Uno de cada cuatro navarros reconoce tener un bajo bienestar emocional

Uno de cada cuatro navarros (26%) reconoce tener un bajo bienestar emocional en las últimas dos semanas. Según la Encuesta Social y de Condiciones de Vida, realizada por el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat), la percepción sobre la situación de bienestar emocional se ha resentido en la ciudadanía navarra tras la pandemia, situación en la que influyen, entre otros factores, el nivel socioeconómico, el género y la edad.

Así, las personas que manifiestan un bajo bienestar general han aumentado del 23% en 2017, al 26% en 2021. En este sentido, la directora del Instituto de Salud Pública, Marian Nuin, ha detallado este viernes en rueda de prensa que ese malestar emocional viene condicionado por la situación socioeconómica de las personas, siendo las que tienen un nivel más bajo las que refieren una peor estabilidad emocional. Por ello, el ISPLN va a realizar un diagnóstico de las zonas de alta vulnerabilidad a través del Observatorio de la Salud Comunitaria, con el objetivo de implantar medidas específicas en esas áreas.

Según ha explicado Nuin –en referencia a los datos del Nastat–, a menor nivel socioeconómico, mayor malestar emocional. Uno de cada tres navarros (34%) con un nivel socioeconómico bajo refiere tener un bajo bienestar general en las dos últimas semanas, mientras que ese porcentaje disminuye en las personas de un nivel medio (25%) y más aún en las de un nivel alto (15%).Se trata de cifras que han ido en aumento en los últimos cinco años, al igual que las personas que reconocen necesitar ayuda en salud mental: un 13% en personas de nivel socioeconómico bajo; un 7% en nivel medio; y un 8% en nivel alto.

Más financiación en salud mental

Por otra parte, durante la rueda de prensa de este viernes, la consejera de Salud, Santos Induráin, ha recordado que la Red de Salud Mental incrementará el próximo año su financiación en un 4,74% respecto al presupuesto inicial de 2022. Se parte de una visión de la Salud Mental entendida como un continuo entre el “bienestar emocional”, el “malestar emocional” y el “trastorno mental”.

Así, se pretende incidir en modelos asistenciales donde se potencia la autonomía de las personas, a través del fomento de estrategias de autocuidado y afrontamiento de los problemas. De ese modo, se busca reforzar la dimensión comunitaria con intervenciones de promoción de la salud, de prevención de la enfermedad y la atención sanitaria en diferentes niveles de especialización, en función de las necesidades de las personas en relación al nivel de gravedad de su enfermedad, y que se desarrollarán en Atención Primaria y Salud Mental. Todo ello lleva a potenciar procedimientos de coordinación entre los distintos niveles anteriormente referidos, los departamentos del gobierno y entidades sociales y municipales.