Urkullu defiende una “agenda propia” y se empeñará en ensanchar los acuerdos

Aunque suene a tópico, el pleno de política general de este jueves en el Parlamento Vasco llega en un momento crucial: dará inicio al curso político tras el periodo estival y ejercerá de bisagra con la segunda mitad de la legislatura en Euskadi, cuando los nubarrones de inestabilidad sobre los que tanto se ha insistido se podrán palpar con la mano. La concatenación de la crisis sanitaria con la guerra en Ucrania y la consiguiente crisis energética suponen el opaco telón de fondo frente al que el lehendakari Iñigo Urkullu pronunciará un discurso en el que desgranará las claves de su gestión no solo hasta el año que viene, sino hasta el final de su mandato. En dicho marco, abogará por remar todos a una y por incidir en acuerdos como el pacto educativo que la mayoría parlamentaria suscribió el pasado abril. La otra pata sobre la que se sostiene su estrategia es la defensa de una agenda propia para afrontar los retos inmediatos, y coronará su intervención con la defensa de la asunción de todas las competencias pendientes de traspasar.

La Presidencia del Gobierno vasco remitió ayer lunes a los medios las líneas maestras del discurso del lehendakari, en el que este abogará por "ensanchar los acuerdos" y por "sumar fuerzas y favorecer la colaboración" para hacer frente a la "gran incertidumbre" del panorama internacional y encarar así "desafíos urgentes" como el cambio climático, los precios de la energía, el reto demográfico y la salud.

En el arranque de la sesión plenaria, Urkullu explicará que el ecuador de la legislatura llega en un momento de "fatiga pandémica" que genera "desasosiego e inquietud" y con "desorden mundial" y una guerra "en el centro de Europa" que dan lugar a "incertidumbre e inseguridad". Y todo ello coincide con los citados "desafíos urgentes".

Los actuales son "tiempos de crisis y de incertidumbre" y vienen acompañados de "procesos de transformación globales que aconsejan sumar fuerzas y favorecer la colaboración" tanto entre partidos e instituciones, como entre agentes públicos y privados.

Apelará por ello a "la estabilidad y la cultura del acuerdo y la colaboración" más allá de las discrepancias ideológicas y de la relación entre el Gobierno vasco de coalición PNV-PSE y la oposición. En la actual legislatura, reconoce Urkullu, "ha habido diferencias", pero eso "no ha impedido mantener abiertos los cauces del diálogo y la colaboración" y que se hayan alcanzado acuerdos que "han dado sus frutos". "Vamos a seguir haciendo todo lo posible para propiciar, alcanzar y ensanchar los acuerdos", insistirá.

El jefe del Ejecutivo vasco defenderá a su vez que "para un país con firme voluntad de autogobierno como Euskadi es fundamental contar con una agenda propia, bien definida, estructurada y actualizada, en un ejercicio permanente de lectura de la realidad global para establecer el mejor campo posible de actuación local". Esta "agenda propia de Euskadi", según explicará, responde a un diagnóstico, una estrategia y un programa "de acción compartido".

En primer lugar, destacará las acciones en el ámbito de la cohesión social. "Hablamos del compromiso con las personas y las familias como eje, especialmente con quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Hablamos de la mejora permanente en la prestación de los servicios públicos", según él. A ello se añaden las acciones para el empleo, la industria, la inversión pública y el crecimiento sostenible; el cambio climático y las iniciativas a abordar para dar respuesta a este reto; el reto demográfico y la apuesta por la juventud con "políticas específicas de emancipación"; y la estrategia Euskadi-Basque Country, en la que "la internacionalización del país y la creación y difusión cultural van de la mano".

Autogobierno

En su discurso de pasado mañana en el Parlamento, el lehendakari también hablará de autogobierno, que definirá como "un punto de encuentro de una parte mayoritaria de la sociedad". Lamentará por ello que, más de 40 años después de su aprobación, el Estatuto "es el único que no se ha actualizado" cuando incluso la Constitución española "se ha modificado en dos ocasiones". "Seguiremos trabajando hasta ver cumplido el Estatuto de Gernika en su integridad", certificará, rotundo.