Los principales destinatarios del órdago de Alberto Núñez Feijóo, los presidentes autonómicos del PSOE, ya han declinado participar en la comisión general de las comunidades autónomas que ha forzado el PP con su mayoría absoluta en el Senado con el objetivo de que se posicionen y se retraten sobre la amnistía que podría conceder Pedro Sánchez a los involucrados en el proceso soberanista catalán. Pero el lehendakari Urkullu, que podría acudir igualmente a la comisión del jueves de la próxima semana porque está facultado para ello, ha decidido también darle plantón a este uso partidista del Senado. Urkullu ha declarado este jueves a preguntas de los periodistas desde su viaje institucional a Japón que esta iniciativa del PP se enmarca en su "campaña de interés político" ante una eventual repetición de las elecciones generales y, por tanto, no entrará en ese "juego" ni participará en la comisión.
El lehendakari ha defendido desde la Universidad de Estudios Extranjeros de Tokio que, para empezar, a las comunidades y a las naciones del Estado ni siquiera se las ha tenido en cuenta hasta la fecha en el Senado, porque esa Cámara "no es lo que debería ser" ni tiene la sensibilidad territorial que debía tener. Y ha añadido que ya es conocida su aportación en contra de la judicialización en Catalunya, un planteamiento que ya plasmó por escrito y que también reiteró en su declaración ante el Tribunal Supremo. Urkullu ha pedido "seriedad", ha recriminado al PP haberse enterado por los medios de comunicación, y le ha recordado que todo lo que tenía que decir sobre el conflicto catalán "está dicho" con una claridad meridiana sobre su postura en contra de la judicialización. "No voy a participar en esta propuesta", ha zanjado
El rumbo del PP
Urkullu defendió desde los albores del procés, en el año 2017, que el problema político catalán debía solucionarse a través del diálogo y las soluciones políticas, lo que supone respaldar la desjudicialización de este contencioso. En ese sentido, el PNV se ha mostrado muy crítico en las últimas semanas con la forma en que Feijóo agita la confrontación entre territorios con fines electoralistas, con el acto político que celebró en Madrid para agitar la calle contra la amnistía y su propuesta de añadir un delito de deslealtad constitucional, como ya hizo en su momento con la recogida de firmas contra el Estatut catalán. Una estrategia que el PNV cree que tensiona y dificulta una solución política. Por otro lado, el propio lehendakari propuso una convención constitucional en el Congreso como foro de debate para abordar en positivo, de manera constructiva, una propuesta territorial o también la figura de la amnistía, un foro que rechazó Feijóo al descalificarlo como un "observatorio de políticos". Ahora el PP plantea un foro en el Senado, pero para forzar las costuras internas en el PSOE.
Además, el orden del día que propone el PP para la comisión del Senado fuerza el reglamento. La comisión no tiene entre sus funciones abordar una propuesta como la amnistía, sino tratar cuestiones relacionadas con la colaboración entre territorios, los fondos de compensación territorial y los fondos europeos, o las iniciativas que tengan naturaleza autonómica y afecten a las competencias de las comunidades, tal y como se establece en el artículo 56.
Este movimiento del PP parece consolidar también la sensación de que está dispuesto a aprovechar su mayoría absoluta en el Senado para obstaculizar y ralentizar (no puede impedir) la aprobación de iniciativas del PSOE y sus socios. Se da la circunstancia de que, en otro momento en que el PP contaba con una mayoría absoluta en el Senado, en 2019, se aprobó una moción contra el calendario de transferencias para cumplir el Estatuto de Gernika, un pronunciamiento que motivó una respuesta institucional en Consejo de Gobierno.