Vecinos del Casco Antiguo de Tudela se reunirán con el Ayuntamiento para pedir soluciones a las casas abandonadas

 Vecinos del Casco Antiguo, y de algunas otras zonas de Tudela, se van a reunir con el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Tudela, Zeus Pérez, el próximo jueves tras reunir 150 firmas de personas preocupadas por el deterioro de muchos edificios abandonados en el Casco Antiguo, ante la posibilidad, real, diaria y efectiva, de que se puedan producir caídas de material o ocupación de las viviendas. Para ellos solicitan un control de las viviendas abandonadas y la obligación de precintarlas para evitar el desprendimiento de elementos o la proliferación de “animales indeseados”.

En el comunicado se muestran preocupados por las “continuas incidencias, actos vandálicos y situación de dejadez de edificios, por falta de actuación pública y privada, provocando la entrada de personas (ocupas)”. Por este motivo manifiestan su “honda preocupación” ya que estos hechos están condicionando “de forma exponencial la buena vecindad habitual”.

Desde este colectivo van a pedir al Consistorio una revisión “a fondo de la situación urbanística y de vivienda” del Casco Antiguo, que se realice un control de las viviendas deshabitadas y que se encuentran en muy mal estado ya que son “un serio peligro para todos los viandantes”, por lo que piden que se precinten. Igualmente van a pedir al concejal de Urbanismo en la reunión que el Consistorio exija a los propietarios de viviendas o de solares deshabitados y descontrolados la adecuación de su propiedad (incluso con ayudas del Ayuntamiento de Tudela) y que, al mismo tiempo sean “debidamente precintadas y se elimine todo riesgo de caída de elementos a la calle, por el consecuente peligro y por la debida higiene, ya que también lleva a proliferar animales indeseados”.

No es la primera vez que los vecinos del Casco Antiguo reclaman esto al Ayuntamiento de Tudela, en esta y en anteriores legislaturas, si bien en los últimos meses, el desprendimiento de aleros, de trozos de balcón o incluso de partes enteras del edificio (como sucedió en la de la calle Rúa que llevó a su demolición o está pasando a diario en la plaza de la Vida) se han multiplicado.