Urkullu defiende el Premio Ellacuría como una reivindicación del papel de la mujer en la paz

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que la concesión del Premio Ignacio Ellacuría a Seynabou Male Cissé es una "reivindicación del papel de las mujeres en la construcción de la paz" en el mundo.

El Gobierno vasco ha concedido este premio de cooperación para el desarrollo 2023 a esta activista por la paz en el conflicto de Casamance, al sur de Senegal, que trabaja por los derechos de las mujeres y su desarrollo.

En 1999, junto con otras mujeres y miembros de organizaciones de mujeres activistas por la paz y el desarrollo comunitario, Seynabou Male Cissé formó el Comité Regional de Solidaridad de Mujeres por la Paz en Casamance, una región que sufre una guerra civil de baja intensidad desde 1982, que ha causado alrededor de 5.000 fallecidos y entre 30.000 y 60.000 desplazados.

En 2010, Cissé fue la promotora de la 'Plateforme des Femmes pour la Paix', una coalición que unió a 210 organizaciones locales de la sociedad civil y a más de 40.000 mujeres que trabajan activamente por la paz y la justicia en la región.

El jurado del premio ha reconocido a la activista "por su compromiso con la creación de una sociedad más justa e igualitaria en Senegal y su dedicación a la construcción de la paz, desde el diálogo y la mediación en los conflictos".

Además, el jurado entiende que "este premio contribuirá a visibilizar y concienciar a la sociedad vasca sobre las crisis y los conflictos olvidados en África".

Durante el acto de entrega del premio, Urkullu ha destacado que esta distinción reconoce "los valores de la iniciativa personal, el compromiso social y la solidaridad en favor de un mundo más humano y más justo".

Ha dicho que Casamance y Euskadi comparten una historia reciente similar, una historia "dolorosa, repleta de violencia y sufrimiento, de heridas y de una lucha incesante por la paz y la convivencia".

El lehendakari ha insistido en el papel de las mujeres en la construcción de la paz y ha expresado su apoyo al mensaje de la Agenda 2030 y a las resoluciones de la ONU en el sentido de que son las mujeres, especialmente las más pobres, las que más sufren las consecuencias de las guerras, las que primero se hacen cargo de la realidad y las responsables de "plantar las semillas y cultivar los huertos, las que huyen y después regresan a sus comunidades para volver a empezar".

Por su parte, Seynabou Male Cissé ha agradecido el premio y ha recordado tanto a las mujeres de Casamance como a todas las personas que sufren violaciones de derechos humanos en todo el mundo. "Sus luchas y resiliencia son una fuente interminable de inspiración", ha concluido.

El Premio Ignacio Ellacuría lleva el nombre del filósofo y teólogo vasco asesinado por militares en El Salvador en 1989. Es otorgado a organizaciones, colectivos o personas que, desde Euskadi u otros países, desarrollan acciones a favor de la igualdad, la justicia entre los pueblos y la superación de la pobreza en el mundo. Es concedido por el Gobierno vasco a través de eLankidetza-Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo.