En un momento clave donde la Unión Europea tiene sobre la mesa varios expedientes relacionados con reivindicaciones vascas, el lehendakari ha conseguido amarrar cuatro reuniones de alto nivel en Bruselas, con tres vicepresidentes y una comisaria europea, para solicitarles personalmente su respaldo institucional. Iñigo Urkullu comenzará el próximo lunes un viaje oficial de tres días a Bruselas, donde buscará apoyos para el uso del euskera en el Parlamento europeo, la creación de la macrorregión atlántica para que comunidades como la vasca no pierdan influencia, y la participación de los territorios con competencias legislativas en la toma de decisiones del club comunitario. También participará en una conferencia para regular el ejercicio del derecho de decidir que han organizado los europarlamentarios del caucus por la autodeterminación. Se reunirá con los vicepresidentes de la Comisión Margaritis Schinas (tiene competencias en migración y cultura), Dubravka Suiça (democracia) y Maros Sefcovic (pacto verde), y con la comisaria Elena Ferreira, encargada de las reformas.
¿Este viaje pretende trasladar la idea de que Pedro Sánchez no supo sacar jugo a su presidencia de turno europea? El Gobierno vasco no quiere hacer esa lectura y se queda con la parte positiva de su etapa. Este viaje se produce después de que el presidente español concluyera en diciembre su turno de seis meses al frente del Consejo de la Unión Europea, una etapa donde sí introdujo en la agenda el uso de las lenguas cooficiales y la demanda de la macrorregión, pero no llegó a culminar ninguno de los procesos. En un primer momento, las expectativas eran altas, pero el propio Sánchez cortó las alas a su presidencia al convocar unas elecciones generales en julio y, entre retrasos y negociaciones de investidura, finalmente no llegó a elevar como tal a la Comisión Europea una solicitud para crear la macrorregión; y solo a petición del lehendakari, con una llamada telefónica in extremis, confirmó que al menos introduciría la petición en el orden del día de la Comisión de Asuntos Generales. Es un punto que estuvo a un paso de dejar fuera.
¿Busca entonces el lehendakari rematar el gol que Sánchez no llevó a puerta? El Gobierno vasco no quiere reivindicarse en ese sentido y prefiere quedarse con que el Gobierno español introdujo las materias en la agenda. No quisieron ser críticas ni las fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico, ni la secretaria general de Acción Exterior, Marian Elorza, cuando se le preguntó públicamente en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno si están descontentos con el balance de Sánchez.
El foro del derecho de autodeterminación
El viaje del lehendakari, en cualquier caso, estaba previsto desde que recibió la invitación del caucus por la autodeterminación, del que forma parte la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao, al igual que otros grupos como ERC, EH Bildu, Junts y Sinn Féin. De hecho, no solo el lehendakari tendrá un turno de intervención, sino que también lo tendrán el president Pere Aragonès y el presidente de la colectividad corsa, Gilles Simeoni. Este grupo presentará una propuesta de reglamento para regular las condiciones para el ejercicio democrático del derecho de autodeterminación en la Unión Europea. En cualquier caso, es una propuesta de este grupo, no del lehendakari, quien a su vez tendrá la ocasión de plantear su visión. Ya es conocida, de todos modos, su apuesta por un acuerdo de claridad.
Oficialidad del euskera
Ese foro tendrá lugar en el Parlamento europeo el miércoles, el último día de su viaje. El lehendakari ha aprovechado este desplazamiento para amarrar una agenda paralela que finalmente ha dado frutos con encuentros de alto nivel. El lunes, según anunció Marian Elorza en la rueda de prensa, el lehendakari se reunirá con el vicepresidente europeo de Promoción del estilo de vida del continente, Margaritis Schinas, quien a su vez es el responsable de las políticas migratorias y de asilo y tiene competencias en educación y cultura. Urkullu aprovechará el encuentro para presentarle el modelo vasco de acogida e intentará “recabar el apoyo de la Comisión Europea a la demanda de oficialidad del euskera en la UE”. La petición sobre las lenguas cooficiales, que Sánchez canalizó también para los catalanes y los gallegos y sobre todo como un guiño a Junts y ERC, se ha topado con objeciones económicas de algunos países. Ahora que el belga Charles Michel ha asumido la presidencia de turno, el debate ha pasado a abordarse solo a nivel técnico y no entre los altos responsables políticos o en la Comisión de Asuntos Generales. Además, Michel va a presentarse a las elecciones europeas de junio, lo que añade incertidumbre a su implicación, aunque nadie la cuestiona públicamente.
Participación en Europa
El martes, Urkullu se reunirá con la vicepresidenta de Democracia y Demografía, Dubravka Suiça, para compartir las propuestas del grupo Rleg que él lidera y que reúne a los territorios con competencias legislativas que quieren participar en las decisiones. El año pasado en Bilbao, 15 territorios de Europa suscribieron una declaración en la que pedían crear un foro interinstitucional. También el martes, se reunirá con el vicepresidente del pacto verde, Maros Sefcovic, y con la comisaria de Reformas, Elisa Ferreira, para solicitarle “apoyo” para la macrorregión atlántica. La formarían territorios de los estados español y francés, Irlanda, Reino Unido y Portugal, y se ve como una tabla de salvación para no perder influencia en el reparto de inversiones ferroviarias y conexiones energéticas ahora que Europa mira a Ucrania y a la ampliación hacia el este. Ese día habrá una recepción a la comunidad vasca con miembros de Rleg.
La trayectoria de Urkullu en la UE
Urkullu ha mantenido una relación fluida con Europa, ya sea desde los tiempos del tax lease, o por sus reuniones al máximo nivel con los presidentes de la comisión Durao Barroso, Juncker o la propia Von der Leyen, si bien en ese caso la cita fue multilateral con otros líderes autonómicos, por videoconferencia y para abordar los fondos europeos.