La fundación de UPN fue una sacudida en 1979. Aquel giro de Jesús Aizpún, procedente de UCD, tuvo su contrapunto 12 años después, cuando el propio Aizpún rubricó a regañadientes un acuerdo con el PP de Aznar. Dos momentos, dos decisiones. UPN ha vivido entre el ni contigo ni sin ti con el resto de la derecha navarra. Una intermitencia entre la unidad y la división, la confluencia, la absorción o la separación, con sus socios naturales. Viajes de ida y vuelta, quiebros, requiebros y hasta volantazos, que se ejemplifican en la curva más reciente; la corta andadura de Navarra Suma, que no sumaba, y cuyas costuras quedaron desde el inicio en entredicho. Así que UPN ha vuelto a bascular; replanteamiento no exento de riesgos, especialmente para su líder Javier Esparza, y un capítulo más de una dicotomía política que repasan en este reportaje los periodistas ya jubilados: Francisco Zamora y Mikel Bujanda, el sociólogo Ricardo Feliú y el consultor Gonzalo Alzueta.
Dinámicas atravesadas
Ricardo Feliú es profesor de Sociología de la UPNA. En 2019 hizo una incursión en la primera línea política como candidato al Senado por Cambio-Aldaketa. Observa “ tres ciclos dentro del centroderecha en Navarra” en estas décadas, dentro de un espacio “mezclado por dinámicas políticas específicas de Navarra y las de carácter estatal”, que a veces confluyen y otras no.
“ Esparza ha recuperado la teoría de los quesitos, y esto vuelve a chocar con la estrategia del PP ”
Ricardo Feliú - Profesor de Sociología de la UPNA
Feliú sitúa el primero de esos ciclos en los años ochenta, y el segundo entre 1991 y 2007. El acuerdo de UPN con el PP, “fructífero para ambas partes”, hizo que Navarra fuera “la única comunidad donde el PP desapareció”. Para este profesor de la UPNA, en el fondo de la crisis de Adanero y Sayas late que Esparza ha “recuperado un poco el planteamiento histórico de UPN de la teoría de los quesitos, y esto vuelve a entrar en choque directo con la estrategia del PP”.
Según este sociólogo, Navarra Suma nació como una reacción a lo sucedido en 2015. Una coalición “a la defensiva”, cuyos 20 escaños comparativamente considera “un fracaso”. Para Feliú, Navarra Suma ha sido una suerte de “cierre de filas”, “contra natura ideológica”, y consiguientes “contradicciones internas que “hacen daño o generaran resquemor” en UPN, sobre todo “en relación a los fueros”.
Doble eje
Francisco Zamora, periodista jubilado, fue redactor jefe de Navarra Hoy y en el lanzamiento de DIARIO DE NOTICIAS. En su opinión, “la derecha navarra no es un bloque monolítico. Tiene una composición ideológica heterogénea, siguiendo el mismo doble eje que divide al conjunto de la política en Navarra. El socioeconómico, más a la derecha o a la izquierda, y el territorial”. A su juicio, en la derecha “hay liberales y democristianos, y menos o más sensibilidad social”. En el eje territorial, observa en otros aspectos “planteamientos más jacobinos o centralistas y más foralistas”. Además, cree que la “derecha, a diferencia de la izquierda, es mucho más pragmática, más capaz, o con más facilidad, de dejar las diferencias cuando las circunstancias indican que les va a resultar políticamente rentable”. Esto es: “La derecha tiene muy claro que el objetivo prioritario es la conquista o el mantenimiento del poder”.
“ La derecha navarra no es monolítica, es heterogénea y muy pragmática en aras del poder ”
Francisco Zamora - Periodista jubilado
Para Zamora “es verdad que generalmente han sacado más escaños por separado que fusionados”, pero recuerda que Navarra dejó atrás el mecanismo automático de la lista más votada para la presidencia si no había mayoría parlamentaria. Sistema que en los ochenta “favoreció al Partido Socialista, a pesar de que la suma de las fuerzas de la derecha daba más”. Ello, apunta, “llevó a Alli a fusionar la lista para las elecciones del 91 ”. Operación que, constata, “funcionó, porque se convirtió en presidente”.
Zamora pone de relieve el papel que durante años jugó un “cordón sanitario a la izquierda abertzale, de manera que las conformaciones de mayorías la dejaban al margen, al menos en lo que se refiere al Partido Socialista y a UPN”. Eso, recalca, “es lo que permitió a UPN seguir gobernando en minoría varias legislaturas”.
Volviendo al presente, cree que lo ocurrido con Sayas y Adanero “ha sido la gota que ha colmado el vaso” para la ruptura de Navarra Suma, una coalición que considera “infrarrepresentaba” a UPN, en contraste con PP y Ciudadanos, “sobrerrepresentados”. Según Zamora, “dada la actual conformación sociopolítica de Navarra, UPN tiene escasas posibilidades de gobernar”. Pero piensa que aunque quede en la oposición la vuelta a sus siglas “podría resultarle rentable en Navarra y en Madrid”, y disponer potencialmente de mayor capacidad de “juego político y protagonismo”.
Contexto en cambio
Gonzalo Alzueta, consultor en Creatalent y profesor del máster de comunicación política y corporativa y del de gobierno y cultura de las organizaciones, ambos de la UNAV, observa un camino histórico “entre dos posiciones”. Por un lado, en la filosofía UPN en Navarra, PP en Madrid, considera que los primeros a lo largo del tiempo desarrollaron “muy mucho el nivel de marca”. Frente a otros partidos cuya marca principal está en sus candidatos, Alzueta cree que en UPN, la del partido tenía un “peso tremendo”. Pero en general, apunta, en los últimos años en la política “se trabaja mucho más en el candidato, y el candidato es la marca”.
“ La estrategia depende de la lectura del contexto, del ‘feeling’ personal y de cómo esté el electorado ”
Gonzalo Alzueta - Consultor, profesor de la UNAV
Alzueta considera “un factor determinante”, que las próximas elecciones de mayo “se están posicionando como una primera vuelta de las Generales”. Defiende que estratégicamente “hay determinados momentos que interesa ir juntos y otros en los que puede interesar ir separados”. En esa disyuntiva, entiende que UPN ha podido ver “que el modelo Navarra Suma no era suficiente como para tener una posición de poder dentro del Parlamento”. También que haya calibrado que despegándose de las siglas del PP, “quizás exista una ventana de oportunidad de poder llegar a acuerdos con el PSOE”, dice, pues “quizás el PSN no esté tan liberado en junio para poder hacer lo mismo que hizo en 2019”. Este consultor recuerda que “PSOE y UPN” se entendieron en el pasado, y pone de manifiesto que “cada vez el votante es menos fiel a las siglas”. Alzueta piensa que una de las lecturas de UPN y PP es que “necesitan reforzar su identidad como marca partido”. Así que prevé una “campaña enconada”. “Se suele decir que el mayor enemigo o el contendiente más fiero es el que tienes dentro o el más cercano”, comenta. En resumen, según Alzueta, “la estrategia depende muy mucho de qué lectura hagan del contexto en cada situación, en ocasiones puede depender muchísimo de que haya o no feeling personal”, y desde luego, de cómo esté el electorado”.
Euskera y “búnker”
“ Puede haber riñas por asuntos de detalle, pero en el fondo lo que cabe esperar de unos y otros es bastante similar ”
Mikel Bujanda - Periodista retirado
Mikel Bujanda, nombre histórico de las ondas navarras, con 32 años en Euskalerria Irratia y unos inicios en Radio Requeté-Radio Pamplona, ve “sustancialmente iguales” a las formaciones de la derecha navarra. Tras décadas como profesional, Bujanda dice haber percibido como “principal rasgo de UPN, PP y demás”, a quienes sitúa “en el mismo búnker”, la “beligerancia” y “hostilidad activa” contra el euskera, “Ellos sabrán por qué, pero tienen pavor al euskera, lo sienten, no como un valor cultural, una riqueza o una maravilla de la que tendrían que estar orgullosos, lo ven como una amenaza”. Según Bujanda, “la única amenaza es hacia su apriorismo político. Cuanta más presencia y vitalidad tenga el euskera, más se evidencia la debilidad de ese apriorismo”.