"Superaremos esta situación". El lehendakari, Iñigo Urkullu, pidió ayer a los empresarios una "actitud proactiva" para salir de la actual crisis global. "Me hago cargo sobre la incertidumbre del futuro, pero estoy convencido de que superaremos esta situación. ¿Es autocomplacencia? No, es confianza", señaló durante la clausura de asamblea de la patronal vizcaina, Cebek, en el Palacio Euskalduna. El discurso de Urkullu puede interpretarse como una respuesta al foro de empresarios Zedarriak, que en su informe ha alertado de la pérdida de liderazgo económico y competitivo de Euskadi. Es más, en su análisis, pide "pasar a la acción evitando la autocomplacencia y el acomodo".
"Si la evolución de Euskadi, a pesar de todas las vicisitudes y circunstancias vividas en estas décadas, es positiva, esto es motivo de orgullo y de acicate, no de autosatisfacción. Orgullo y acicate que, quienes nos encontramos en el ejercicio de toda responsabilidad, deberíamos compartir como apelación a la mejora continua", sostuvo Urkullu. "El momento que vivimos es inédito por la confluencia y las consecuencias de tres crisis de carácter global que nos afectan y generan una sensación de incertidumbre. Considero necesaria una actitud proactiva, que incluya propuestas de futuro basadas en la realidad y el realismo, que integren el esfuerzo compartido en pos del bien común", añadió.
La crítica también tuvo cabida en el discurso del lehendakari: "Ahora bien, como contrapunto encuentro una tendencia contraria condicionada por el virus de la búsqueda permanente de lo negativo; en ocasiones, incluso, sin correspondencia con la realidad objetiva que vivimos. Esta tendencia negativa pretendería hacer creer que hemos perdido la confianza en cada una-uno de nosotros mismos y que nos dejamos arrastrar por la comodidad de volcar en los demás la responsabilidad de nuestras carencias".
Difícil situación
Urkullu reconoció la difícil situación, en la que se han juntado "el tenso clima político en el Estado, la pandemia y la agresión de Rusia a Ucrania, una nueva crisis que afecta directamente a las familias y a la actividad económica". "La concatenación ha causado una evidente fatiga, pero tengo plena fe tanto en la capacidad de la sociedad como de las instituciones vascas para superarla", confió. Y echó la vista atrás para poner como ejemplo la última crisis económica. "Haber superado las crisis anteriores es motivo de orgullo y eficacia".
"A finales de 2019, Euskadi había llegado a una situación muy positiva. Euskadi crecía a buen ritmo y, en diciembre, el paro se situaba por primera vez por debajo del 10%. Alcanzamos el equilibrio presupuestario y el déficit cero", destacó. "Nos situábamos en disposición de superar las consecuencias de la crisis financiera internacional desatada en 2008. En Euskadi, tras dos legislaturas con Gobiernos en minoría, se había conseguido un clima de estabilidad y coordinación interinstitucional. Un clima que mantenemos, que era y es garantía para la colaboración público-privada", añadió e insistió: "¿Es autocomplacencia? No. Es trabajo desde la autoexigencia y los objetivos claros en base a un Modelo. Modelo de Desarrollo Humano Sostenible. Ayudar a generar riqueza para reinvertirla en cohesión social".
Según subrayó el lehendakari, "el Gobierno de coalición había venido trabajando desde 2016 en base a un propósito: Auzolana-Euskadi". "Tenemos, por lo tanto, muy claros los diagnósticos y los retos de futuro en cada momento. ¿No hacemos análisis de situación en base a informes compartidos?, ¿no procedemos en orden a ejercicio autocrítico, incluso público, cuando es necesario?", cuestionó. Asimismo, Urkullu destacó que la reactivación económica y el empleo siempre ha formado parte de las "prioridades" y representan el "bien común" que guía los retos a futuro, entre los que citó, además de los de las transiciones tecnológico-digital, ecológico-medioambiental y social-sanitaria, los de innovación, educación, demográfico, igualdad, internacionalización, identidad o autogobierno.
El lehendakari admitió que "la concatenación de las actuales crisis globales ha generado una evidente 'fatiga emocional social' y, aunque volvió a señalar su "preocupación", dijo tener "fe plena en la capacidad de resistencia, resiliencia y en la determinación para superar esta situación y avanzar como sociedad".