Los preparativos del homenaje a Miguel Ángel Blanco en el 25º aniversario de su asesinato a manos de ETA se han visto ensombrecidos por la tensión entre el PP y el PSOE. Ha sido evidente la utilización política desde determinados ámbitos para buscar el desgaste de Pedro Sánchez por sus acuerdos con la izquierda abertzale, y también han sorprendido los errores de protocolo, como el extraño pulso que a punto estuvo de dejar a su hermana Marimar Blanco sin turno de intervención en el acto del domingo. Pero en Lehendakaritza no se desvían del recuerdo puro y duro del sufrimiento que padeció el concejal del PP, y no se distraen del debate que aún queda pendiente: el reconocimiento de la injusticia del daño causado por ETA.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha avisado este viernes de que “sigue faltando en una parte de la sociedad un reconocimiento de la violencia injusta padecida”. Ahí dejó su petición, sin ahondar en siglas políticas, y lo planteó como un ejercicio de solidaridad con el sufrimiento padecido por la sociedad vasca. Admitió que el esfuerzo debe ser de "todos", pero añadió que parte de la sociedad debe aún ese reconocimiento.
Sus declaraciones en Radio Euskadi fueron emitidas este viernes pero habían sido grabadas el martes. Fueron grabadas, por lo tanto, antes de que se produjera el emplazamiento del Gobierno vasco a Sortu para que, aunque no tenga intención de acudir al homenaje de Estado en Ermua, realice una reflexión u ofrezca alguna explicación a la sociedad vasca, que se manifestó en las calles en 1997 para suplicar a ETA que no acabara a sangre fría con la vida del joven concejal. También, por lo tanto, sus declaraciones las realizó antes de conocer la respuesta de Arkaitz Rodriguez, quien dijo que su muerte nunca debió suceder, pero lo hizo leyendo textualmente la declaración de Aiete de octubre, sin dar ningún paso más ni reconocer la injusticia de la violencia, y limitándose a aplicar a Blanco esas mismas palabras. Es decir, sigue sin quedar claro si, más allá de lamentar el asesinato, se está de acuerdo en que fue un error recurrir a la violencia o, por el contrario, se considera que el recurso a las armas fue doloroso pero inevitable o justificado. Rodriguez acusó además al PNV de utilizar a las víctimas. Aunque las declaraciones de Urkullu son del martes, las fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico mantienen su vigencia tras los episodios de estos días.
Recuerdo a las familias de Blanco, Ortega Lara, Delclaux...
Eso sí, el lehendakari no entró a citar expresamente a Sortu o a EH Bildu en sus declaraciones. En primer lugar, cuando se le preguntó qué primera reflexión le viene a la mente, respondió que le viene un recuerdo “para con la familia de Miguel Ángel Blanco, José Antonio Ortega Lara, Cosme Delclaux...”, y su “solidaridad con todas las familias que sufrieron violencia injusta”. Se le preguntó, asimismo, si se puede extraer algo positivo de esa tragedia, y el lehendakari se quedó con que “amplificó” el rechazo a la violencia en la sociedad vasca, el pensamiento de que la violencia con motivaciones políticas no tiene cabida. Urkullu no entró en polémicas y se quedó con esa parte positiva.
Y añadió que sigue quedando pendiente el reconocimiento de la injusticia de la violencia. Concedió que “todos tenemos que seguir haciendo mucho más”, pero focalizó en que hace falta “un reconocimiento de la violencia injusta a la que esta sociedad ha estado sometida desde un componente ético y de solidaridad con el sufrimiento padecido”.
Urkullu mantiene la presión a Sortu para que haga autocrítica aunque no vaya al acto por Blanco
El Gobierno vasco ha defendido que lo más importante es que se produzca esta reflexión, y que la asistencia o no de la izquierda abertzale al acto es secundaria, un acto que se ha organizado desde el Ayuntamiento de Ermua y que ha desembocado también en una campaña contra el alcalde por su rifirrafe con Marimar Blanco, hasta el punto de que el edil ha matizado que el evento no es solo cosa suya.
Lehendakaritza ha observado con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, pero sin desviarse del recuerdo y la autocrítica. Todavía cuando Urkullu pronunciaba estas palabras, se desconocía el número total de oradores en el acto, en el que participará igualmente el rey español, Felipe VI. Todo apuntaba a la intervención también de Pedro Sánchez, lo que provocaría igualmente que tome la palabra Urkullu. En el caso de que se confirmara, su discurso pivotaría en torno al reconocimiento de la injusticia padecida por Blanco.
Un ejercicio de "todos"
También en el sentido de la reflexión crítica con el pasado, la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, consideró que “hubiera sido muy positivo que todos participáramos, no solo en la empatía con las víctimas, sino en la condena más rotunda de hechos tan graves y tan radicalmente injustos”. En Onda Vasca, apostó por realizar un ejercicio de sinceridad ante las generaciones más jóvenes y decir “esto no estuvo bien aunque yo en un momento llegué a justificarlo”. “Esta sociedad se merece esa reflexión, y no pasa nada por hacer una reflexión autocrítica. Todo el mundo ganamos porque la autocrítica no es muestra de debilidad, es muestra de fortaleza”, alentó.
Ezenarro no escurrió las responsabilidades. “Todos de alguna manera, unos más que otros, tenemos que hacer esa reflexión, algunos porque se miró a otro lado o no nos movilizamos lo suficiente, y otros porque lo justificaron, pero nos merecemos una reflexión honesta”, insistió.