Fabrika ya es una realidad. El centro de alto rendimiento para la transformación cultural de las organizaciones construido por la patronal de Gipuzkoa, Adegi, fue inaugurado ayer en el Parque Tecnológico de Miramon en Donostia. Fabrika tiene el objetivo de expandir “por todo el mundo” la nueva cultura empresarial que impulsa Adegi a través de la filosofía de considerar a las organizaciones como proyectos compartidos basados en la confianza entre las personas que los impulsan.
El Lehendakari, Iñigo Urkullu, saludó este centro de alto rendimiento para la transición cultural de las organizaciones que, según dijo, comparte los pilares en los que se basa el trabajo del Gobierno vasco, entre los que citó la mejora de las relaciones entre las personas, el arraigo de una nueva cultura de trabajo, la inversión en formación o el desarrollo de la capacidad de adaptarse a los nuevos retos. Urkullu defendió un concepto de empresa entendido como “proyecto común” para el progreso social y económico. “Fabrika es un centro pionero en el mundo que inicia su camino en terreno abonado”, afirmó, para lograr el objetivo final, según dijo, que es crear el clima favorable para mejorar la competitividad de las empresas, generar oportunidades de empleo de mayor calidad “y seguir construyendo una sociedad más avanzada y justa”. Urkullu lideró una representación institucional conformada también, entre otros, por la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia; los diputados generales de Gipuzkoa y Bizkaia, Markel Olano y Unai Rementería; la presidenta de Confebask, Isabel Toledo; el presidente de CEOE, Antonio Garamendi; y el delegado del Gobierno central en Gipuzkoa, Denis Itxaso.
MUNDO CAMBIANTE
Los alrededor de dos centenares de invitados siguieron un acto en el que el director general de Adegi, José Miguel Ayerza, afirmó que la nueva cultura de empresa que impulsa Adegi va a provocar un cambio “de gran envergadura” en la economía. Ayerza admitió que la transición energética y digital son “ingredientes fundamentales” para el progreso económico, pero subrayó que a esta ecuación hay que añadir la transición cultural, “la asignatura pendiente de las empresas” que, según defendió, va a constituir un valioso instrumento para hacer frente a los retos de un mundo cambiante.
Desde un plano menos teórico, explicó que la gestión de Fabrika corresponderá a una fundación sin ánimo de lucro cuyo patronato, de momento, está formado solo por Adegi, pero al que más adelante se incorporarán el Gobierno vasco, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia. Por su parte, el presidente de Adegi, Eduardo Junkera, insistió en que la nueva cultura de transformación de las organizaciones responde a la necesidad “de prácticamente todas las organizaciones conformadas por personas, independientemente del lugar geográfico, tamaño, sector o forma jurídica”, de contar con una estructura sólida para hacer frente a los retos globales. Entre ellos citó la transformación digital, la transición energética y la escasez demográfica. Incidió en la adaptación de esta nueva cultura a todo tipo de organizaciones ya que, si bien Fabrika nace en Gipuzkoa, su vocación es extenderse a Euskadi, España y todo el mundo. “Fabrika es un proyecto de país”, afirmó.