UPN ha metido este miércoles el taladro en la calle Sangüesa para empezar a construir el polémico parking y el vecindario del II Ensanche ha estallado.
“Esto es tremendo, se me pone la piel de gallina”. “He escuchado los ruidos desde mi casa y me ha dado una pena enorme”. “Cuando he visto la taladradora, se me han saltado las lágrimas”. “Es una auténtica vergüenza”. “Es una aberración”.
Durante la jornada de este miércoles, la taladradora levantó parte de la acera de la calle Sangüesa y retiró las estructuras metálicas de los alcorques de los 11 árboles que serán trasplantados.
Los vecinos, muy enfadados, han criticado que la alcaldesa, Cristina Ibarrola, que prometió reunirse con todos los colectivos afectados por el parking, empezara este miércoles las obras sin escuchar sus reivindicaciones.
“Se iba a reunir y ya está preparando la tala. Me parece una sobrada, una auténtica vergüenza. UPN nos ha ignorado y ha hecho lo que le ha dado la gana, como siempre. Da igual que los vecinos nos hayamos concentrado durante semanas y semanas. No les importamos”, lamentó Eugenia Iribarren, residente del II Ensanche.
Francisco Marcos también censuró que a Ibarrola “no le importa el pueblo. Si no, se habría celebrado un referéndum”.
En la misma línea, Pilar Sánchez exigió a la alcaldesa que no se comportara como “una cacique” y que escuchara las protestas de los vecinos: “Debe reunirse con la gente, pero no en un despacho, que baje a la calle”. “No hay por dónde cogerlo. No nos han escuchado nada. Han pasado de nosotros. Siempre hacen lo que les da la gana. No es justo”, subrayó David Mendiondo.
José Mari López fue más pesimista y en ningún momento pensó que UPN les fuera a hacer caso a los vecinos: “Son así. Se han reído de nosotros”.
Adiós al “pulmón verde”
Los residentes, que miraban con frustración cómo la taladradora hacía añicos la acera, denunciaron la tala de 36 árboles en la calle Sangüesa. “Todos los árboles son sagrados. Nos proporcionan el oxígeno necesario para respirar y retienen el C02”, apuntó Pilar Satrustegi.
“Los árboles no son adornos de ciudad. Tienen su función. Reducen las islas de calor. Cada vez hay más diferencia de temperatura entre el sol y la sombra. Que se talen 36 árboles es una barbaridad”, incidió Lourdes Sánchez. “Los cortarán con nocturnidad y alevosía”, alertó Aranguren Azparren.
Los residentes avisaron que la zanja de más de 15 metros de profundidad que se abrirá en la calle Sangüesa para construir el parking pondrá en peligro “el pulmón verde” de la plaza de la Cruz. “No se puede tolerar”, indicó José Mari.
En verano, los pamploneses se refugian en este pulmón verde que ofrece abundante arbolado y una sombra refrescante.
“Siempre nos ha dado cobijo en los días de mucho calor. Me siento en un banco y escucho cómo pian los pajaricos. Se respira paz. A las tardes hay un ambiente muy bueno. Los chavales juegan en el parque, la gente mayor charla sentada... Todos nos divertimos debajo de esta sombra. Estamos súper a gusto”, reconoce Francisco Marco.
Iranzu Ganuza es una de las madres que baja a diario al parque de la plaza de la Cruz. “Cuando he visto la taladradora por primera vez, se me han saltado las lágrimas. Ver esta imagen me produce mucha tristeza”, confesó Iranzu.
Esta vecina criticó que, durante los próximos dos años, no vaya a poder jugar con su hijo pequeño en el parque, que se sitúa a escasos metros de la taladradora y de la zanja de 15 metros de profundidad que se abrirá para construir el parking: “Soy madre de una criatura de tres años y me gusta venir aquí porque es una zona sombreada y fresca. Necesito parques arbolados donde poder divertirme con mi hijo. Este ya es historia”.
David Mendioro, vecino de la calle Bergamín, tampoco podrá disfrutar de la zona infantil con su hija. “Lo utilizamos a diario. Para ella, este parque es una maravilla. Los columpios están a la sombra y aquí nos pasamos todas las tardes de verano. A partir de ahora, con tanto polvo y tanto ruido, no vamos a poder venir y nos tendremos que buscar otro sitio”, se quejó . La taladradora, incidió David, también impedirán que su hija de dos años descanse por las tardes. “No dormirá la siesta y dará guerra sin parar”.
Los vecinos se quejaron del “cristo” que UPN montará cuando abra la zanja de 15 metros de profundidad. “Vamos a estar soportando constamente ruidos, camiones, barro, polvo... Ibarrola se está callando estas cosas porque quiere que estas incidencias pasen desapercibidas”, opinó Patxi Azcona. “No sé cuántos años vamos a estar tragando polvo”, clamó David.
Según estos vecinos, las molestias no merecerán la pena porque el parking transformará la plaza de la Cruz en “hormigón. Va a ser una aberración, como la Plaza del Castillo”, se queja Aranguren. “El bosque de la calle Sangüesa y plaza de la Cruz desaparecerá y la zona quedará horrible, como la Plaza del Castillo”, aseguró Iranzu Ganuza.
32.000 euros
Los residentes alertaron de que las futuras plazas de garaje serán para los propietarios de viviendas que recientemente se han construido o rehabilitado en el Ensanche. “Son para esos señores que han comprado los pisos nuevos con mucho dinero pero que no tienen plaza de garaje. De esta manera, podrán aparcar su cochecito”, denunció Patxi Azcona.
Iranzu también defendió la tesis de que detrás de la construcción del parking hay “intereses sucios y oscuros. Para que alguien gane mucho dinero, nos están condenando a perder espacios verdes que nos dan la vida”.
Por último, los vecinos criticaron el precio de cada plaza: 32.000 euros. “No las queremos ni las podemos pagar. Te tienes que hipotecar. Será para la gente que tiene dinero y me parece fatal”, insistió David Mendiondo.