Un jugador total. Sí, un chico para todo. Vanja Marinkovic destapó en el choque ante el UCAM Murcia el tarro de las esencias. El balcánico demostró que es un todoterreno. Sigue defendiendo al máximo nivel como ha venido haciendo hasta ahora, pero además anota y dirige al equipo con acierto.
Lo suyo ante la escuadra de Sito Alonso fue descomunal. Por momentos parecía que estaba tocado por una varita mágica. De hecho, en el primer cuarto se vio a un Marinkovic celestial. Una estadística sin mancha en los 5:53 minutos que estuvo en cancha.
Sin fallo en el primer cuarto
El exterior de Belgrado anotó diez puntos sin fallo en los 5:53 minutos que permaneció sobre el parqué con una espectacular carta de tiro de 1/1 en tiros de dos y 2/2 en triples y lanzamientos de personal. Adornó su estadística en este primer cuarto con un rebote y una asistencia para acabar con una valoración en ese primer parcial de 12 puntos.
De locos. Pues bien. Vanja Marinkovic siguió a lo suyo. No se quedó ahí su exhibición. Como una hormiguita fue sumando en todas las facetas del juego. Estaba en vena. Inspiradísimo y con una confianza total. Buena prueba de ello son varios de los triples estratosféricos que anotó antes del descanso.
El polivalente jugador azulgrana llevaba 4/4 desde los 6,75 metros a poco más de dos minutos para enfilar el túnel de vestuarios para ir al descanso. Justó ahí llegó su primer error desde el arco. Un pequeño lunar. Llegaría con 18 puntos al descanso.
No se vino abajo. Marinkovic no dejaba de hacer daño. Con una variedad de recursos increíbles seguía martilleando la canasta del Murcia. Y es que a su letal lanzamiento de tres añadió su facilidad para perforar defensas rivales gracias a su verticalidad. El de Belgrado se aprovechaba de su mayor envergadura física ante Jordan Davis para superarle con una facilidad pasmosa y anotar bandejas cerca del aro.
Robos, rebotes y faltas recibidas
Vanja hacía de todo. Y es que en muchas fases del encuentro se encargó de dirigir al equipo desde el puesto de base. No desentonó. Finalizó con dos asistencias. Una de sus virtudes. Hubo más. Su capacidad para encarar el aro le permitió sacar cuatro faltas. Su intensidad a la hora de defender y su picardía le llevaron a birlar un balón a un jugador mucho más alto como Pustovyi y además colaboró en el rebote con tres capturas.
Sin embargo, donde estuvo realmente inspirado fue en la anotación. Vanja acabó el partido con 25 puntos. Su récord en la ACB. Además, su carta de tira fue más que notable –4/8 (50%) en tiros de dos, 4/6 (66%) en triples y 5/7 (71%) en libres. Una tarde de lo más inspirado. Por eso, no es de extrañar que también batiera su mejor marca en el apartado de la valoración en el torneo doméstico al acabar el duelo con 25 puntos. Lo dicho, un jugador total. Un Vanja celestial.