La doctora Silvia Goñi Esarte, de la sección de Hepatología del servicio de Digestivo del Hospital Universitario de Navarra (HUN), considera que “vamos en muy buen camino” para conseguir, como se propuso la Organización Mundial de la Salud, erradicar la hepatitis C para 2030.
No obstante, reconoce que “la covid-19 ha supuesto un retraso en la eliminación, porque había otras patologías que requerían atención prioritaria y se han disminuido tanto los diagnósticos como los inicios de tratamiento, pero ahora se ha retomado todo”.
La facultativa afirma que los antivirales de acción directa, que aparecieron en 2014-2015, han supuesto un antes y después. “Antes se utilizaba fundamentalmente el interferón y la ribavirina, que eran tratamientos intramusculares y con muchos efectos secundarios. A nivel clínico, daba cuadros gripales muy importantes, alteraciones psiquiátricas, alteraciones tiroideas, anemia y con la aparición de estos antivirales, que son fármacos orales, que la administración es muy buena, la toleran muy bien y, sobre todo, que la eficacia es superior al 95%, ha hecho que gran parte de los pacientes que teníamos pendientes de tratar se hayan curado”.
“ "Hemos evaluado a los cinco años del tratamiento los cambios a nivel de la fibrosis y hemos visto que el hígado ha mejorado" Silvia Goñi - Facultativa del servicio de Digestivo del HUN ”
Además, explica que “hemos evaluado a los 5 años los cambios a nivel de la fibrosis y hemos visto que el hígado ha mejorado”. También han constatado mejoras en la calidad de vida del paciente al año de acabar el tratamiento, sobre todo en la movilidad, el dolor, el malestar, la ansiedad, la depresión y las actividades cotidianas.
En cuanto al perfil del enfermo, la doctora Goñi señala que “ahora van apareciendo personas que tienen patología dual, que son pacientes psiquiátricos y además consumen drogas, y luego también inmigrantes y por conductas sexuales de riesgo”.
Por todo ello, hace un llamamiento a “todo paciente con una hepatitis C conocida” para que se ponga en contacto con su médico de cabecera o con Hepatología para “recibir el tratamiento, por todo los beneficios que puede obtener” e insta, sobre todo a Primaria, a “descubrir a los pacientes que no están diagnosticados”.