisión del correspondiente a la reurbanización de Uribe son algunas de las intervenciones que el Gobierno municipal incluye en su agenda de legislatura.

Pero el PMUS no es un documento cerrado. Su aprobación definitiva, si no se incorporan muchas modificaciones que obliguen a iniciar de nuevo el proceso, se espera para febrero. Por su parte, mañana concluye la ronda de reuniones barrio a barrio en el hogar del jubilado de Musakola (18.00 horas). Y, mientras tanto, la ciudadanía puede presentar sus aportaciones a un debate que está servido.