El lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera Sagardui hicieron ayer frente común en el Parlamento Vasco para capear el temporal que azota Osakidetza, cuyo último detonante ha sido el conflicto desatado en la OSI de Donostialdea. Urkullu cerró filas con la consejera y avaló la gestión del Servicio Vasco de Salud. “Hemos sufrido y seguimos sufriendo la pandemia global; la esperanza de vida se está prolongando; los servicios de atención son más amplios; la tasa de enfermedades crónicas está aumentando; estamos sufriendo un déficit de médicos y médicas de familia y pediatras aquí y en toda Europa”, enumeró. No obstante, en respuesta a las críticas de la oposición, negó una “crisis grave” en Osakidetza.
Por su parte, Sagardui hizo un llamamiento a la calma y reiteró que la interlocución “nunca ha sido un problema”. Manifestó que Osakidetza no trasladará ningún servicio del Hospital Donostia, y anunció inversiones. La más importante, la unidad de protonterapia, la radioterapia más puntera que existe. “Nadie en ningún momento ha pretendido trasladar ningún procedimiento ni ninguna técnica”. “Donostia va a acoger la primera unidad de protonterapia en Euskadi; 30 millones de aparato y 30 millones de infraestructura complementaria e inversión en obra. La técnica más eficaz y moderna para el tratamiento de determinados cánceres”, destacó.
Mientras tanto, el desencadenante del último frente, la OSI Donostialdea, se aplaca. Tras la asamblea de ayer, responsables sanitarios afirmaron que están en el “punto cero” de las conversaciones con Osakidetza, con cuya directora general, Rosa Pérez, está previsto que se reúnan el lunes, con la voluntad de “construir”.
3.200 millones vs. 4.600
Urkullu rebatía con datos que la salud pública vasca atraviese una crisis y puso sobre la mesa la fuerte apuesta presupuestaria. Recalcó el compromiso “inquebrantable” de su Gobierno con Osakidetza, que es el “emblema” del autogobierno vasco. Prueba de ello, apuntó, es que casi un tercio del presupuesto de Euskadi es para Salud y que la plantilla estructural se ha aumentado hasta las 31.000 personas. “Tenemos más retos, pero también más recursos. Se invierten 2.100 euros por persona. En Euskadi, el presupuesto de Salud ha pasado de 3.200 millones de euros hace diez años a 4.600 el próximo año”, detalló.
Admitió, no obstante, que el Servicio Vasco de Salud atraviesa una “crisis de crecimiento”, lo que ha motivado la apertura de “un proceso de reflexión” con los profesionales. “El modelo de gestión y de gobernanza de Osakidetza es un modelo de funcionamiento en red; ni es radial, ni es insular; es un modelo integrado, coordinado, basado en la complementariedad”, subrayó .
Por su parte, la consejera contrarrestaba las críticas y explicaba que “nadie ha pretendido trasladar ningún servicio o técnica” fuera del Hospital Donostia. “La realidad es exactamente la contraria”, dijo. Argumentó, en este sentido, que Donostia es el primer centro vasco en aplicar terapias avanzadas CAR-T, ha sido propuesto como centro de referencia para enfermedades neuromusculares del Sistema Nacional de Salud y ha sido elegido para acoger la primera unidad de protonterapia de Euskadi, cuyas las obras empezarán en año y medio.
Destacó que los ceses en el Hospital Donostia no han afectado a la calidad de atención sanitaria y explicó que estuvieron motivados por “problemas de relación” y porque las cesadas tenían “una visión radicalmente distinta sobre el modelo de funcionamiento”. Además, valoró que, tras las protestas iniciales de los jefes de servicio, “el escenario haya cambiado” al retomarse al diálogo.
De hecho, la tensión se ha rebajado notablemente esta semana y las movilizaciones de los profesionales médicos de la OSI Donostialdea se han suspendido hasta la reunión del próximo lunes.
“El sistema está en juego”
Sin embargo, la oposición solo ve incendios y una Osakidetza en llamas. Los portavoces –Maddalen Iriarte (EH Bildu), Miren Gorrotxategi (Elkarrekin Podemos-IU), Carlos Iturgaiz (PP+Cs) y Amaia Martínez (Vox)– criticaron sin ambages el “deterioro”.
“Está en juego” el sistema sanitario y “cada día se abre un frente nuevo”, advirtió Iriarte, quien recordó que las protestas no se limitan al Hospital Donostia, sino también al de Basurto por el traslado de la unidad cardíaca y a la Atención Primaria. Consideró un eufemismo que Urkullu hable de “crisis positiva de crecimiento” en Osakidetza. “¿Se refiere al crecimiento de problemas? porque un día sí y otro también se abre un nuevo frente, ¿o se refiere al crecimiento de la privatización a costa de un derecho básico como es la sanidad pública?”, cuestionó.
Gorrotxategi lamentó que “Osakidetza no es ni la sombra de lo que era” y asoció las protestas con que las decisiones “se están tomando en contra” de los responsables sanitarios.
Iturgaiz, por su parte, dijo que “con la gestión del PNV, la joya de la corona va camino de convertirse en un montón de circonitas, en simple bisutería” y responsabilizó a Salud y a la consejera de “incendiar” Osakidetza con una gestión “pirómana”.
El otro frente
Basurto bizirik reclama diálogo
- Marcha atrás. La plataforma de trabajadores Basurto Bizirik ha solicitado “iniciar un proceso de diálogo con Osakidetza para intentar dar marcha atrás a su decisión” de trasladar la cirugía cardiaca del Hospital de Basurto al de Cruces. En la nueva concentración de los viernes, aseguraron estar “un poco expectantes” por ver cómo se desarrollan los acontecimientos a nivel judicial, o “si es posible lograr un acuerdo que pueda ser satisfactorio para todo el mundo”.
- Ganar tiempo. Tras la decisión de un Juzgado de Gasteiz de mantener las medidas cautelares fijadas el 4 de noviembre que paralizan el traslado de la cirugía cardiaca del Hospital de Basurto al de Cruces, el médico adjunto del Servicio de Cardiología y representante de Basurto Bizirik, Javier Rekondo, afirmó que la plataforma está “satisfecha”, en la medida en que se trata de un tiempo que se gana.