El lehendakari atiende las preguntas en Ajuria Enea, la residencia oficial que solo utilizará para trabajar, ya que tiene intención de seguir viviendo en Portugalete para contar con una red familiar y cuidar también de ella.
Tras acceder a Lehendakaritza, ¿cuál es la fotografía que hace de la situación de Euskadi?
La que hacía antes también. Creo que tenemos un país que tiene unos buenos índices de calidad de vida, una sociedad del bienestar que se ha construido durante décadas, y también creo que tenemos algunos retos que abordar y algunos problemas de gestión en el corto plazo. Como retos a largo, tenemos que abordar las transiciones, como la energética o el envejecimiento. En el corto, tenemos algunas prioridades que además son demandas sociales que ya conocíamos: salud, vivienda, seguridad, generación de empleo de calidad…
Ha comenzado pidiendo a sus consejeros que actúen con valentía. ¿Valentía es sinónimo de volantazo?
No. Valentía es atreverse a hacer cosas que quizás uno, a veces, no había pensado que podía hacer. Es intentar buscar nuevas soluciones a problemas viejos.
¿Que en su gobierno haya varias personas que proceden del mundo profesional implica que quizás no se ha acertado siempre en la toma de decisiones desde lo político?
No, lo que he intentado ha sido atraer a profesionales que aporten una visión distinta, y que pudieran incorporarse esos conocimientos a las políticas públicas. Ese era el motivo.
¿Qué plus aporta un doctor al frente del departamento de Salud?
Alberto Martínez es una persona cuya trayectoria profesional se ha desarrollado en Osakidetza y conoce bien el sistema público vasco de salud. Y ha tenido a su cargo equipos de prácticamente 100 personas en el ámbito de la anestesia en el hospital de Cruces, le tocó enfrentarse a la reconversión en los momentos más críticos del covid, y es una persona de prestigio en el ámbito médico. Necesita un equipo que lo acompañe.
¿Qué es lo que va a proponer para articular un pacto sanitario? En el programa de Gobierno, se menciona la posibilidad de ampliar la plantilla en 2.000 personas, pero es solo una posibilidad y hay dificultades con el Estado sobre las plazas MIR...
Lo más relevante es, primero, ver qué puntos en común tenemos los partidos más allá del acuerdo programático entre PSE y PNV. Escucharía también a los agentes sociales. Independientemente de ese acuerdo vasco de salud, también hay que ver qué necesidad adicional de profesionales tenemos, y ver hasta qué punto existen o no en el mercado, porque hay un déficit. En el cortísimo plazo, independientemente de que podríamos ir avanzando en el pacto de salud, creo que, sin perder tiempo, nos tenemos que poner desde ya con la atención primaria en el ambulatorio y la presencialidad, y la reducción de la lista de espera media y la espera quirúrgica. Veo, a corto, trabajar con un plan de choque, pero veo también necesario abordar las transformaciones que requiere Osakidetza y, para eso, ver en qué temas estamos de acuerdo.
¿Tiene una estimación de las plazas de médicos que hacen falta?
Sabemos que tenemos un déficit en torno a los 150 profesionales en atención primaria. Todo el profesional que sale de las universidades se está incorporando al sistema, pero con eso no es suficiente porque, sobre todo, lo que tenemos es un montón de jubilaciones. Hay personas que están en edad de jubilación pero que, con determinados incentivos, pueden estar dispuestas a estar un tiempo adicional en el sistema. Y puede haber incentivos para atraer profesionales de otras zonas. Tenemos que poner encima de la mesa todas las opciones que puedan ser válidas. También a veces con las reorganizaciones internas se puede dar un servicio mejor.
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Usted plantea liberar de tareas burocráticas a los médicos para tener cita en el ambulatorio en 48 horas. ¿Quién tiene que realizar esas tareas burocráticas? ¿Lo hará una figura específica como la que anunciaba el programa del PNV y habrá que crear plazas para ello?
Tenemos que abordar esto escuchando a los y las profesionales, que nos van a dar muchas pistas. Hay personal administrativo en Osakidetza, sí, pero también hay algunos lugares en los que se ha generado una figura específica en esos ámbitos.
En la ronda con partidos y agentes que abordará cuestiones más allá de la salud, ¿incluirá a Vox?
En la ronda, el Gobierno va a atender a todas las fuerzas políticas.
Otra cuestión será con quién pacte.
Sí. Yo creo que la cortesía parlamentaria exige atender a todas las fuerzas.
¿Se reunirá con todos los sindicatos? ELA había acusado al lehendakari Urkullu de no recibirlos…
Yo voy a invitar al sindicato mayoritario de este país a esa ronda, como no puede ser de otra manera, además de a LAB, CCOO y UGT.
¿Ha hablado con Pello Otxandiano?
Con Pello Otxandiano no he mantenido excesivo contacto más allá del día posterior a las elecciones, las felicitaciones de turno o algún evento en el que hemos coincidido en Donostia, pero ya estamos en contacto para cuadrar agendas y hacer la ronda.
¿Van a coincidir sus órdenes del día para la cita? Él dice que la prioridad tiene que ser el nuevo estatus…
De autogobierno también hablaremos, pero hablaré con el señor Otxandiano y hablaré con el PP y con el resto. Hay temáticas que tenemos que comenzar a abordar en esa ronda: el acuerdo vasco de salud, el autogobierno; es importante también mostrar la mano tendida para encontrar puntos de encuentro sobre vivienda, empleo de calidad... Cada partido vendrá también con su prioridad. El lehendakari lo que va a poner es un conjunto de cuestiones encima de la mesa.
En el debate de la investidura, cuando usted le dijo a Otxandiano que tenía que escoger entre ser el líder de una oposición destructiva o un socio preferente, ¿estaba usted postulando a Bildu como socio preferente, el socio con el que se pacten la mayor parte de las leyes?
EH Bildu, en campaña y en precampaña, decía que quería buscar acuerdos de país sobre los grandes retos, y hablaba de gobiernos cooperativos. Yo le dije al señor Otxandiano que la pelota estaba en el tejado de Bildu. Estoy dispuesto a poner encima de la mesa acuerdos de país. Por mi parte, mano tendida a Bildu y al resto.
¿Sin primar a ninguno? Bildu podría decir que está empatado con el PNV y merece trato preferente…
Tengo que buscar acuerdos con el resto de grupos y, sobre todo, con aquellos que quieran acordar. Para acordar, hace falta que dos partes quieran. En mi caso, la disposición es absoluta, pero vamos a hablar de materias concretas y vamos a ver si hay puntos de encuentro o de colisión.
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¿Van a llegar a tiempo las directrices presupuestarias?
Sí, van a llegar a tiempo. Suelen aprobarse a finales de junio y principios de julio. Tenemos pensado hacerlo en la primera quincena de julio.
¿Tiene en mente presentar en otoño unos Presupuestos expansivos?
Vamos a ver lo que ocurre con las estimaciones de crecimiento económico que dicen que en Euskadi podemos estar creciendo en torno al 1,8%, el 2% del PIB. Cuando hay crecimiento, suele haber recursos adicionales, pero es verdad que en las diputaciones forales se están gestionando una serie de dineros, presupuestos no previstos, que se están destinando a los mutualistas por unas sentencias que han sido favorables a los mismos, y esto tiene un impacto directo en la recaudación de 2024. Por tanto, hay que ser prudentes. Me gustaría tener un Presupuesto algo más elevado para 2025, sin duda, pero hay que ver cómo enfrentamos septiembre, que es cuando tendremos cifras sobre cómo va a acabar la recaudación. ¿Con qué escenario estoy? Con un escenario en el que podríamos abordar un Presupuesto algo más alto que el actual, pero va a depender mucho de la recaudación y de cómo vaya la economía, que no da muestras de preocupación, pero tampoco estamos en crecimientos económicos muy grandes.
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Quiere incrementar las ayudas por hijo de los 3 años actuales hasta 7, o hasta 10 en familias numerosas y monoparentales, pero se hará de manera progresiva. Con carácter inmediato, ¿hasta dónde subirá?
Me gustaría que el próximo año pudiéramos llegar a 4. Y vamos a ver si podemos un poquito más. Dependerá del Presupuesto para 2025.
"Quiero tratar con Sánchez las transferencias del litoral, puertos y aeropuertos"
Pradales se centrará en estos primeros compases en exigir las transferencias, pero cree que los partidos pueden avanzar en paralelo en el nuevo pacto estatutario.
Ya ha mantenido una primera conversación con el presidente español, Pedro Sánchez, para pedirle una reunión. Pero, ¿con qué transferencias de competencias cree que habría que empezar con carácter prioritario?
A cortísimo plazo, hay que abordar la gestión y ordenación del litoral. Hay una sentencia del Tribunal Constitucional que así lo avala, en relación con Galicia, y abre el camino para que se pueda producir a favor de Euskadi. Creo que tendríamos que recibirla a corto plazo. Me gustaría también abordar en un plazo muy razonable, porque soy consciente de que la gestión del régimen económico de la Seguridad Social es un elemento más complejo y espinoso, abordar la cuestión de puertos y aeropuertos, y creo que en el ámbito de los puertos podemos tener también alguna oportunidad de hacer algún movimiento relativamente rápido. Pero de todo esto es de lo que quiero hablar con el presidente Sánchez en el primer encuentro que mantenga con él. También me gustaría hablar de los Pertes (proyectos estratégicos) regionales. Tenemos que desatascar lo que está ocurriendo con los fondos europeos Next.
¿Por qué acaba de decir que con los puertos se puede hacer algún movimiento relativamente rápido? ¿Qué información tiene?
Bueno, porque ha habido conversaciones del Gobierno vasco anterior donde se iba a avanzando en relación con la cuestión portuaria. También yo situé el tema del aeropuerto de Foronda encima de la mesa, porque es un aeropuerto que puede ser más sencillo de transferir, y Loiu y Hondarribia pueden ser más complejos. Hay que buscar la manera de ir cerrando carpetas. Tenemos casi una veintena de competencias, así que, en las competencias donde ya se había ido avanzando, donde había un intercambio de documentación y un acercamiento, hay que cerrar políticamente el tema cuanto antes para centrar todos los esfuerzos en otras más complejas. Los puertos y aeropuertos, si no es como un bloque global, quizás sí con cada uno de los puertos y aeropuertos pueda haber un tratamiento más pragmático para ir abordando cada uno.
¿Tienen que cerrarse todas las transferencias antes de activar la Ponencia para el nuevo pacto estatutario o se puede hacer simultáneamente?
A mí lo que me corresponde como lehendakari, sobre todo, es focalizarme durante estos compases iniciales de la legislatura en el cierre de la carpeta estatutaria de Gernika. Además, existe un compromiso que está firmado por Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar para la investidura, donde se establecía un timing de dos años de carácter improrrogable. Los partidos también pueden ir haciendo una labor en el nuevo pacto estatutario, y yo como lehendakari favoreceré que se pueda producir esa labor, que puede ser de carácter más discreto, de conversaciones en el ámbito parlamentario o extraparlamentario entre los partidos. Pero las dos cosas van a tener que ir avanzando.
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¿Qué implica que el nuevo pacto estatutario tenga que estar dentro de la legalidad? Algunas voces del PSE dicen que implica que el PNV renuncie, por ejemplo, a la consulta habilitante. ¿Lo vive usted personalmente como una renuncia?
Lo que interpreto es que hay que seguir los cauces procedimentales establecidos en el marco jurídico vigente. Significa que es necesaria una mayoría parlamentaria clara, buscar un acuerdo en las Cortes Generales, y el refrendo popular. Es lo que se hizo en 1979 con el Estatuto de Gernika. ¿Los contenidos? Los que acuerden las fuerzas políticas.
Y, cuando usted se ofrece a liderar este debate una vez que haya acuerdo, ¿quiere decir que será usted en persona quien lo presente ante el Congreso de los Diputados?
No adelantemos los acontecimientos. Yo lo que voy a hacer es favorecer ese diálogo y ese consenso y, obviamente, si hay un acuerdo en sede parlamentaria y existe un Estatuto pactado, le corresponde al lehendakari liderarlo, sin duda.
¿La apuesta por que estén en el pacto PNV, PSE y Bildu implica que es imprescindible que estén los tres?
Esa interpretación que se está haciendo me llama poderosamente la atención. Lo que pretendo es incorporar a la ampliación del consenso de 1979 a todas las fuerzas políticas. Hubo dos que se quedaron fuera en el Estatuto de Gernika, la entonces HB, cuya heredera podría ser hoy Bildu, y la entonces Alianza Popular, ahora el PP. Yo interpelo a ambas. Si luego alguien se autoexcluye, si alguien no quiere participar de esa negociación, tendrá que explicarlo, pero mi intención no es buscar única y exclusivamente un acuerdo con EH Bildu y PSE, porque sería también deseable que se incorporara el PP. Ya sé que es muy complicado, pero como lehendakari tengo que interpelar al conjunto de partidos.
Y, en materia de convivencia, ¿usted da gravedad a las pintadas contra el consejero de Seguridad?
Sí, además lo condené inmediatamente. No cabe en la sociedad actual. Además, si queremos ir transitando por el ámbito de la convivencia constructiva, hay que condenar taxativamente ese tipo de pintadas.
Cuanto usted apuesta por una especie de acuerdo contra las conductas antidemocráticas, ¿se refiere a esto, a Vox o a qué cuestión?
El pacto ético. Tendremos oportunidad de hablar sobre esta cuestión, porque yo sí quiero poner este tema encima de la mesa en la ronda de partidos, pero de momento tenemos que mirar lo que ocurre en otros entornos para no caer en ese tipo de comportamientos políticos. A mí me preocupa mucho lo que estoy viendo en el Estado, y especialmente en Madrid, las descalificaciones continuadas entre los partidos, la falta del diálogo mínimo para buscar y tejer los consensos en las cuestiones que ellos denominan de Estado... Me gustaría poner encima de la mesa algunas cuestiones de ese tipo.
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Cuando el consejero de Seguridad dijo que la Ertzaintza debía mostrar profesionalidad en sus actuaciones, ¿pensaba en casos como el del agente que dio una patada a una mujer, Amaya Zabarte, mientras se encontraba en el suelo en las inmediaciones de Anoeta?
Hablaba en términos globales de lo que espera de la Ertzaintza, que es la profesionalidad en todas sus actuaciones, y también avanzar hacia un modelo que debe tener en cuenta riesgos como el cibercrimen, la violencia de género… Ponía en valor que tenemos que estar orgullosos de la Ertzaintza porque es un símbolo de autogobierno y necesitamos una Ertzaintza muy profesionalizada en esos ámbitos.
"¿Si defiendo el derecho a decidir? Soy nacionalista vasco, blanco y en botella"
¿Cómo hay que interpretar que usted no mencionara el derecho a decidir entre los ejes del pacto estatutario en el pleno de investidura?
En el debate de investidura, yo era el candidato del PNV y del PSE, y tengo que respetar escrupulosamente lo que en el acuerdo programático aparece, y ahí no aparece el ejercicio del derecho a decidir. Por lo tanto, como candidato de un Gobierno de coalición y lehendakari que respeta lo acordado, hay que interpretarlo de esa manera. En el acuerdo aparecen reflejados algunos elementos como la bilateralidad, el sistema de garantías y el reconocimiento nacional de Euskadi, y hay otros que no aparecen reflejados porque no existe un acuerdo. Lo que hice fue la defensa de esas cuestiones, lo cual no obsta para que yo tenga una ideología y pertenezca a un partido político. Pero también aparece en el propio programa que los partidos se reservan mantener las posiciones que estimen oportunas en la negociación del pacto estatutario.
¿Defiende usted el derecho a decidir?
Yo soy nacionalista vasco. Mi ideología es clara. Por tanto, blanco y en botella. Pero yo soy el lehendakari de este país, y hay un acuerdo programático que debo respetar. Estoy al frente de un Gobierno de coalición, y hay dos fuerzas políticas que lo soportan y un acuerdo programático que tengo que defender y liderar. Si en el ámbito del debate político o parlamentario se llega a algún tipo de acuerdo en relación con el ejercicio del derecho a decidir, bienvenido sea, pero eso requerirá que exista un acuerdo político entre las distintas fuerzas del arco parlamentario vasco.
"Me gustaría que no hubiera un adelanto electoral en el Estado"
Pradales presenta a Euskadi como un ejemplo de estabilidad, una calma que anima a preservar también en el entorno en un momento de tensiones internacionales. El lehendakari observa con atención el devenir de los acontecimientos en el Estado, donde las negociaciones para una investidura en Catalunya podrían desembocar, si fracasan, en un adelanto de las elecciones generales. El PNV tenía encarrilada con el Gobierno de Sánchez la posibilidad de aplicar una tasa de reposición y un salario propio para los funcionarios vascos, y también están en juego las transferencias.
Teniendo en cuenta que el PNV se juega bastantes acuerdos en el marco de los Presupuestos estatales, ¿usted desearía que, antes de un hipotético adelanto de las generales, Sánchez aprobara al menos los Presupuestos?
Si Sánchez tiene Presupuestos, creo que no habrá un adelanto electoral. Pero creo que lo importante es que haya estabilidad en el Estado, y ojalá la legislatura española continúe. En Euskadi hemos dado una lección. Euskadi es un factor de estabilidad para el conjunto del Estado y para Europa en estos momentos. Además, es un buen ejemplo de cómo se puede gestionar un resultado electoral, ya que se celebraron unas elecciones el 21 de abril, y desde el 25 de junio ya hay un gobierno funcionando. Eso es relevante, además del propio tono del debate de investidura en general. Me gustaría que hubiera estabilidad en el Estado y, por tanto, que no hubiera un adelanto electoral. Creo que es bueno que hubiera Presupuestos en 2025. Soy consciente de que, si el presidente Sánchez no tiene Presupuestos en 2025, su posición queda tocada. Pero vamos a ver qué pasa. Creo que hay que jugar a la estabilidad y no a la inestabilidad en un momento en que el mundo está muy revuelto, incluso con escenarios prebélicos.
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¿Le preocupa que el sistema de financiación propio sobre el que se habla para una investidura en Catalunya acabe salpicando a Euskadi y se vuelva a poner el Concierto en el disparadero?
Ojalá no. Lo que los catalanes puedan negociar con el Gobierno español y el acuerdo al que pudieran llegar respecto a un sistema de financiación singular me parece muy respetable, y ojalá avancen y lleguen a algún tipo de acuerdo en esa cuestión, porque son décadas de desencuentro con el ámbito de la financiación en Catalunya. Pero me gustaría que no se mezclen las cuestiones. Creo en todo caso que el peso de la economía vasca y la catalana son muy distintos en el Estado, y la singularidad del Concierto no deriva de un pacto para lograr una estabilidad de un Gobierno. Deriva de un pacto en el momento constituyente, en 1978 y 1979, y existen una serie de elementos que tendrían que modificar en la Constitución española para que diera pie a un modelo similar al vasco. No es tan sencillo.
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A estas alturas del reparto de los fondos europeos, no sé si ya no se puede esperar que venga mucho dinero de ahí y si, en ese sentido, que los gestione el PSE tampoco es una gran pérdida para el PNV. ¿Va a ser más bien el fondo soberano vasco el gran tractor de la economía vasca?
Tenemos la necesidad de contar con instrumentos propios, sin duda. Tiene que ser un mecanismo, perdón por la expresión, de ataque y proactivo, para favorecer el crecimiento, pero tiene que ser también un mecanismo de defensa ante fondos extranjeros que están viniendo a Euskadi en busca de comprar empresas que pueden perder arraigo. Dicho eso, los fondos Next, desgraciadamente, creo que se han gestionado muy poco eficazmente hasta la fecha. Primero, porque ha habido una centralización absoluta de los mismos que está residenciada en el Gobierno español. Hemos intentado que haya Pertes (proyectos estratégicos) de carácter regional, pero no los han admitido; el reparto de fondos ha venido siempre de la mano de las conferencias sectoriales, donde es el Estado quien decide a su antojo y casi con criterio poblacional, y eso no va en consonancia con el espíritu de los fondos Next ni con lo que requiere la economía vasca. Tenemos proyectos de transición muy relevantes pero que no reciben fondos. Creo que tienen que cambiar el rumbo de esa gestión. Me gustaría ser optimista, pero no veo síntomas de cambio todavía.
¿Qué intenciones tiene para la reforma de las EPSV, para hacer una aportación al fondo soberano?
Me gustaría que sea obligatorio que parte del ahorro que está en las EPSV tenga un destino hacia el tejido industrial y empresarial de este país, para que pueda haber recursos financieros adicionales que se puedan invertir en proyectos de este país. Tenemos más de 28.000 millones de ahorro de las y los vascos residenciado en las EPSV, que además tienen un tratamiento fiscal favorable en renta muchas de ellas, y creo que ese ahorro, en parte, puede coadyuvar a otros instrumentos como Finkatuz, el Instituto Vasco de Finanzas o los propios fondos de las fundaciones bancarias o fondos privados vascos que están también dispuestos a intervenir. Tenemos un buen instrumento, el clúster financiero BasqueFIK.
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¿Qué virtualidad tiene esa apuesta por un salario mínimo vasco propio, que al final sería un compromiso de las partes porque no hay cobertura legal para ello?
Puede ser un elemento deseable que esté encima de la mesa. Hay que ir con tiento. Es un desiderátum, porque desde el punto de vista legal no tenemos capacidad y depende de una relación fructífera con los agentes sociales para buscar puntos de encuentro.