El alcance de la candidatura alternativa a Andoni Ortuzar para presidir el Euzkadi Buru Batzar del PNV ha resultado ser bastante más limitado de lo que habían proyectado sus promotores. Desde el lunes a la noche, el día en el que comenzaron las votaciones en los batzokis, empezó a circular entre la militancia una lista a la que ha tenido acceso el Grupo Noticias y en la que aparece como cabeza visible Eneko Lekue Andrinua. Es concejal del PNV en Etxebarri y fue candidato a la Alcaldía en las elecciones de 2023, pero es un absoluto desconocido para el gran público al proceder de un municipio históricamente dominado por los independientes. De hecho, en 2023, Lekue se quedó en 691 votos (27 menos que en la anterior convocatoria), frente a los 3.817 de los independientes. En el mismo municipio, el PNV obtuvo mejores rendimientos a nivel foral con la actual diputada general, Elixabete Etxanobe, ganadora con 2.121 papeletas. En este contexto, el principal reclamo de la lista alternativa lo encarnaban los nombres del exalcalde de Gasteiz y actual diputado foral alavés de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, y el expresidente de la Ejecutiva del PNV en Iparralde, Peio Etxeleku. Sin embargo, este periódico ha podido confirmar que ambos están desmintiendo que vayan a integrar esa lista o a darle su respaldo. Han sido incluidos sin su autorización, según están trasladando desde sus respectivos entornos. El propio Urtaran, contactado por este periódico, únicamente ha querido aportar que no va a hablar sobre nada que concierna al proceso interno.
Urtaran presentó su candidatura para presidir la Ejecutiva alavesa durante el proceso de renovación de las territoriales para medirse con la favorita, Jone Berriozabal, pero en esta ocasión no se ha significado públicamente para respaldar esta plancha crítica a nivel nacional. El diputado foral cerró el proceso para el ABB con algunas críticas al sistema de votación y dando a entender que la victoria de Berriozabal no había sido tan aplastante como lo sugiere el mecanismo del proceso, por el cual un candidato se queda con todos los apoderados de un batzoki aunque solo gane por un voto. Sin embargo, esta vez no ha movido ficha para liderar o apoyar esta plancha, y parece que algunas personas que lo respaldaron en el proceso territorial tampoco tienen intención de medirse con Ortuzar.
En la plancha también aparecen David Salinas-Armendariz, quien se presentó en su momento como candidato alternativo por Bizkaia y logró un respaldo testimonial; y nombres con una proyección mucho menor: Olatz Jauregi, Patxi Agirre, Pedro Ereña y el exconcejal de Uharte Josean Beloqui. El propio Beloqui ha trasladado igualmente a este periódico que él tampoco se ha ofrecido para respaldar esta plancha, de modo que su inclusión le ha pillado por sorpresa.
El presidente del IBB, Peio Etxeleku, interviene en un acto anterior
En el caso de Etxeleku, dejó la presidencia del IBB argumentando las dificultades existentes para compaginar su vida profesional con el liderazgo del partido, pero desde otros ámbitos se trasladó que había sido apartado o que existía un enfrentamiento con la dirección. El único hecho empírico y constatable es que sigue formando parte del IBB, pero como burukide.
Ortuzar, dispuesto a repetir
Tras este desmentido, la trascendencia y repercusión de la lista alternativa quedan muy limitadas, aunque no es difícil que pase a la segunda vuelta, algo que se consigue con el respaldo de solo tres batzokis. De todos modos, desde que Andoni Ortuzar mostró su disposición a afrontar un cuarto mandato si la militancia del PNV así lo quiere, se han ido pronunciando algunos responsables jeltzales como el presidente del BBB, Iñigo Ansola, para respaldar su trayectoria; y, en privado, no se considera probable que otra lista pueda hacerle sombra.
Ortuzar ha mostrado su disposición a seguir, aunque hace cuatro años ya intentó dar el relevo para abrir paso a nuevos referentes. En su carta a la militancia, admite que hay quien piensa que la renovación debe ser total, empezando por el presidente del EBB, pero añade que también hay otras personas que lo ven muy arriesgado. Por tanto, deja la disyuntiva en manos de la militancia. Ortuzar se pone a disposición del partido en un momento de inestabilidad política en el Estado y de gran complejidad en la comunidad autónoma vasca. También es un año clave para cumplir todas las transferencias del Estatuto de Gernika y negociar un nuevo estatus de autogobierno, en virtud del acuerdo de investidura que él mismo firmó con el presidente español, Pedro Sánchez. Todo apunta a una transición tranquila, con un relevo en el núcleo duro del EBB pero con Ortuzar al frente.
El proceso
La primera fase de las votaciones se extenderá hasta el 2 de febrero, y podrán pasar a la segunda ronda quienes obtengan el respaldo de tres organizaciones municipales y acepten mantenerse en la liza. El listón que establece la normativa interna del PNV es especialmente bajo y pone al alcance de las candidaturas alternativas la posibilidad de seguir en el foco. Otra cuestión es que tengan una posibilidad real de alcanzar la victoria.
Durante la renovación de las ejecutivas territoriales, pese a la holgada victoria de Berriozabal, Urtaran consiguió algunos triunfos simbólicos en los batzokis, un desenlace propiciado por el hecho de que no era un outsider, sino una persona de partido, con trayectoria institucional y que todavía se encuentra en el ejercicio de altas funciones en la Diputación foral. De ahí que su figura fuera codiciada como respaldo a una candidatura alternativa a nivel nacional, apoyo que no se ha dado.
Peio Etxeleku, por su parte, lideró durante cuatro años la Ejecutiva de Iparralde, donde la implantación del PNV ha sido históricamente más modesta. De todos modos, haber contado con su respaldo hubiera insuflado oxígeno a esta plancha, algo que tampoco ha ocurrido.
No es la primera vez que sucede algo similar, que comiencen a circular listas cerradas y algunas de esas personas muestren su sorpresa por haber sido incluidas. Para empezar, en teoría no se permite la confección de listas cerradas. Y se recomienda que, antes de proponer a una persona, se le pida permiso, pero no se suele hacer. En esos casos, queda en su mano declinar. El proceso acabará en la Asamblea General de los días 29 y 30 de marzo.