Euskadi no aplicará el plan de desescalada del Ministerio de Sanidad y seguirá su propia hoja de ruta, el plan Biziberri que desde el inicio de la crisis sanitaria ha ido regulando las actividades y hábitos sociales en los distintos escenarios de la pandemia. El Gobierno vasco, por tanto, pone pie en pared ante la pretensión del Gobierno español de implantar el clásico café para todos, independientemente de la situación epidemiológica de cada comunidad autónoma. Entre otras acciones coordinadas, el Gobierno amplía el cierre del ocio nocturno a las 2.00 horas, ampliable hasta las 3.00 horas, y la hostelería hasta medianoche, o mantener un máximo de 10 personas por mesa en terrazas.
El propio lehendakari, Iñigo Urkullu, ha sido el encargado esta mañana de decir basta a la estrategia de "imposición", "unilateral" y "sin consenso" desplegada por el Ministerio que dirige Carolina Darias y que cristalizó ayer en la Interterritorial con un catálogo de medidas que concitó el rechazo de Madrid, Catalunya, Castilla León, Andalucía y Murcia. El Departamento de Salud del Gobierno vasco, directamente, no participó en el debate ni en la votación del documento presentado por el Ministerio y que es de "obligado cumplimiento", tal y como ha vuelto a recordar hoy el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, al entender que se invaden competencias vascas.
Precisamente, la invasión competencial ha sido el argumento esgrimido por el lehendakari Urkullu para justificar el plante del Gobierno vasco al plan hacia la nueva normalidad diseñado en Madrid. "El Gobierno central debería ser consciente de que en Euskadi tenemos nuestra propia hoja de ruta, que es el Plan Biziberri, y es la que vamos a seguir", ha dicho Urkullu, confirmando la vigencia de las medidas preventivas actualizadas tras el LABI del lunes, entre las que se encuentra la ampliación del horario de la hostelería hasta las 12 de la noche. Urkullu, firme defensor de la cogobernanza a lo largo de toda la pendemia, no ha ocultado su malestar por el "desconcierto absoluto" en la gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno central.
CIERRE DEL INTERIOR DE LA HOSTELERÍA
En este sentido Urkullu ha considerado "curioso" que el Gobierno central decidiera no prorrogar el estado de alarma e "invitara" a las autonomías a recurrir a los tribunales frente a eventuales recursos ante sus decisiones y que ahora "nos venga con este tipo de decisiones, sin consenso y como imposición". Además de defectos formales, el plan de desescalada contraviene ?sin más argumento que su mera aprobación en la Comisión Interterritorial? medidas que chocan con las aprobadas por el LABI. La más polémica es quizás el nuevo cierre de la hostelería dictado por el Ministerio, generando gran preocupación dentro de un sector muy castigado y que no sabe ya a qué atenerse, cuando por fin puede dar el segundo turno de cenas.
En esta línea, el lehendakari ha exigido al Gobierno Sánchez un poco de "orden". "No es una actitud de cogobernanza, de gobernanza compartida, de gobernanza colaborativa", ha denunciado Urkullu, quien ha defendidola "eficacia" de la estrategia vasca frente a la pandemia (el Plan Biziberri). Y es que, pese al alto número de contagios respecto a la media estatal, el lehendakari ha recordado que Euskadi tiene "menos camas hospitalarias y UCIs ocupadas y menos fallecimientos".
PATXI LÓPEZ Y EL "EJÉRCITO DE PANCHO VILLA"
El exlehendakari, Patxi López, ha sido la única voz discordante dentro del PSE que, a lo largo del día de hoy, ha cerrado filas con su socio en el Gobierno vasco, considerando que el Gobierno de España "tiene que entender" la particularidad de la situación que se da en cada comunidad y "respetar las casuísticas" de cada una. Antes de que el PSE mandase este comunicado, el hoy diputado del PSOE por Bizkaia, Patxi López, ha dicho que esto no puede ser el ejército de Pancho Villa.
En declaraciones a Radio Euskadi, López ha considerado "lógico" que todas las comunidades acaten las decisiones adoptadas en torno a la gestión de la pandemia en el seno de la Comisión Interterritorial para que "esto no sea el ejército de Pancho Villa y cada uno vaya por su lado". Además, se ha mostrado convencido de que "no hay que hacer una pelea absolutamente de todo en este país".